Verdades… ¿o mentiras?
La nueva secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, afirmó que se ha eliminado el Estatus de Protección Temporal (TPS) para centenares de miles de compatriotas porque según ella, «en Venezuela hay mejoras notables en varias áreas como la economía, la salud pública y la delincuencia» (sic)

Marcos Villasmil:
La semana pasada, el martes 4 de marzo, dijo su primer discurso al Congreso el presidente de los EEUU, Donald Trump; y como es ya costumbre, sus palabras generaron una gran controversia; hay análisis que lo elogian, otros lo vituperan.
Desde el día uno de su primer Gobierno, el Washington Post creó una unidad de seguimiento del tsunami de mentiras que con frecuencia diaria producía Trump 1. El 23 de enero de 2021 el diario dio su veredicto final, con este titular:
“Trump hizo 30.573 afirmaciones falsas o engañosas como presidente. Casi la mitad se produjeron en su último año”.
Es evidente que cada quien es cada cual, como dice Joan Manuel Serrat en su canción “Cada loco con su tema”:
“Cada loco con su tema,
contra gustos no hay disputas:
artefactos, bestias, hombres y mujeres,
cada uno es como es,
cada quién es cada cual
y baja las escaleras como quiere”.
Y cree lo que quiere creer. Y en estos tiempos de redes sociales, se cree lo que se ve allí, sin perder demasiado tiempo en verificar su certeza.
Volviendo al discurso de hace pocos días, el Washington Post, en análisis de Glenn Kessler, publicó toda una serie de frases inexactas, incorrectas y absurdas de Trump en dicho discurso (“el presidente hizo afirmaciones falsas sobre los pasos fronterizos, las regulaciones, la economía, la inflación y muchas otras cuestiones”). Aprovechemos para darle la palabra al Washington Post, y veamos tan sólo algunas de las 26 observaciones señaladas por ese periódico.
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DT: «Ganamos el voto popular por grandes números y ganamos condados en nuestro país 2.700 a 525».
WPost: “Son métricas engañosas. A diferencia de 2016, Trump ganó el voto popular, pero por poco. En porcentaje, su margen sobre la candidata demócrata Kamala Harris fue del 1,5%, el menor desde 2000 y el cuarto menor desde 1960.
En cuanto a los condados, la mayoría de los que ganó Trump están poco poblados. Así, aunque ganó 2.633 condados frente a los 427 de Harris, ella casi le igualó en voto popular. Además, la mayor parte de la producción económica del país se encuentra en los condados que ganó Harris. La Brookings Institution calculó que, aunque Trump ganó el 86% del total de condados del país, esos condados representan el 38% del producto interior bruto nacional. El relativamente pequeño lote de condados que ganó Harris produce el 62% del PIB”.
DT: «Heredamos de la anterior administración una catástrofe económica y una pesadilla inflacionista».
WPost: “Esto es absurdo. Trump heredó una economía con un desempleo relativamente bajo, una inflación en descenso y un fuerte crecimiento. El mes anterior a las elecciones de noviembre, el medio británico The Economist publicó un artículo de portada en el que declaraba que la economía estadounidense era «la envidia del mundo.»
DT: «Sufrimos la peor inflación en 48 años. Tal vez incluso en la historia de nuestro país».
WPost: “Esto es falso (…) La inflación alcanzó un máximo del 9% en junio de 2022, mientras que la inflación anual fue del 7% en 2021, del 6,5% en 2022 y del 3,4% en 2023. No fue la más alta de la historia de Estados Unidos. En la edad adulta de Trump, la inflación fue del 9 por ciento en 1978, del 13,3 por ciento en 1979, del 12,5 por ciento en 1980 y del 8,9 por ciento en 1981, y también del 8,7 por ciento en 1973 y del 12,3 por ciento en 1974. La inflación fue del 18,1% en 1946, el año en que nació Trump. Otros periodos de la historia de Estados Unidos tuvieron tasas de inflación aún más altas.
DT: “El Canal de Panamá se construyó a un tremendo coste de sangre y tesoro estadounidenses. 38.000 trabajadores murieron construyendo el Canal de Panamá. Murieron de malaria. Murieron de mordeduras de serpiente y mosquitos».
“La estimación de Trump de 38.000 muertos es exagerada. La cifra aceptada es de menos de 6.000, principalmente por heridas y enfermedades. Muchos no eran estadounidenses. Según algunas estimaciones, los trabajadores negros, incluidos muchos antillanos, tenían casi cuatro veces más probabilidades de morir que los trabajadores blancos”.
DT: «Me retiré del injusto Acuerdo Climático de París, que nos estaba costando billones de dólares».
WPost:” Esto es falso. Cada país estableció sus propios compromisos en el marco del acuerdo de París, por lo que el comentario de Trump no tiene mucho sentido. Podría haber cambiado unilateralmente los compromisos ofrecidos por el presidente Obama, lo que técnicamente está permitido por el acuerdo. De hecho, el acuerdo no es vinculante, por lo que no había nada en él que impidiera a Estados Unidos construir, por ejemplo, centrales de carbón, o que diera permiso a China o India para construir centrales de carbón. Las estimaciones de Trump sobre los costes proceden de estudios financiados por la industria que no tienen en cuenta los posibles beneficios de reducir el cambio climático”.
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¿Más allá del discurso ante el Congreso, alguien en la nueva administración gringa ha dicho algo sobre Venezuela? Bueno, la secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, afirmó que se ha eliminado el Estatus de Protección Temporal (TPS) para centenares de miles de compatriotas porque según ella, «en Venezuela hay mejoras notables en varias áreas como la economía, la salud pública y la delincuencia» (sic). Nadie en el Gobierno Trump, o en el mundo MAGA, ha respondido a semejante insensatez.
Es evidente la falsedad de lo dicho en el discurso, o por Kristi Noem sobre Venezuela.
Esto me recuerda una anécdota de Georges Clemenceau, quien a partir de noviembre de 1917 fuera nombrado nuevamente jefe del Gobierno francés.
Ya concluida la Gran Guerra (1914-1918, luego conocida como la Primera Guerra Mundial), un periodista lo entrevistó y le hizo esta pregunta: ¿qué cree usted que dirá la opinión pública dentro de cien años sobre cuáles fueron las causas de esta guerra?
La respuesta de Clemenceau, con algo de chanza, fue: “espero que a nadie se le ocurra decir que la guerra comenzó porque Bélgica invadió a Alemania”.
Es fácil suponer que ni a Trump, ni a sus secretarios, ni a Musk, les interese saber quién fue Clemenceau, o los detalles de esa terrible conflagración mundial, que tuvo más de nueve millones de combatientes y siete millones de civiles fallecidos.
Están demasiado ocupados vendiendo la cruel mentira de que los ucranianos son los culpables del actual conflicto, y que Putin, sus esbirros, secuaces y soldados, al parecer son víctimas.
El líder estadounidense comparte con el ruso una visión depredadora del mundo. A los fuertes se les respeta, a los débiles se les desprecia o explota.
Mientras, ante tanto abuso, tantas mentiras y amenazas sin control, Europa comienza a replantearse un nuevo mundo donde su gran aliado desde 1942 se alía con el mayor enemigo de occidente.
Alemania se rearma. Con más de 500.000 millones de euros, la propuesta del nuevo canciller Friedrich Merz movilizaría una suma que, sólo en Alemania, equivaldría casi al total del Plan de Recuperación adoptado a nivel europeo en respuesta a la pandemia de Covid-19.
No queda otra. Está en su apogeo el ataque de los bárbaros, incluso los que hasta hace pocos meses se consideraban amigos y aliados.
Puede que sea esta la hora de los depredadores y de los bárbaros, pero también puede ser la de Europa. Así lo esperamos, todos los demócratas del mundo.-