#VIDEO El Papa León XIV lamenta “el cansancio de vivir” que sufre la sociedad actual
Insistió en que cada vez que realizamos “un acto de fe dirigido a Jesús, se establece un contacto con Él e inmediatamente su gracia sale de Él”

Durante la Audiencia General de este miércoles, el Papa León XIV abordó “el cansancio de vivir” como una de las enfermedades que sufre la sociedad actual y llamó, en cambio, a afrontar la realidad con la Gracia de Jesús.
“Una enfermedad muy difundida en nuestro tiempo es el cansancio de vivir: la realidad nos parece demasiado compleja, pesada, difícil de afrontar. Y entonces nos apagamos, nos adormecemos, con la ilusión que al despertarnos las cosas serán diferentes. Pero la realidad va afrontada, y junto con Jesús podemos hacerlo bien”, enfatizó en la que ha sido su última catequesis antes de la pausa estival, en la que -durante todo el mes de julio– está previsto que reduzca su agenda y sus compromisos públicos.
El Pontífice continuó con el ciclo de catequesis sobre la esperanza a partir de la narraciones de las curaciones milagrosas de Jesús. En concreto, centró en dos de ellas para ponerlas como ejemplo de “señal de esperanza”: la de la hija de Jairo, uno de los jefes de la sinagoga, que acude a Jesús con humildad, rogándole que cure a su hija, que está al borde de la muerte y la de la mujer anónima que desde hace doce años sufre pérdidas de sangre.
Para ilustrarlo, puso el ejemplo del padre de la niña enferma, el jefe de la sinagoga, que “cuando le vienen a decir que su hija ha muerto y es inútil molestar al Maestro, él sigue teniendo fe y continúa esperando”.
Dios despierta de la muerte
El Evangelio de San Marcos narra cómo Jesús le dijo “¡Niña, levántate!” y la muchacha se levantó y se puso a caminar. Para el Pontífice, ese gesto de Jesús “nos muestra que Él no solo sana toda enfermedad, sino que también despierta de la muerte”.
“Para Dios, que es Vida eterna, la muerte del cuerpo es como un sueño. La muerte verdadera es aquella del alma: ¡de esta debemos tener miedo!”, agregó.
Por otro lado, también reivindicó la “gran valentía” de la mujer con flujo ininterrumpido de sangre que a pesar de que la “habían condenado a quedarse escondida y aislada” sale al encuentro de Jesús.
“A veces también nosotros podemos ser víctimas del juicio de los demás, que pretenden colocarnos un vestido que no es el nuestro. Y entonces estamos mal y no logramos salir de eso”, explicó.
De esta manera, el Santo Padre puso en valor la fe de la hemorroísa. “Esta mujer, silenciosa y anónima, derrota a sus temores, tocando el corazón de Jesús con sus manos consideradas impuras a causa de la enfermedad”, explicó ante miles de peregrinos que se han reunido —a pesar de las altas temperaturas en Roma en la plaza de San Pedro— para escuchar su catequesis.
De este modo, insistió en que cada vez que realizamos “un acto de fe dirigido a Jesús, se establece un contacto con Él e inmediatamente su gracia sale de Él”.
Asimismo, lamentó que haya muchas personas que caminan sobre la superficie de la fe – “sin creer de verdad en su potencia” y “mientras el corazón está en otra parte” mientras que señaló cómo “de una forma secreta y real” la Gracia nos alcanza y lentamente transforma la vida desde dentro.
Finalmente llamó a preguntarse: “¿Cuándo nuestros muchachos se encuentran en crisis y tienen necesidad de nutrición espiritual, sabemos dársela? ¿Y cómo podemos hacerlo si nosotros mismos no nos nutrimos del Evangelio?”.
Y concluyó: “En la vida hay momentos de desilusión y de desánimo, y hay también la experiencia de la muerte. Aprendamos de aquella mujer, de aquel padre: vamos hacia Jesús: Él puede sanarnos, puede hacernos renacer. ¡Él es nuestra esperanza!”.
La Audiencia General de este miércoles fue adelantada media hora, debido a los numerosos compromisos de la agenda del Papa que —a lo largo de la mañana— pronunciará una catequesis ante los obispos y se reunirá con un grupo de seminaristas de la Diócesis de Triveneto, en el norte de Italia.