Isaías Márquez:
Una carta pública, con características de pastoral, y sin desperdicio alguno, ha dirigido el Excmo. Mons. Mario Moronta, obispo de la diócesis de San Cristóbal, estado Táchira y primer vicepresidente de la CEV, al señor presidente Nicolás Maduro, a objeto de que “escuche el clamor del pueblo”, la cual nos recuerda. Pero, bajo otras circunstancias, ni un ápice análogas a las actuales, la pastoral del entonces arzobispo de Caracas, Mons. Rafael Arias Blanco, génesis de la doctrina social de la Iglesia, difundida el 1/5/1957 desde los púlpitos de las iglesias parroquiales de Caracas e interior del país mediante la cual se exponía la situación y riesgos en las que se hallaba Venezuela por el otorgamiento de licencias que mantenían en zozobra nuestra soberanía nacional, a cambio de dinero, apoyo y prestigio internacionales para el régimen, así como por las condiciones socioeconómicas de la población en general mientras dicho régimen, sus adláteres y afectos disfrutaban de prebendas muy especiales a cuenta de las “tajaditas” por sus negociaciones en obras para el Estado, que luego trascenderían en crisis desde 1958hasta fines de la década 1970.
Con franqueza, formalidad, respeto, objetividad y pertinencia, sobremanera nuestro prelado, pastor de la Iglesia Católica venezolana, expone al Ejecutivo la situación tan delicada y vulnerable en la cual se halla nuestra población, casi rayana en pobreza extrema, junto con miembros la FANB y otros sectores por efectos de la corrupción, mala gerencia, Desidia e impasibilidad de su equipo ante las penurias por los servicios públicos básicos y el soslayo de la ayuda humanitaria. Asimismo, le enfatiza que “muchas familias no comen lo necesario para poder alimentarse”.-
