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El Cardenal Rosalio Castillo Lara

Edgar Benarroch:

El pasado 16 de octubre se cumplieron catorce años  del fallecimiento de quién fue un prelado  de excepción, me refiero al Cardenal Rosalio Castillo Lara, por ello deseo llevar a ustedes esta nota que de manera muy sucinta recoge alguna información sobre él.

Nació en Güiripa, municipio San Casimiro del Estado Aragua en 1922, se ordenó Sacerdote en septiembre de 1949, fue doctor en Derecho Canónico. Su ordenación Episcopal ocurrió en mayo de 1973 y falleció en el 2007. Sus exequias se realizaron en la Iglesia San Juan Bosco de Caracas y posteriormente fue sepultado en Güiripa. Desarrolló la mayor parte de su vida pastoral en el Vaticano, donde ocupó importantes cargos y desempeño elevadas funciones durante el papado de Juan Pablo II. Tras su retiro como prelado regresó a Venezuela, a su residencia familiar en su pueblo natal y se convirtió en una de las figuras más destacadas de la oposición radical al gobierno de Chávez. En muchas entrevistas acusó a Chávez de dictador y de llevar al país hacia un régimen comunista similar al cubano, ademas lo calificó de «déspota paranoico» y recomendó someter al Presidente a una sesión de exorcismo.  La repuesta de Chávez fue decirle «que era un diablo con sotana, bandido, inmoral y golpista». Acordémonos que ese era su vocabulario.

Es célebre la homilía del Cardenal oficiada al finalizar la procesión en honor  la Santa Virgen Divina Pastora el 14 de enero de 2006 con la que le pidió a los feligreses orar y trabajar fervorosamente para salvar a Venezuela y calificó la situación nacional de «extrema gravedad como muy pocas en nuestra historia»

Castillo Lara se convirtió en uno de los hombres de mayor confianza del hoy Santo Papa Juan Pablo II, llegando a presidir la Pontificia Comisión para el Estado de la Santa Sede y atendiendo otras altas responsabilidades y funciones que el Santo Papa le encomendó.

En una ocasión, ya en situación de retiro de su prelado, Nelson Bocaranda  lo entrevistó en su residencia y le pidió que definiera a Chávez en una frase, dijo: «Mefistófeles, Satán». Bocaranda se sonrió y el Cardenal le ripostó diciéndole, «no lo digo porque sea tremendo o travieso, lo digo porque es una alma tomada  totalmente
por el demonio».

Mucha gente de inmensa y férrea fe católica sostienen que este régimen nos lo quitamos de encima con oraciones y súplicas al Padre Eterno, ello sin lugar a dudas ayuda muchísimo, pero todo no se lo debemos dejar a Dios y además Él nos dijo «ayúdate que yo te ayudaré». Es necesario ayudarnos nosotros mismos para encontrar la compañía de Dios en la lucha y en la tarea que adelantamos y la manera más eficaz y efectiva, además de ser la que facilita una salida más rápida, es la UNIÓN  de todos quienes queremos cambio lo más pronto posible. No entiendo cómo no entendemos que la unión es el camino más corto para superar este desastre en que nos encontramos que diariamente nos angustia más y empobrece a todos. No lo entendemos o no queremos la UNIÓN porque perdemos el protagonismo personal y ello es una gran mezquindad rayana en la irracionalidad porque nos coloca de espalda al sagrado interés nacional que debemos tener siempre de primero. Nos unimos o seguimos fuñidos. Se requiere ser masoquista parar seguir fuñidos.

Los actuales capitostes del régimen también son acreedores a las opiniones del Cardenal Castillo Lara sobre el que se fue, pues siguen sus consejas «rodilla en tierra» y peor, si es posible.

Una vez, conversando con el Cardenal,  me dijo que le había hablado en extremo al Papa Juan Pablo II sobre quién era Chávez y el Santo Papa después de escucharlo con mucha atención le preguntó ¿»Y por qué lo eligieron»?. Sobre este ¿por qué lo eligieron? hablaremos en una próxima nota.-

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