Sin olfato…político
Habrá justicia en la tierra y en el cielo. Ya han comenzado a padecer. Los espera un largo camino de sufrimiento y si les queda, consciencia, de arrepentimiento
Gloria Cuenca:
Si, así fue. Un grupo de supuestos políticos, politicastros y politiqueros no tuvieron la visión del cambio profundo que se operó en el país, partir de un cierto momento crítico. Cómo si fuera poca su falta de percepción por lo que pasó y lo que está pasando, ahora, quieren “encharcar” más sus posibilidades- si es que se puede- asumiendo conductas verdaderamente deplorables. Hablan, de “pasar la página” como si eso fuera una opción para los más de 7 millones de venezolanos que votamos por el cambio, sumados con los 4 millones que se dejaron fuera por las maniobras de gente, no existe calificativo adecuado para sus marramucias y desvergüenzas. Nuestra lucha, la de los ciudadanos venezolanos, quedó demostrado, en 26 años de atropellos por parte del régimen: somos demócratas. Ha sido siempre en el marco de la ciudadanía. Se activa, con pancartas y consignas. Marcha y expresa su indignación. Mientras la respuesta desde el régimen es armas, represión, tortura y violación de los Derechos Humanos, fundamentales.
Recuerdo, hace años, el gran locutor que fue Renny Ottolina, planteó la necesidad de hacer una campaña sobre el SENTIDO COMÚN. A algunos aquello les pareció una “perogrullada”. ¿Campaña en favor de despertar el sentido común? ¿Será necesario? ¿Por qué y para qué? Resulta que, más de 50 años después, ¡horror de los horrores!, ¡Que atraso, mi Dios! Observo que tal vez, sea necesaria la tal campaña para recuperar el sentido común. ¿Lo aceptarán quienes han perdido el sentido común? ¿Será? No somos los ciudadanos de a píe, ni tampoco los otros, quienes, con bastante sentido común, compromiso y responsabilidad hemos exigido democracia y libertad, en estos tiempos; ha sido el régimen, cada vez más comprometido con posturas malignas y desproporcionadas, el que perdió el SC. En “conchupancia” con el gobierno, un grupete de “lideruchos”, vergonzosos, quieren pactar con el régimen. ¡Dios! ¡Qué vergüenza y horror! ¿Quieren convencer a alguien de su acción desnaturalizada? Desde la observación, más o menos serena, en medio del caos en el que estamos, parece que hay un grupo de dirigentes-supuestamente políticos- que no crecieron- emocional, menos existencialmente- en medio del atribulado cuarto de siglo gobernados por gente nefasta. No los defiendo, busco una explicación. No se dieron cuenta de lo que ocurría: ¡les faltó olfato político! Se estancaron. No aprovecharon lo vivido para comprender, entender, razonar y desde luego crecer. A algunos, se les nota a leguas, no han podido superar la envidia. Otros, mal disimulan el, anacrónico, machismo. Hay otros que se aferran a los viejos postulados, superados, del marxismo, bien sea por la vía del comunismo o de la social democracia.(¿¡) Prefiero no hablar de las corrientes del socialcristianismo, entre ellos también hay. Imaginen ustedes. Paralizados, ante avances y nuevas situaciones, que se producen, quiéranlo o no. Sobre la envidia, ya lo dije, no me quiero extender. Aun cuando está a la orden del día: lógicamente, si uno o una, se descalifica aparece la envidia, de la verde: “no puedo ser como ella”. La lógica del envidioso es poner motes, buscar historietas retorcidas, como niños en edad escolar. ¿Políticos? Para nada. Aparece también, no por arte de magia, sino consecuencia de esa “envidia, mezclada con el resentimiento y la ignorancia” una competencia mal sana y desleal, que conduce al fracaso de quienes apoyan los disparates y se sienten dentro de estas categorías, pretendiendo impulsar ideales-que no son tales- en búsqueda de una notoriedad “chimba”. (Perdonen el coloquialismo, no encontré un calificativo más claro y concreto); en efecto, quieren aparecer en público, “vía los medios” a ver si logran un puesto en el momento complejo y difícil que vivimos. No logran nada: son el hazme reír de todos. Tendrian que entender que, “la masa no está para bollos” (perdón, por el otro coloquialismo) y, en efecto, la ciudadanía que lentamente ha ido recuperando su identidad, configuración y compromiso con la democracia, no está dispuesta a aceptar estas componendas de última hora, en donde ya se le notan “las costuras” a los remiendos. (Tercer coloquialismo, nuevas disculpas.)
Sí de algo estamos conscientes los venezolanos de este momento tan complejo, es que no cualquiera, se puede montar en una tarima y desde allí, pretender “pontificar” lo que se debe hacer. Esos tiempos pasaron. Hoy se requiere que los políticos de verdad exhiban su coherencia a diario, para poder ser dueños de nuestra confianza. No se acepta más aquél que dice una cosa y hace otra; piensa de una manera y actúa de otra muy distinta, exige y no da el ejemplo. Son más de 26 años escuchando mentiras, sufriendo engaños y llevándonos cada día a una situación cada vez peor. Algo nunca visto en la historia contemporánea de Venezuela.
Han arruinado al país, han vaciado su inmensa riqueza, atropellan no solo a adultos sino a niños y jóvenes, esperanza y futuro del país. Son ateos, no tienen temor de Dios. Sin embargo, habrá justicia en la tierra y en el cielo. Ya han comenzado a padecer. Los espera un largo camino de sufrimiento y si les queda, consciencia, de arrepentimiento. A diario escuchamos lamentos, sufrimientos de los familiares presos y de los perseguidos por nada. En su terrible temor hacen cada vez más locuras. ¿Creen que estarán a salvo? Dios todo lo ve y sabe. La Justicia Divina es inapelable. Cuando llegue, llegó y punto.-