Venezuela

El liderazgo femenino y su impacto en la política: “No queremos ser una cuota solamente”

Tres mujeres vinculadas a la política en Guayana cuentan su experiencia y percepción sobre los avances que ha tenido la mujer en cuanto a presencia y liderazgo en diferentes ámbitos de la política venezolana y en América Latina

Con el pasar de los años, la presencia de la mujer en la política venezolana va más allá de su derecho al voto o ser quien organiza la logística y el apoyo de los partidos políticos el día de las elecciones, pues hoy la igualdad de género está contemplada como uno de los Objetivos de Desarrollo Sustentable, con el propósito de que las mujeres sean tratadas como iguales social, económicamente y políticamente.

Este tema se discutió en el conversatorio Liderazgo Femenino: el impacto de la mujer en la política, celebrado en la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), extensión Guayana.

La abogada y politóloga Aiskel Andrade se refirió al largo camino que han tenido que recorrer las mujeres en el ámbito político, el cual no está -incluso- expresado en datos. Sin embargo mencionó algunos aspectos cualitativos de informes de la Organización de Naciones Unidos (ONU) que dibujan parte de ese recorrido.

Andrade refirió que en 1991 las mujeres tenían una participación política en los congresos nacionales de 11%, mientras que para 2024 esa proporción ha crecido hasta llegar solo a 26%. A partir de este dato, especialistas estiman que sea para 2073 que las mujeres podrían reducir la brecha y alcanzar el 50%.

Estar en el cargo significa planificar, coordinar, buscar otros escenarios, no solamente la política. Yo tengo que ir a la Cámara de Comercio, voy a las universidades”

Aliana Estrada

 

Andrade recordó a la primera mujer presidenta electa en América Latina, Violeta Barrios de Chamorro, en Nicaragua (1990) , participaba en los medios de comunicación en la lucha contra el sandinismo.

También recordó la primera vez que una mujer pudo ocupar un cargo en un gabinete distinto a los cargos de educación integral, es Michelle Bachelet, la primera mujer en ocupar el cargo de ministra de la Defensa en Chile, y posteriormente también fue electa presidenta de su país.

Una de las situaciones que enfrentan las mujeres en la política son los estereotipos que minimizan los valores femeninos, lo que las lleva a ponerse una coraza y en muchos casos, masculinizar la forma de expresarse y gesticular, para poder ser tomada en serio en la política.

En el caso venezolano, Aiskel Andrade analizó los cambios que ha tenido la dirigente María Corina Machado, incluso en el diseño de su discurso y en su vinculación con los hombres.

“En el contexto político venezolano sigue teniendo firmeza, pero en su recorrido su lenguaje, y gestualidad eran altisímamente masculino y en los últimos tiempos ha feminizado el lenguaje. Por eso decía la importancia que tienen los valores de la mujer. Por ejemplo, la vinculación con la maternidad, con los hijos. Esa transformación puede ser muy importante porque ciertamente los valores femeninos aportan a la política el debilitamiento del machismo, que es propio de sistemas autoritarios y comunistas”, explicó Andrade.

Poca oportunidad a las mujeres

Victoria Castillo, activista juvenil, habló de su experiencia en el activismo político no partidista, orientado mayormente a la formación de jóvenes en términos democráticos.

“Un dato interesante es que en el mundo solamente hay 22 mujeres en cargos de presidente o ejecutivo nacional. Eso nos da a entender que el mundo no está preparado para tener una mujer a cargo del mundo. Quizás (el mundo) no tiene realmente la visión de lo que representa una mujer al frente del poder de una nación por completo”, expresó.

En 1998, una candidata fuerte a la Presidencia de la República fue Irene Sáez, pero no contó con los votos para lograrlo. En 2023, María Corina Machado fue elegida candidata unitaria en la oposición, pero por su inhabilitación se llegó al acuerdo de postular a Edmundo González Urrutia. En el tarjetón de las presidenciales del 28 de julio no figura ninguna mujer candidata.

“Tenemos una visión de que realmente el venezolano no está dando la oportunidad a las mujeres de ejercer un cargo público de alto rango… Las mujeres sí, efectivamente vamos creciendo, pero aún no tenemos el 50% mínimo de los cargos más altos a niveles gerenciales, a nivel presidencial. No queremos ser una cuota solamente. Queremos ser merecedoras de esos espacios”, agregó Castillo.

Llevamos años haciendo que la mujer vaya poco a poco creciendo y teniendo espacios donde surgieran para ser reconocidas y generen un cambio”

Victoria Castillo

 

Y es que, en los últimos años, el CNE exige la paridad de género en postulaciones en planchas a cargos como diputados y concejales. En la práctica, esa paridad se ha tomado sólo como una medida que cumplir y rellenar espacios, más que realmente tomar en cuenta las capacidades de cada aspirante a ser incluido.

“Eso es parte de lo que es luchar por la disminución de la brecha de género y luchar por la igualdad. No vale esperar al 2030 para que la ONU cumpla con el objetivo cinco de equidad de género. Llevamos años haciendo que la mujer vaya poco a poco creciendo y teniendo espacios donde surgieran para ser reconocidas y generen un cambio”, insistió.

En su experiencia, Castillo recordó su paso por la Junta Regional de Primarias, como representante juvenil. Coincidió con el planteamiento de Andrade sobre la masculinización de los gestos.

“Si yo no hablaba duro, si yo no me ponía firmemente a las personas, claramente, primero soy joven, segundo soy mujer, entonces hay dos cosas en mi contra al momento de hablar con personas adultas que hacen política, pero si yo no tomaba actos masculinos para poder enfrentarme a otros y decir cuál era mi decisión, claramente no me iban a tomar en serio”, expuso.

“Son cosas que quiero que cambien porque tengo muchas amigas que les interesa la política, pero como no tienen rango masculino no han podido crecer… Se quedan simplemente como activistas, no las invitan a ciertos eventos, no les dan cargos en los partidos políticos, y es natural porque simplemente no cumplen con el típico estereotipo masculino”, agregó.

Resiliencia y sororidad

La concejala del municipio Caroní, Aliana Estrada, durante su ponencia destacó que hacer política no es solamente denunciar el mal estado de las calles o los servicios públicos. “Es ir a relacionarte con la gente”.

“Estar en el cargo significa salir adelante con el cargo, planificar, coordinar, buscar otros escenarios, no solamente la política. Yo tengo que ir a la Cámara de Comercio, voy a las universidades, busco los estudiantes para ver cómo hacer para poder lograr cosas en la ciudad y ha sido muy difícil porque, además, en la decisión en el Concejo Municipal somos nueve votos contra cuatro”, explicó.

Para Estrada, se puede influir con razonamiento, con estudio, con formación, con habilidades de asociación. Es imposible que un político mujer u hombre pueda lograr avanzar en la sociedad si no tiene propuestas. Habla de la resiliencia ante situaciones como no dar oportunidades o quitar esas posibilidades de aspiración.

A su discurso agregó la importancia de la sororidad. “A veces estamos en un equipo de mujeres y entonces somos las propias mujeres quienes nos atacamos. Tenemos que aprender a trabajar entre nosotras y tratar de que ese equipo irradie organización, planificación, actividades, acciones que nos generan bienestar”, puntualizó Estrada.

Sostuvo que la presencia de la mujer en la política puede contribuir a cambiar y transformar a la sociedad, y proponer acciones que permitan mejorar la calidad de vida en cada uno de los sectores donde se desempeñen.-

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