Opinión

Bajo la mirada impávida

Elinor Montes:

En los Estados Unidos de América el 51.7% de la población -169.735.441 personas- ha sido vacunada contra el COVID-19 con al menos una dosis, y el 41,9% de la población -137.455.367 personas- está completamente vacunada contra el COVID-19, sin hacer colas, sin mendigar vacunas, sin tener que comprarlas en el mercado negro, porque hay suficientes para todos que fueron compradas en su totalidad por el Gobierno Norteamericano sin pedir ayuda a nadie, al extremo que la campaña para que la población se siga vacunando, a fin de alcanzar la inmunidad de rebaño, incluye generosos incentivos, en Virginia Occidental para los mayores de 35 años el incentivo es de $100, y en otros Estados se están sorteando millones de dólares en la lotería, en Ohio una mujer ganó el primer $ 1.000.000, y un adolescente ganó una beca completa para la Universidad, ambos por vacunarse contra el COVID-19, y es que hasta los turistas pueden vacunarse, mientras tanto, en Cubazuela la “Revolución Bonita” apenas comienza un proceso de vacunación caótico en el que como de costumbre no hay datos claros de la cantidad de personas que se han vacunado con una o dos dosis.

Como dice el refrán llanero: “Dios no le da cacho a burro”, para los camaradas, que tanto critican al imperio, todo es una oportunidad para reforzar el deleznable control social -control total sobre la gente-, por ello la vacunación contra el COVID-19 se ha estado implementando tomando en cuenta la importancia de los miembros de la nomenclatura roja rojota -primero la jefatura, sus acólitos y los militares-, asimismo la nacionalidad – primero vacunaron a los cubanos del sector salud y otros sectores- luego a algunos trabajadores venezolanos de la salud pública -los del sector privado fueron excluidos pues les ha importado un comino el inmenso número de trabajadores del sector salud que han fallecido por COVID-19-, y ahora la vacunación se hará a través de las citas otorgadas a los inscritos en las plataformas Patria y del Ministerio de Salud, lo cual constituye un abuso y un acto de discriminación para los que no están allí inscritos puesto que muchísimas poblaciones en Cubazuela no tienen acceso a internet, con el agravante de que la escasez de vacunas – porque al régimen no le ha dado la gana de terminar de pagarlas y tampoco permite que el sector privado compre vacunas-, y la existencia de pocos centros de vacunación, han provocado que la gente desesperada por vacunarse pase 12 horas y más en fila, muchas veces sin conseguir la anhelada vacuna, todo lo cual es una forma de tortura que atenta contra la dignidad de las personas que tienen derecho a ser vacunadas tal como se ha hecho en otros países, en abundantes centros de vacunación y farmacias conforme a un esquema que siga los parámetros por sectores esenciales, edad y personas con condiciones de alto riesgo, y por supuesto, las denuncias por los atropellos a la población y la negación del servicio de vacunación a quienes no votaron en el fraude electoral pasado empiezan a florecer en el boca a boca y por la redes sociales.  

Una vez más en Cubazuela se está consumando una violación masiva grave del derecho humano de la población a la salud y con ella a la vida, bajo la mirada impávida de quienes tienen la obligación de garantizar el respeto de tales derechos tanto en cielo patrio como en el mundo entero. La complicidad también se consuma con la omisión.-

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