Cultura Católica

Todo sobre el cónclave: el «ritual de elegir papas» que más ha cautivado a creyentes y no creyentes

La mayoría para elegir al Papa son dos tercios de los votos de los cardenales

Si hay una tradición en el mundo que atrae el interés de católicos y no católicos ese es el cónclave: la elección de un Papa de Roma. Pero, ¿en qué consiste?

La palabra latina «cónclave», que quiere decir «bajo llave», se adoptó en el siglo XIII cuando los cardenales dejaron vacante la Sede Apostólica durante más de dos años. El gobernador de Viterbo (Italia), cansado de no tener Papa, decidió encerrar con llave a los purpurados, hasta que finalmente fue elegido Gregorio X. Está considerado el cónclave más largo de la historia.

Tiempo después, en 1740 tuvo lugar otra de las elecciones que más duraron: cerca de seis meses, y en su transcurso llegaron a morir hasta cuatro cardenales. La elección más corta, en cambio, ocurrió en 1503, cuando se tardó apenas unas horas en elegir al Papa Julio II.

Claves de una «maquinaria» apasionante

-El documento que regula la elección de un Papa, aunque Benedicto XVI introdujo reformas sobre el mismo, es la Constitución Apostólica de Juan Pablo II titulada: «Sobre la vacante de la Sede Apostólica y la elección del Romano Pontífice«.

-El cónclave comenzará siempre en la fecha establecida por los cardenales y, aunque suele celebrarse entre 15 y 20 días después de la muerte o renuncia del Pontífice, según el Motu Proprio de Benedicto XVI, podrá adelantarse si así lo estima oportuno el Colegio Cardenalicio.

-Antes del cónclave se realizan las llamadas Congregaciones Generales, reuniones de cardenales en las que se cierra el calendario para el cónclave.

-La elección del Papa se realizará en la Capilla Sixtina.

-Los cardenales que participen se alojarán durante todo el tiempo que dure el proceso en la residencia de Santa Marta (donde ha vivido hasta ahora el Papa Francisco).

-Se prohíben los sistemas electivos mediante los procedimientos quasi ex inspiratione (aclamatorio) y per compromissum (por comisión). Tampoco pueden existir pactos secretos o/y previos entre cardenales.

-Los cardenales electores no serán más de ciento veinte. Pablo VI había fijado la cifra en ochenta, Sixto V (15851590) en setenta. Aquellos purpurados que superen los ochenta años no podrán ni votar ni ser votados.

-Durante el tiempo que dure el cónclave, los cardenales no podrán salir del Vaticano ni leer periódicos ni hacer llamadas telefónicas ni, en general, mantener ningún tipo de contacto con el mundo exterior, como si estuvieran encerrados, aunque de facto no lo estén.

-El territorio de la Ciudad del Vaticano y la actividad ordinaria de las oficinas vaticanas deben regularse de modo que se asegure la reserva y el libre desarrollo de todas las actividades en relación con la elección del Sumo Pontífice. Se deberá cuidar que nadie se acerque a los cardenales electores durante el traslado desde San Marta al Palacio Apostólico Vaticano.

-La mayoría para elegir al Papa son dos tercios de los votos de los cardenales. Si después de doce votaciones, a razón de cuatro por día, no se alcanzara dicha mayoría, los cardenales tomarán un día de descanso. A su vuelta realizarán siete nuevos escrutinios. Siempre será necesaria la ya mencionada mayoría de dos tercios para elegir al Papa.

Durante el tiempo que dure el cónclave, los cardenales no podrán salir del Vaticano.

-Cada cardenal presentará su voto en un papel en el que figurará el texto “eligo Sumum Pontificem…”. Los votos emitidos por los cardenales, debidamente recontados y cosidos por la palabra “eligo”, serán quemados tras cada votación, emitiendo al exterior un humo. Si dicho humo saliera negro, querrá decirse que no se ha elegido Papa. Pero si por efecto de añadir a los papeles del voto algo de paja y cierta humedad, saliera blanco, las campanas de Roma tañerían y querría decir que hay nuevo Papa.

-Los cardenales están obligados a guardar estricto secreto con cualquier persona ajena al Colegio de Cardenales electores; por ello, antes del comienzo del proceso de la elección, deberán prestar juramento. Si esto se incumpliese podrían ser, incluso, excomulgados.

-Puede ser elegido Papa cualquier varón mayor de treinta años, ordenado o no, si no lo estuviera, deberá ser elevado al rango de obispo con carácter previo a su elevación papal.

-El elegido para ser Papa será consultado por el cardenal decano mediante la fórmula “¿Aceptas la elección canónica para Sumo Pontífice?”. De responder afirmativamente, los cardenales se arrodillarán ante él.

-El cardenal protodiácono saldrá a la ventana central de la Basílica de San Pedro y pronunciará la siguiente fórmula“Annuntio vobis gaudium magnum: habemus Papam” (“Os anuncio una gran alegría: tenemos Papa”).

¿Cómo da comienzo y qué sucede dentro?

-Uno de los primeros actos previos al cónclave es el juramento a los técnicos en la Capilla Paulina, bajo la presidencia del cardenal decano. Estas personas son el secretario del Colegio de Cardenales, el Maestro de Ceremonias, los religiosos que ayudan en la sacristía, los confesores, el personal de limpieza, cocina, técnicos en la Casa Santa Marta, los conductores de los vehículos que transporten de la residencia a la Capilla Sixtina a los cardenales, los miembros de la Guardia Suiza y la Gendarmería vaticana, y otros técnicos y ayudantes que participen en la Capilla Sixtina.

-Posteriormente se celebrará la misa «Pro eligendo Romano Pontífice», en la basílica de San Pedro. La misa estará presidida por el cardenal decano y concelebrada por todos los cardenales, no solo los electores.

Puede ser elegido Papa cualquier varón mayor de treinta años, ordenado o no.

-El siguiente momento importante es cuando los cardenales son trasladados de la Casa Santa Marta a la Capilla Paulina. Allí realizarán una primera oración e irán en procesión a la Capilla Sixtina. Primero va la Cruz con los candelarios y después un coro de la Capilla Sixtina entonando: el «Veni Creator Spiritus» y las letanías de los santos.

-Cada cardenal irá a su sitio, y el cardenal decano recitará la larga fórmula introductoria en latín del juramento. Cada cardenal, por orden de precedencia, se acercará al Evangelio abierto, pronunciará su nombre y formulará el juramento. Es entonces cuando el Maestro de Ceremonias pronuncia el famoso «Extra omnes» («Todos fuera»), y deberán marcharse de la Capilla todos los que no son electores.

-Es difícil que en esta primera ronda un candidato suscite los votos necesarios para ser elegido Papa, así que saldrá por la chimenea un humo negro. Los cardenales celebrarán allí mismo el rezo de vísperas, y después volverán a la Casa Santa Marta. Así acabaría la primera sesión del Cónclave.

-Si se consiguiesen los dos tercios de votos exigidos, el cardenal decano, como presidente de la asamblea, preguntaría al elegido: «¿aceptas tu elección canónica como Sumo Pontífice?«. Y, si acepta, le preguntará: «¿Con qué nombre quieres ser llamado?». Cuando dice el nombre, empieza a salir el humo de la fumata blanca. El nuevo Pontífice irá a la llamada «Habitación de las Lágrimas» y se vestirá con las vestiduras papales.

-Regresará a la Capilla y participará en una pequeña oración y una lectura del Evangelio sobre el ministerio petrino, actos protagonizados por el primer cardenal de cada orden (diáconos, presbíteros y obispos).

  • Puedes ver aquí un repaso por la historia de los cónclaves.

-A continuación, cada cardenal ofrecerá su obediencia y fidelidad al nuevo Papa. Después será el momento de salir al balcón. Desde que sale el humo blanco hasta que se presenta ante el pueblo fiel, pueden pasar, por lo tanto, unos 45 minutos. En los días posteriores tendrá lugar la misa de inicio de pontificado.-

ReL

Publicaciones relacionadas

Botón volver arriba