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150 años de la llegada de los primeros salesianos a América

En todo el mundo la comunidad salesiana, la Iglesia y la sociedad en general, se unirá con diversas actividades para conmemorar la llegada de los primeros salesianos al continente americano, un hecho que representa un hito para esta comunidad religiosa y para la actividad de la iglesia en América

Aquel 14 de diciembre de 1875 fue el punto de partida de una amplia misión que, a lo largo de 150 años ha tocado la vida de millones de jóvenes y familias en el continente americano, cuando llegaron los primeros salesianos a Argentina enviados hacia un poco más de un mes atrás por el mismo San Juan Bosco desde Génova, en Italia.

Desde aquel día fueron nuevos los caminos para esta comunidad, hoy la presencia salesiana se extiende a 136 países desde donde trabajan y ofrecen una educación integral, un oficio y un espacio de crecimiento a los jóvenes más pobres, superando guerras, hambrunas y migraciones masivas.

Aquella misión representó una etapa de madurez para la congregación que llevaba poco tiempo de ser aprobada por la Iglesia, la misma que hoy recuerda con espíritu de gratitud y compromiso este acontecimiento. Por eso, el pasado 16 de noviembre en el Santuario de Nuestra Señora de las Nieves, en la provincia de Neuquén, en Argentina, se celebró una Eucaristía presidida por el Cardenal Fernández Artime, Proprefecto del Dicasterio para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica, de acuerdo a información entregada por la Agencia Fides.

Cabe destacar la participación del pueblo indígena Mapuche, así como de obispos y miembros de los Equipos de Pastoral Aborigen (EDIPA y ENDEPA); un aspecto que el purpurado subrayó en su homilía, al mencionar el encuentro intercultural que se dio en aquella misión de los primeros salesianos y las Hijas de María Auxiliadora con el pueblo mapuche-tehuelche.

Asimismo, reconoció que en aquella interacción se presentaron dificultades y errores, tensiones propias de las culturas. Sin embargo, afirmó que los Salesianos y las Hijas de María Auxiliadora aportaron respeto, educación, promoción humana y la defensa de la dignidad de los pueblos indígenas, dejando el Evangelio como su «don más preciado».

Hoy el legado de San Juan Bosco vive en los jóvenes. Por tal motivo, se han realizado varias celebraciones conmemorativas como el «Retiro de Jóvenes de América» en Junín de los Andes, donde un centenar de asistentes realizaron un recorrido espiritual por los lugares de la Beata Laura Vicuña (protectora de víctimas de abuso sexual) y visitaron San Ignacio, hogar del Beato Ceferino Namuncurá, primer beato indígena de Sudamérica.

En todo el mundo la comunidad salesiana, la Iglesia y la sociedad en general, se unirá con diversas actividades para conmemorar este legado de 150 años al servicio de la juventud.-

Yamile López – Ciudad del Vaticano/Vatican News

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