Entrevistas

Entrevista al diplomático William Cárdenas sobre el auge de la corrupción en España

William Cárdenas, diplomático y abogado, es una de las voces más reconocidas en temas de derechos humanos, justicia internacional y lucha contra la corrupción. A lo largo de su trayectoria, ha observado de cerca los desafíos que enfrentan las democracias modernas frente a la corrupción y ha seguido de manera exhaustiva la evolución de este fenómeno en España. En esta entrevista con Business People España, Cárdenas comparte su visión sobre cómo la corrupción ha cambiado en la última década, el estado actual de la legislación y las instituciones encargadas de combatirla, así como el impacto de las nuevas tecnologías y los riesgos que enfrenta el sistema judicial en su lucha por la independencia. Además, aborda con claridad las implicaciones de la reciente proliferación de casos de corrupción y ofrece una perspectiva optimista sobre el futuro de la lucha contra este flagelo, siempre que se mantenga la voluntad política firme.

¿Cómo ha evolucionado la corrupción en España en la última década?

España, en los años recientes, ha sufrido un deterioro estimable en este escenario, en el que han influido varios factores convergentes. En primer lugar, por el aumento de casos de corrupción que han aflorado, tanto en el ámbito de la política como en otros sectores, que ha incidido en esta percepción. En segundo lugar, es evidente que la inestabilidad política que ha acompañado a estos años con la aparición de nuevos actores, como consecuencia de la fractura del mosaico político parlamentario con nexos con otros países, ha hecho aún más complejo el seguimiento de estos delicados asuntos. Pero este deterioro no es atribuible a la lucha contra este flagelo, que se mantiene y multiplica en varios frentes.

¿Existe una legislación sólida?

Por supuesto que sí, existe una estructura policial y judicial con capacidad para librar el combate contra la corrupción en todos los ámbitos. Otra cosa es que, por diferentes razones, se recorten recursos indispensables para tener mayor eficacia en las estrategias, tácticas y acciones de investigación, persecución, enjuiciamiento y castigo de este tipo de ilícitos. De la misma manera, España se ha dotado de una legislación bastante sólida, desde los años de la transición, que aportaron a la sociedad órganos jurisdiccionales de extrasordinaria eficacia y garantía, como la Audiencia Nacional, que permite cubrir gran parte de los delitos económicos más frecuentes, con perfecta definición de tipos penales, y las responsabilidades para autores, coautores, cómplices y colaboradores. No obstante, en esta materia, especialmente con la aparición de las nuevas tecnologías, es obvio que la legislación va a la zaga de la evolución criminal en materias absolutamente inéditas, por la utilización delictiva de tecnologías, que en muchos casos superan los controles del Estado en su función de seguimiento y castigo de estas prácticas.

La conexión con la Unión Europea, su permanente contacto y supervición, hace bastante intensa la actividad desplegada, que hasta ahora mantiene suficientes elementos para tener éxito en los objetivos sectoriales. No hace falta la imitación o seguimiento de otros sistemas, porque estos casi 50 años de democracia han permitido a la sociedad española estar cubierta ante esta amenaza. Otra cosa es que desde adentro se conspire y ataque, por razones políticas, un aspecto que es fundamental y que es la garantía para que el sistema funcione: la independencia del Poder Judicial.

¿Cómo debemos interpretar el auge de nuevos casos?

El que afloren casos de corrupción y sean del conocimiento de la sociedad solo explica que se está actuando en la buena dirección. No podemos pensar que nos encontramos en aquellos años en los que la democracia española perdió la virginidad en este sentido, con casos como los del hermano de un conocido líder político del PSOE; o en aquel episodio que implicó la huida y persecución durante un buen tiempo de un alto cargo de la Guardia Civil, al que finalmente se capturó y castigó. Con el transcurso del tiempo, estos procesos se han ido intensificando. Han aparecido numerosos casos que tienen mucho que ver con los años de prosperidad, incremento de ingresos provenientes de fondos europeos y de bonanza económica que han alentado este tipo de conductas, pero muchos de ellos han sido procesados y los hallados culpables de enriquecimiento indebido y atentados contra las arcas públicas, procesados y condenados.

Más peligrosos me parecen los que hemos visto en tiempos recientes, donde se han forzado las interpretaciones legales y utilizado los órganos legislativos para garantizar la amnistía de individuos responsables de ilícitos económicos. Esta inmunidad se convierte en un enemigo mortal para la justicia, pues con ella se despoja a los órganos jurisdiccionales de su contenido. Y si a esto agregamos lo ya comentado de ataques y pretensiones de hegemonía judicial, pues el panorama se oscurece al máximo.

¿Qué papel jugarán las nuevas tecnologías en la lucha contra la corrupción?

Las nuevas tecnologías ofrecen muchas ventajas que abonan en la celeridad, certidumbre y eficacia de los procesos judiciales. Ya España tiene en marcha un proceso de modernización de sus órganos de investigación policial, judicial y forense, de manera que la incorporación de la IA a estos procesos obviamente será de gran ayuda.

¿Cómo prevé que será el futuro de la lucha contra la corrupción?

El futuro va a depender de la voluntad política y de que no se baje la guardia en esta materia. Si hay algo que puede hacer peligrar los valores de una democracia es tener permisividad en esta materia y aflojar los controles que ayuden a reducir su presencia, impacto y efectos. La democracia española va camino de sus 50 años de vida en paz y libertad. Todo lo que coadyuve a su continuidad adquiere un carácter fundamental. Soy optimista, porque entiendo que las perturbaciones de los años recientes son pasajeras.-

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