Iglesia Venezolana

Pbro Javier García Mora

Es una pérdida para el clero tachirense y venezolano pues su buena pluma y su testimonio de buen pastor iban por delante, sin arrogancia ni vanidades

Cardenal Baltazar Porras Cardozo:

 

El sábado 22 de noviembre, memoria de Santa Cecilia falleció el Padre Carlos Javier a los 58 años. Miembro del presbiterio tachirense donde ejerció su ministerio sacerdotal y desarrolló sus dotes de intelectual, académico y escritor. Nacido en La Grita, estudió en el Seminario Santo Tomás de Aquino de Palmira y cinco años en la ciudad eterna. Tenía títulos académicos en teología, educación, filosofía, doctor en teología y perito en praxis canónica, y licenciado en teología pastoral. Ocupó diversos cargos como vicario parroquial, párroco, profesor en el Seminario, juez en el tribunal eclesiástico. Dedicado al ministerio y a sus inquietudes intelectuales que desarrolló en varias obras de historia eclesiástica regional.

 

En la Academia de Historia del Estado Táchira fue individuo de número y ejerció la presidencia de esta en el bienio 2021-2023. Estos afanes nos acercaron en la amistad y las aficiones por la historia eclesiástica en varias ocasiones en las que compartimos inquietudes en encuentros en San Cristóbal y en Mérida en el Archivo Arquidiocesano. Tuvimos la dicha de publicarle la obra “Monseñor Tomás Antonio Sanmiguel, primer obispo de San Cristóbal. Biografía del siervo de Dios” que fue presentada en acto especial en el Seminario San Buenaventura de Mérida que escribió en ocasión de sus Bodas de Plata Sacerdotales (1992-2017) en octubre de 2023.

 

Hombre sencillo y afable, sacerdote a carta cabal, se sentía muy a gusto con sus colegas académicos y acariciaba una serie de proyectos de los que probablemente deja papeles en los que iba recogiendo datos y afinando la precisión de los mismos. En estos últimos años cada vez que venía por Caracas me visitaba. Es una pérdida para el clero tachirense y venezolano pues su buena pluma y su testimonio de buen pastor iban por delante, sin arrogancia ni vanidades.

 

A su hermana Coromoto que lo acompañaba con frecuencia y a todos sus familiares mi expresión de afecto y admiración, al igual que al presbiterio tachirense. Descanse en paz y que su devoción a la Virgen de Consolación y al Santo Cristo de La Grita que dejó en su obra escrita lo lleven a presentarse ante el Señor transfigurado, a cuya parroquia sancristobalense dedicó una de sus obras lo conduzcan al regazo del Padre Celestial.-

23-11-25

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