1 de mayo en Venezuela sin salario real
Denuncian la desaparición del salario y exigió la aplicación del artículo 91 de la Constitución

Este 1 de mayo, mientras en muchos países los trabajadores conmemoran avances laborales, en Venezuela los sindicatos denuncian una dura realidad: el salario real ha desaparecido.
Así lo afirmó Jhonny Magdaleno, secretario general de Fetracarabobo, quien sostiene que lo que existe actualmente no puede considerarse salario en términos formales, ya que no cumple con las funciones que la ley le otorga.
El ingreso base de un trabajador venezolano es de 130 bolívares, equivalente a 1,5 dólares mensuales. “Ese es el monto que se usa para calcular vacaciones, prestaciones sociales y utilidades”, señala. Sin embargo, la mayor parte del ingreso mensual proviene de bonificaciones, particularmente del llamado “bono de guerra”, que fue incrementado por Maduro este 30 de abril, a 120 dólares para trabajadores activos del sector público y a 50 dólares para pensionados y jubilados. Estas bonificaciones, al no ser salario, no generan ningún tipo de prestación social ni derecho laboral.
Bonificaciones que precarizan el salario
Desde que se implementó el instructivo Onapre, el cual impuso un nuevo esquema de pagos y eliminó beneficios establecidos en las convenciones colectivas, la situación de los trabajadores venezolanos ha empeorado drásticamente.
Magdaleno aseguró que las bonificaciones han deteriorado por completo el sistema salarial del país. “Se acabaron las convenciones colectivas tal como las conocíamos. El ingreso real de los trabajadores no está respaldado por derechos, y eso es gravísimo”.
Este fenómeno afecta a todos los sectores, desde educadores y universitarios hasta los pensionados y jubilados, siendo estos últimos los más golpeados, al recibir solamente los 1,5 dólares de salario más 50 dólares de bono, sin otro respaldo económico que les permita tener una vida digna.
Sector privado: desigualdad y sobrevivencia
En el ámbito privado, la situación no es mucho mejor. El salario mínimo sigue siendo el mismo, pero algunas empresas otorgan bonificaciones variables según su capacidad productiva. Las grandes compañías logran ofrecer mejores incentivos, pero el resto, especialmente las pequeñas y medianas empresas, apenas pueden mantenerse operativas.
Magdaleno destacó que muchas de estas hacen grandes esfuerzos por complementar el ingreso de sus trabajadores, pero sin garantías ni sostenibilidad.
“Hay quienes prefieren trabajar en la economía informal, donde pueden ganar más que el salario en una empresa privada”, añadió el dirigente sindical, dejando claro que el subempleo ha desplazado al empleo formal.
Carabobo: de cuna industrial a desierto laboral
El estado Carabobo, otrora epicentro industrial de Venezuela, se ha visto gravemente afectado por el colapso del aparato productivo. Magdaleno recuerda que de seis mil empresas activas que existían, hoy solo quedan 600, y muchas de ellas trabajan a apenas un 20% de su capacidad. Solo algunas industrias alimentarias y empresas puntuales se mantienen con relativa estabilidad.

Además, el desempleo ha alcanzado niveles alarmantes. “En Carabobo el desempleo real está por el orden del 70%. Lo que existe es subempleo”, afirma Magdaleno. Incluso los jóvenes egresados universitarios se ven forzados a trabajos informales o en condiciones de explotación en bodegones y comercios manejados por capital extranjero, como algunos de origen chino o árabe.
El salario: una exigencia constitucional ignorada
Desde Fetracarabobo, la principal exigencia este 1° de mayo es la aplicación del artículo 91 de la Constitución, que establece que todo trabajador debe recibir un salario suficiente para vivir con dignidad y cubrir sus necesidades básicas. “No exigimos montos específicos porque esa decisión corresponde al Ejecutivo Nacional. Lo que exigimos es que se cumpla la Constitución”, enfatizó el dirigente.
En Venezuela no se ha decretado un aumento del salario mínimo desde hace más de tres años, un hecho que califica como “desastroso” y que ha impulsado la migración masiva de trabajadores y el crecimiento del buhonerismo.
Movilización sin esperanzas, pero con determinación
Este 1 de mayo, Fetracarabobo convocó en Valencia una marcha desde la Plaza Santa Rosa hasta la Avenida Lara con Feria, donde entregarán un documento solicitando la reactivación del aparato productivo y una revisión urgente del sistema salarial.
A pesar de las promesas y anuncios recientes, los trabajadores carabobeños no esperan milagros, sino acciones concretas.
Magdaleno insistió en que la lucha de los trabajadores venezolanos en este 1 de mayo no es por conquistas nuevas, sino por recuperar lo mínimo: un salario que merezca ese nombre. La desaparición del ingreso formal, el colapso industrial y el abandono del marco legal que debería protegerlos han convertido al trabajador venezolano en un sobreviviente dentro de su propio país. Por eso, la movilización no es solo una exigencia salarial, sino un clamor por dignidad y justicia social.-