Trabajos especiales

Manuel García-Pelayo y los políticos

Declarará Don Manuel, acerca de las cualidades de un político de nuestra era, señaló cinco condiciones fundamentales: conocimiento de la finalidad, de la posibilidad, de la instrumentalidad, de la oportunidad y de la razonabilidad

Jesús Mazzei Alfonnzo:

En reciente fecha, recordamos el pasado 25 de febrero, la culminación de la parábola vital de Don Manuel García-Pelayo, hoy deseo rememorarlo por un significativo texto, en este caso, una entrevista del año 1958, cuando recién se incorporaba al plantel de profesores de la Facultad de Derecho de la UCV, para fundar un Instituto especializado en los estudios de ciencia política, como muestra de modernidad educativa, en la naciente democracia venezolana.

En efecto, corría el año de 1958, inicios del proyecto democrático cuando en medio de dificultades se estaba en plena campaña electoral para las elecciones de diciembre del 58, segunda elecciones para elegir a Presidente después de las del año 1947, y en medio de contexto socio-político difícil, cuando unos meses antes en julio se había dado al traste del intento de golpe militar de carácter reaccionario de Jesús Maria Castro León, Ministro de la Defensa de la Junta de Gobierno que presidía Wolfgang Larrazábal y las negociaciones y acuerdos logrados en el acuerdo del Pacto de Punto Fijo, el 31 de octubre de ese año, que a Don Manuel le tocó observarlo, en los primeros días de su estancia en el país.

Así las cosas, en ese contexto local, precedido de una bien ganada reputación académica llega a Venezuela, el Dr. Manuel García-Pelayo, contratado por la entonces Facultad de Derecho de la UCV, con la encomienda y el reto, de instaurar un Instituto de Estudios Políticos, gracias a las gestiones entre otros de los profesores Moules Caubet, Ramón Escovar Salom entre otros distinguidos profesores de dicha facultad, se escoge a Don Manuel, instalándose en la Facultad y dando los primeros pininos del Instituto que se fundaría en el primer trimestre 1959, para iniciar el camino de la modernización de los estudios académicos de alto nivel, particularmente en la ciencia política, disciplina desconocida en Venezuela en aquel entonces, pero sus autoridades decanales y universitarias, estaban listas para dar el paso de la institucionalización de la ciencia política, en la primera casa de estudios del país, la UCV.

Así las cosas, en una entrevista por parte de los que dirigían el Boletín Informativo de la UCV, publicada el 17 de noviembre de 1958, del año III, núm.52, segunda época, sobre la Cualidad de los Políticos y la necesidad de los teóricos.

En efecto, Manuel García-Pelayo, que ya era conocido en la Facultad por su obra intelectual, y en particular, por su Derecho Constitucional, concede pues, una entrevista, dando luces sobre diversos temas acuciantes para el momento histórico-político del país, sino también de la Universidad Central, que recobraría su autonomía cercenada por la autocracia perezjimenista. Declarará Don Manuel, acerca de las cualidades de un político de nuestra era, señaló cinco condiciones fundamentales: conocimiento de la finalidad, de la posibilidad, de la instrumentalidad, de la oportunidad y de la razonabilidad.

En efecto, el maestro como lo fue el Dr. Manuel García Pelayo, explico pues su utilísima categorización de las cualidades de un político ideal o arquetipo: 1) saber qué se quiere o conciencia de finalidad; 2) saber qué se puede o conciencia de posibilidad; 3) saber qué hay que hacer o conocimiento de la instrumentalidad; 4) saber cuándo hay que hacerlo o sentido de oportunidad y, 5) saber cómo hay que hacerlo o sentido de la razonabilidad. Esto es lo que hace una diferencia existencial de un político ideal a un mediocre. Una enumeración de cualidades muy oportuna que deberían leer, por ejemplo, los parlamentarios de la Asamblea Nacional que tomaron posesión el 5 de enero próximo pasado, como una lección de conocimiento político, también los políticos de oficio, los gobernadores, alcaldes, concejales y pichones de políticos profesionales en ciernes. Estudien y fórmense, lean, escriban, tengan alta visión y amplitud de miras. Tengan a fin de cuentas auctoritas, que ahora con un as poquísimas excepciones no la tienen.

García-Pelayo, afirma que el teórico ejerce una gran influencia en la realidad política ”… hasta el punto que todo gran movimiento político o la política de toda una época histórica aparecen vinculados a una o varias doctrinas a veces simbolizadas en unos cuantos libros…” cita entre otros La ciudad de Dios de San Agustín, Príncipe de Maquiavelo,, La República de Bodino, El Gobierno Civil de John Locke, o el Contrato Social de J. J. Rousseau, La filosofia del Derecho de Hegel, el Manifiesto Comunista de Marx o la Voluntad de Poder de Nietzsche entre otros.

Habla del Príncipe Savio y afirma que…” Por consiguiente, es una constante histórica la aspiración a la unidad entre la actividad política y la sabiduría adecuada a ella, pues si bien la teoría no crea políticos, no es menos cierto que potencia sus posibilidades. El saber político es más un savoir fair que un saber pensar, pero la formación teórica esclarece lo que hay que hacer…”

Don Manuel, pues, como vivieron sus discípulos fue un acucioso estudioso de Max Weber que introduce su obra al estudio de los primeros investigadores del Institutito de Estudios Políticos, a partir del año 1959, tomo en lo particular lo que Max Weber, definió como varios tipos de políticos: los políticos ocasionales, los políticos semiprofesionales y los verdaderos políticos profesionales. Angelo Panebianco, habla de siete tipos de políticos: el empresario político que es el líder partidista, los burócratas del partido, los funcionarios expertos que prestan servicios al partido en su campo de especialización, el notable, al cual se refiere Weber como político diletante, el profesional de Staff es más técnico, el profesional que trabaja en espacios estatales o paraestatales y el semiprofesional. Son los ejecutores políticos responsables de las políticas públicas.

En el caso venezolano como: Rómulo Betancourt, Rafael Caldera, Uslar Pietri, Ramón Escovar Salom, Luis Beltrán Prieto Figueroa, Arístides Calvani, Miguel Ángel Burelli Rivas, Teodoro Petkoff, Gustavo Machado, Américo Martín y Pompeyo Márquez, Eloy Torres, Simón A. Consalvi, Ramón Guillermo Aveledo, Luís Herrera Campíns, Eduardo Fernández, Enrique Pérez Olivares, Oswaldo Álvarez Paz, entre otros políticos, que conjugaron esa doble función: la interacción que se produce entre políticos para reflexionar y diagnosticar y luego producir políticas públicas de largo alcance efectivas y eficientes. Políticos que razonaban, pensaban y visualizaban un país. Hoy reina el transfuguismo, pragmatismo, falta de coherencia entre lo que se dice y se hace. Muy lamentable la clase política actual.

Conjugar pues, la labor del intelectual con la del político es difícil, gobernar es aún más complejo, en un mundo contemporáneo imprevisible como el de hoy, es optar entre diferentes opciones, es saber que se quiere, saber qué se puede y que no se puede hacer, saber cuándo hay que hacerlo y finalmente, cómo hay que hacerlo, y en democracia, es más complejo, por ello, los aportes de estos ilustres venezolanos en sus distintos campos del reflexionar y el hacer política, nos deja un rico legado para conocer lo que somos y nuestra historia. Hoy no tenemos políticos de este talante, estamos en una situación que tenemos a los peores y más mediocres políticos de oficio, estamos en una época que impera una situación kakistrocrática, el gobierno de los peores. Menudo reto y desafío, para las nuevas generaciones de políticos venezolanos a mediano y largo plazo.

Estimo, en fin, que se deben potenciar las cualidades que Don Manuel, cree debe tener un político no sólo en el reflexionar sino en el accionar: sentido de la finalidad de un proyecto, conciencia de la posibilidad, conocimiento de la instrumentalidad, sentido de la oportunidad, sentido de la razonabilidad.

El afirma “… que ninguna de estas condiciones es producida por la formación teórica, ya que son, originariamente, innatas, pero no es menos cierto que dicha formación puede hacerlas fértil…”. Finalmente, afirma el papel de los líderes en las agrupaciones y asociaciones políticas como claves. Tomemos, pues, su lección académica. Y, además, en efecto, la carencia de, los políticos Statesmanship, concepto que he leído de la politóloga Dra. Lara M. Brown de la Universidad de la Universidad George Washington de los EE. UU, el cual reúne como algunas características como carácter, persona, reputación y autenticidad, que unido a capacidad de tener perspectiva de análisis, creatividad, flexibilidad, resiliencia y capacidad estratégica, le da mejores vías para actuar en la política diaria y de largo alcance estratégico en forma positiva para la sociedad en que actúa y modela.-

jesusmazzei@gmail.com

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