La otra cara de la Navidad
El misterio de vida-muerte explica el porqué de la otra cara

Mons Ovidio Pérez Morales:
Pudiera hablarse de dos caras de la Navidad. Una, la que se ha universalizado también en regiones no específicamente cristianas y consiste en un tiempo particularmente festivo, de luces y regalos, de vacaciones y encuentros.
Para los cristianos la interpretación de la Navidad reviste un sentido de alegría, que en la práctica exhibe diversos niveles de profundidad y de acento religiosos. Para muchos la conmemoración se queda, sin embargo, en lo que pudiera llamarse superficial, prevaleciendo el ambiente general celebrativo.
La cara navideña predominante para los cristianos subraya los aspectos bíblicos luminosos respecto de la humanización del Hijo de Dios y su comienzo visible terrenal en Belén tales como: el canto de los ángeles, la adoración gozosa de los pastores, la visita de los magos guiada por la estrella. Alegría y luminosidad puestos ahora de relieve por el pesebre -feliz invención de Francisco de Asís- y los cantos decembrinos, que en Venezuela, por cierto, tienen un jubiloso estilo con los aguinaldos. La liturgia de la Iglesia envuelve la celebración de la Navidad con regocijo y esplendor litúrgicos, enmarcándola en varias semanas de preparación y recuerdo. En nuestro país se dan también expresiones regionales simpáticas de compartir como son, por ejemplo, las posadas.
La Navidad es, pues, alegría y positividad porque celebra la entrada en el devenir histórico del Hijo de Dios encarnado como “camino, verdad y vida” (Jn 14, 6), salvación temporal y eterna para toda la humanidad. Ahora bien -y es la razón de puntualizar otra cara-, la humanización del Hijo de Dios se ha concretado en un mundo cargado también de negatividad, de pecado, lo que explica por qué el plan salvador de Dios ha entrañado también abnegación, trabajos, sufrimientos y muerte de Jesús. San Pablo en su Carta a los Filipenses dice que Cristo “siendo de condición divina no retuvo ávidamente el ser igual a Dios. Sino que se despojó de sí mismo tomando condición de siervo (…) y se humilló a sí mismo, obedeciendo hasta la muerte y una muerte de cruz” (2, 6-8).
Este misterio de vida-muerte explica el porqué de la otra cara. De ésta recordemos algunos acontecimientos del primer tiempo del Señor. La entrada de Jesús a nuestro mundo estuvo acompañada del drama existencial de José, el esposo de María. El original embarazo significó para él inicialmente causa de una profunda crisis al ignorar la verdadera causa; y para María un silencio costoso. Luego la obligación de un censo los obligó a una penosa emigración de su pueblo en Galilea. El nacimiento no pudo darse en una casa por no encontrarse posada para ellos, sino en un pesebre rodeado de animales. La alegría con los Magos, llegados de improviso y vigilados como sospechosos, fue seguido por un exilio urgente y forzado del pequeño núcleo familiar a Egipto, a causa de la matanza de niños ordenada por el tirano Herodes. Regresados a Nazaret, siguió una vida cotidiana sostenida por el carpintero en un entorno simple y en un país sometido por legiones imperiales.
La otra cara es este otro aspecto de la vida y acción salvadora de Jesús, la cual ha de reflejarse en algún modo en el ser y actuar de los cristianos durante su peregrinar por este mundo. La espiritualidad creyente ha de incorporar también la propia cruz (pruebas, sufrimientos, renuncias, penitencias) recordando aquello de Jesús: “El que no lleve su cruz y venga en pos de mí, no puede ser mi discípulo (Lc 14, 27).
Estos son someramente algunos aspectos de la otra cara que los Evangelios dibujan someramente del primer tiempo de Jesús, quien asumió de verdad la condición humana, en coordenadas de pobreza y dificultades, de las cuales los escritores primitivos ofrecieron sólo algunos trazos.
Esta otra cara implica una seria exigencia para quien escribe y para los hermanos en la fe: tomar la vida cristiana en serio, siguiendo los pasos de Jesús y su mandamiento máximo del amor. Y celebrar la Navidad en coherencia con el misterio de la fe.-




