El León de oro en la sierra de San Carlos

Horacio Biord Castillo, escritor, investigador y profesor universitario:
En muchos lugares de Venezuela es posible encontrar leyendas y cuentos folclóricos de una gran riqueza cultural. Generalmente, se trata de narraciones sincréticas que incorporan elementos culturales de diversos orígenes (indígenas, europeos y africanos). También pueden ser versiones refundidas de historias de diverso origen. Entre este tipo de historias, son muy comunes las referidas a animales, como los cuentos de Tío tigre y Tío Conejo o los de Pedro Rimales.
Con frecuencia, estas narraciones guardan un complejo simbolismo. Un elemento simbólico bastante extendido es el oro. A este metal, además de su valor económico y de cambio, se le atribuyen diversos sentidos, que pueden variar de una cultura o de un horizonte civilizatorio a otros. El oro, en distintas formas, está presente en muchas de las historias. Por ejemplo, en diversas narraciones sobre Guaicaipuro, el emblemático jefe indígena de la región centro-norte de Venezuela en la segunda mitad del siglo XVI, recogidas en Los Altos (estado Miranda), el oro simboliza no solo la riqueza material, sino también y principalmente fuerza, poder, valor e importancia o proyección social. Dentro de ese espectro semántico, representa además la espiritualidad y lo intrínsecamente propio. Se puede interpretar que a esos campos semánticos se añade el axiológico: la riqueza interior y espiritual, los valores o principios culturales que dan sentido a la vida social. Narraciones como estas se repiten en muchas zonas y numerosos lugares.
El oro está presente como una forma de riqueza que puede variar según el origen, referentes y contextos de las narraciones. Lo podemos ver en los cuentos de hadas europeos. Basta recordar los objetos de oro frecuentemente aludidos en esas narraciones o una fábula con varias versiones como “La gallina de los huevos de oro”.
En la Sierra del Tirgua o de San Carlos, hay una historia muy interesante sobre una figura áurea. Se trata de un león, en este caso de un león americano o puma (puma concolor), hecho de oro macizo y resguardado en una cueva de muy difícil acceso. Pocas personas habrían tendido la posibilidad de verlo. De hecho, las precisiones de los informantes suelen ser ambiguas y los datos recogidos sugieren distintas ubicaciones, todas en la zona de La Sierra (estado Cojedes), la principal y homónima población de la Sierra de San Carlos. Entre otras ubicaciones se han señalado, cerros cercanos a la aldea de Las Tucuraguas u otros ubicados más allá del caserío de Berreblén y la fila de Londres. Sobre este último asiento han coincidido varios informantes de los más baquianos y de mayor edad, como don Demetrio Silva y don Virgilio Párraga Silva. Estas variaciones, lejos de restarle importancia a la historia, le añaden aún más interés a la historia del león de oro y ratifican su carácter leyendario.
Sin embargo, no ha sido posible entrevistar a alguien que haya visitado realmente la cueva y visto la figura mítica. La historia posee, como todos estos relatos, diversas versiones. Una de estas la recogimos en marzo de 2025 en Las Tucuraguas, que probablemente fue el asiento de una de las primeras fundaciones de la época colonial. Al divulgarla, surgieron advertencias de los propios habitantes de la zona sobre otras versiones de la misma historia. Esto nos llevó a entrevistar a varias personas, entre ellas a don Demetrio Silva y a don Virgilio Párraga Silva, su primo.
De boca de ellos, pudimos recoger distintas versiones del león de oro. Algunos detalles coinciden; en cambio, otros pueden interpretarse como interpolaciones o detalles que contextualizan las narraciones, lo cual por supuesto es muy común en narraciones o historias orales. Don Demetrio Silva, reconocido artista popular y uno de los mayores conocedores del pasado indígena de la Sierra de San Carlos, ofrece una versión bastante detallada. En gran parte coincide con la de don Virgilio Párraga Silva, también nativo de esa sierra.
Estas versiones dan cuenta de la vitalidad de esta historia y de la oralidad, como género elocutivo, en la Sierra de San Carlos. Metodológicamente, también plantea el reto de recoger diversas versiones. Ninguna es mejor que la otra, ni podemos considerar una como auténtica y otras falsas. Simplemente, como ya mostró en sus análisis Claude Lévi-Strauss, estas versiones son narraciones complementarias que muestran una estructura adaptable a las circunstancias. Se trata de la dinámica de las narraciones orales. La interpolación y extrapolación de elementos facilitan una mejor contextualización y, en cierto sentido, una deíxis. Se trata de ofrecer un relato comprensible a la audiencia, relevante a sus gustos, intereses y conocimientos previos.
Estos relatos, como el del león de oro, también muestran la extraordinaria riqueza de elementos indígenas en la cultura venezolana, especialmente en regiones rurales en las que el imaginario indígena ha pervivido de manera más amplia que en otros sitios. Este componente da cuenta de la continua interacción de fenómenos socioculturales.
Escuchar y analizar estas historias nos permite reflexionar no solo sobre los orígenes indígenas de la cultura venezolana, sino también sobre su activa presencia, tantas veces invisibilizada en la Venezuela contemporánea. Asimismo, evidencian que Venezuela, como América Latina, no se puede entender sin sus componentes amerindios, no solo del pasado sino también del presente.
El león de oro de la Sierra de San Carlos es una historia de gran importancia para recordar los orígenes a veces imprecisos, la memoria tantas veces fragmentada, de la especificidad cultural de nuestros pueblos, una manera de fomentar el valor de lo propio y la autoestima.-
- B.: Parte del testimonio de don Demetrio Silva puede verse en Instagram y Tik Tok: @decostoycosta
Se agradece compartir, comentar y seguir esas cuentas
Publicado en El Nacional. Caracas, viernes 08 de agosto, 2025
URL: https://www.elnacional.com/2025/08/el-leon-de-oro-en-la-sierra-de-san-carlos/
Contacto y comentarios: hbiordrcl@gmail.com




