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Caraqueños: ¿Saben quién fue Sabas Nieves?

La mayoría de los caraqueños solo saben que Sabas Nieves es el puesto de vigilancia y control que da ingreso a una parte del Cerro El Ávila, pero seguramente pocos conocen el porqué de ese nombre.

Sabas Nieves fue un guardaparques que dedicó parte de su vida a conservar la zona de Loma Serrano en el Ávila. Trabajó junto a sus hermanos y padre en el Ministerio de Agricultura y Cría, reforestando el hoy Parque Nacional Waraira Repano.

Juan Sabas Nieves Rodríguez nació en una familia de 16 hermanos, en San Pedro de los Altos, estado Miranda. Decidió seguir los pasos de su padre y dos de sus hermanos y se muda a Caracas aproximadamente a los 20 años, en 1960.

Tras la caída de Pérez Jiménez, el Ávila paso a ser Parque Nacional, el 12 de diciembre de 1958. Entonces, explica el arquitecto Mario Gabaldón, “se adscribieron 400 empleados al Ministerio de Agricultura y Cría, los cuales entraron a trabajar en un nuevo plan de reforestación” de la gran montaña caraqueña. Estos trabajos fueron dirigidos por el ingeniero agrónomo José Rafael García.

Sabas Nieves fue un importante colaborador en este proceso de reforestación y por eso entró al Ministerio como guardaparques tan pronto arribó a Caracas. Tuvo una gran participación en la siembra de nuevas especies en el sector Zamurera y los alrededores de su puesto. Su hermano Pedro pasó a cuidar el puesto de guardaparque de la Quebrada Chacaíto y Rafael pasó a custodiar la zona de Loma del Viento.

Aunque cueste creerlo al compararlo con la actualidad, Loma Serrano era un peladero, no había ni un arbolito. Fue justamente Sabas el que se encargó de sembrar día a día las especies que desarrollaron la vegetación que hoy podemos presenciar en la zona.

El puesto de guardaparques, tiene las mismas dimensiones que el que actualmente existe en Sabas Nieves II, pero antes era de metal. Era el modelo de la época, venían prefabricadas desde Londres. “Durante el día, a lo que pegaba el sol eso se ponía caliente y en la noche se ponían fríos”, relata su sobrino Héctor Nieves. Ahí Sabas pasó sus días y noches, planificando la siembra en la zona y atendiendo a los excursionistas.

En febrero de 1972, Juan Sabas Nieves murió de neumonía. Según explica Héctor Nieves, él tenía también problemas cardíacos, pero la puntada certera fue una complicación pulmonar, después de exponerse a lluvias y frío intensos. El arquitecto y ex presidente de Inparques, Mario Gabaldón, explica que en efecto, el guardaparques se enfermó pues su compromiso con trabajo era tal que este salió bajo la lluvia a hacer el informe diario. Según expone, el doctor García y otros superiores le recomendaron no salir, pero Sabas Nieves no podía dejar de pasar su informe diario.

Su trabajo era lo más importante y su dedicación fue honrada con este letrero. En la actualidad, todos los caraqueños y turistas pueden disfrutar del legado de este guardaparques. Su esfuerzo es celebrado por cada senderista que pisa a su paso este lugar.

Es un lugar muy bonito para visitar, se Los recomiendo esa subida es lo máximo y muy saludable..

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