Opinión

Dolarización compulsiva

 

Isaías A. Márquez Díaz:

En vista de la presión económica que agobia a la humanidad entera, entre la que estamos inmersos, debemos estar concientes de este hecho, el cual aparte de tratarse de un tema apocalíptico, también es una realidad compulsiva que por sus peculiaridades o características productos de un imperialismo y colonialismo que  desmejoran gradualmente, nuestra calidad de vida; sobre todo, en materia de salud pública puesto que tal presión está degenerando en enfermedades mentales y nerviosas; neoplasias, trastornos cardiovasculares, además de otros males socioeconómicos, tales como pobreza extrema.

 

Aunque por lo menos  durante cerca de un par de decenios Venezuela ostentaba una estabilidad económica muy sólida, sus agentes económicos se vieron obligados a defender su patrimonio de una vorágine inflacionaria acelerada.

En efecto, la dolarización de facto y renuncia gradual de la moneda local  a favor de las extranjeras, tales como: dólar estadounidense, euro y bitcoin, por lo que ante semejantes condiciones nuestra moneda local y oficial, el bolívar, perdió sus valores intrínsecos y extríncecos, lo que conllevó a su depreciación paulatina; situación era de esperarse en virtud de la masa migratoria que  por razones socioeconómicas debió salir del país; población que al lograr un reacomodo laboral y capacidad de pago que no tenía en Venezuela o que lo había perdido, enviaba remesas en divisas, hecho que indujo a una dolarización informal o de facto, que el Ejecutivo anuncia o decide, quizá importunamente, por 10/2019 a objeto de refrenar la espiral inflacionaria que nos agobiaba desde 2007, y conllevó a la implementación de un  arbitraje BCV, mediante mesas cambiarias a fin de establecer una tasa oficial de cambio intradiaria; tipo de cambio que inició muy presuntuosamente, a la tasa de unos Bs 4,30/USD.

isaimar@gmail.com

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