No querer al país es como no querer a su propia familia

Egildo Luján Nava:

No se comprende. Pero lo es. Y , aparte de incomprensible, es irresponsable. Aunque hay quienes consideran que no hay nada extraño en el camino, porque todo es deliberado.

Lo cierto es que, a 8 semanas del día correspondiente,  es decir, hasta el 8/4/2024),  Venezuela no ha presentado ante la Corte (CIJ) su arsenal contundente de pruebas como de alegatos,  ante el absurdo reclamo formulado por Guyana sobre sobre el territorio Esequibo (159.542 Km2).

La cita sobre la fecha indicada es porque, hasta la misma, la citada nación tiene plazo para presentar sus llamadas «abundantes pruebas de propiedad» por escrito y físicas, y validar los llamados derechos en los que se apoyaría para justificar la supuesta base de sus soportes .

Se trata de  soportes o de planos cartográficos, argumentos y de documentos claros y legítimos, ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ). Es decir, ante la instancia en la que actualmente se encuentra esta controversia desde del día 29 de marzo de 2018,  en concordancia con  los términos del  Artículo IV.2  del «Acuerdo de Ginebra».  Desde luego, es la fecha según la cual, y de acuerdo a lo expuesto por el  Secretario General de la ONU, Antonio Guterres, le corresponde a las partes dirimir la disputa Judicial ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ), como la instancia para solucionar pacíficamente e intentar resolver esta controversia.

Lo cierto es que, tratándose de un juicio de la importancia histórica ya conocida, como de tanta trascendencia e interés nacional, y que implica un hecho que coloca a Venezuela ante el riesgo y peligro de perder el 17% del territorio nacional, sorprende e inquieta lo expuesto como motivo de seria preocupación. ¿Por qué?: Porque «el régimen venezolano, equivocadamente, pretende desconocer como instancia pertinente a la Corte Internacional de Justicia(CIJ), mediante un comunicado oficial dirigido a la Corte  el día 6 de abril de 2023. ¿Exponiendo qué?:  manifestando no reconocer esa autoridad judicial como medio de solución para esta controversia, por lo que se limitará a evaluar sus implicaciones».

Con base en  lo que plantea dicho argumento, se convierte en inevitable la exposición de un basamento  como motivo de seria inquietud. Y se trata de «QUE EL PAÍS NO PODRÍA ENTENDER JAMÁS TAL NEGATIVA», de concurrir a la CIJ, siendo Venezuela la más interesada, y con el riesgo de perder el juicio, por no asistir. ¿Consecuencia integral?: Permitir la posibilidad de ser nuevamente, y de manera arbitraria,  «despojados de nuestro territorio,  por irresponsables y por  tercos, al no concurrir a presentar las abundantes e históricas pruebas de legítima propiedad».

Como si dicha posibilidad no  deja entrever de qué se está hablando y cómo se está atendiendo, adicionalmente, es oportuno tener en cuenta que Venezuela, de hecho, ya reconoció a la CIJ, al haber concurrido a ella previamente y presentar sus alegatos en la fase de excepciones preliminares.

Lo cierto es que, como si fuera poco lo que plantea la serie de argumentos ya señalados, es que no hay que perder de vista, además de  señalar y de tomar en cuenta que, nuevamente, Venezuela está QUERELLANDO tras bastidores con unas SUPER POTENCIAS (USA, RUSIA, INGLATERRA, CHINA Y BRASIL). Es decir, con países que, inescrupulosamente, ya han hecho inversiones e iniciado operaciones de explotación mineras y de hidrocarburos en el cierto y NUESTRO territorio Esequibo.

Adicionalmente,  Cuba, SUPUESTA ALIADA DEL REGIMEN, y muy beneficiada económicamente, ha logrado que los países del CARICOM resulten favorecidos de parte de Venezuela por el Acuerdo firmado e identificado como «PETROCARIBE». ¿Consecuencias?:  cada quien ha recibido lo suyo, con base en el otorgamiento gratuito de múltiples beneficios en el suministro petrolero, que,  en su mayoría, si no todos, están en mora en lo relativo a pagos. Tales «socios», y rindiéndole culto a lo que traduce el alcance de actuar con base en la traición,  ya se han manifestado a favor de Guyana, y en contra de lo que traduce el hecho de «nuestros legítimos reclamos». Y, adicionalmente, actuando en obediencia al pragmatismo que traduce el hecho de  CRÍA CUERVOS Y TE SACARÁN LOS OJOS).

Lo que Venezuela hará finalmente, es materia relevante para la evaluación objetiva del fondo de lo que está planteado, está sucediendo y en la culminación del alcance de los comportamientos humanos.  Y es por eso por lo que, validando el atrevimiento de razonar  con base en lo que enseña lo obvio y siempre identificado con el sentimiento país, «Formato del Futuro» honra la recurrencia a la experiencia, formación y principios académicos respetables, para decir lo siguiente:

1- Hay que sacar este importante tema de las diferencias políticas internas e ideologías comprometidas , y de luchar todos unidos, ante el peligro que traduce lo inminente:  perder parte de nuestro territorio. 2- Asimismo, al frente de la defensa de nuestros derechos territoriales, hay que ubicar a  nuestros Juristas expertos, tales como: Alan Brewer Carías, Asdrúbal Aguiar, Héctor Faúndez, Sadio Garavini, Rafael Badell Madrid, Raúl Aguana Santamaría.

Este es un tema que le concierne a todos los venezolanos. Se trata de defender a nuestra Patria de los riesgos implícitos en el desarrollo de un tramposo Juicio, como de  un despojo territorial fraguado en nuestra ausencia y aprovechándose de un país indefenso, con abuso del poder que se hizo presente hacer dos siglos. Es válido y necesario comprender lo que está planteado, y de no  repetir el mismo abuso ya conocido. Y   «ESTO NO DEBEMOS PERMITIRLO».

El derecho y la verdad asiste a Venezuela. Porque  «hoy contamos con sólidos alegatos, pruebas y la posibilidad de  estar presentes en el juicio, para defendernos, y hacerlo  contando con la imparcialidad de un Tribunal internacional». No perdamos esta oportunidad de  usar toda nuestra capacidad, pruebas y ventajas. Es obligación de TODOS los venezolanos asumir la defensa de nuestro territorio.-