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Nuestro Libertador Simón Bolívar y la religión Católica

En el discurso a leer en el Congreso de Bolivia, preparado en Lima el 25 de mayo de 1826, expuso: "los padres de familia no pueden descuidar el deber religioso hacia sus hijos"

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En muchos de sus escritos, discursos y conversaciones,  exteriorizaba su acendrada formación cristiana; a pesar de haber tenido desavenencias con algunos clerigos, nos ha legado aparte de la independencia, sus estimulantes mensajes de fe y esperanzas.

Su nombre lleva incluido, el de «la Santísima Trinidad», devoción de la familia a la augusta Trinidad y nombre del panteón familiar en la Catedral de Caracas.

A su paso por La Grita en mayo de 1813, al rezarle al Santo Cristo, se retiró del templo sin darle la espalda a la Sagrada Imágen.

En 25 de marzo de 1814, en la hacienda   de San Mateo, ante el asedio por parte del jefe realista José Tomás Boves, el Libertador, imploró a Nuestra Señora de Belén, (Patrona del Edo. Aragua desde el 2004). La explosión del depósito de pólvora numerosas bajas enemigas y la retirada de Boves hacia Villa de Cura.

En Carúpano el 7 de septiembre de 1814, dijo: «Dios concede la victoria a la constancia»

El 25 de julio de 1819, ante la difícil condición de su ejército por el extenuante Paso de los Andes a más de tres mil metros de altura, en el combate de Pantano de Vargas, Invocó a la Virgen de Tutazá. El jefe realista, general Jose Barreiro, se jactaba de decir: ¡ Ni Dios me quita la victoria!…y fue derrotado.

El 24 de mayo de 1821, procedente de Barinas rumbo a la gloria en Carabobo, al pasar por Guanare, se encomendó a la Virgen de Coromoto.

El 14 de junio de 1824, le escribió al general chileno Bernardo O Higgins: «Dios guía los pasos de los hombres».

Desde Potosí le escribió a su hermana María Antonia el 27 de octubre de 1825: «protegeré la religión católica hasta que muera».

En el discurso a leer en el Congreso de Bolivia, preparado en Lima el 25 de mayo de 1826, expuso: «los padres de familia no pueden descuidar el deber religioso hacia sus hijos».

Igualmente expresó: «La Religión es la Ley de la Conciencia»

En Cartagena de Indias, al enterarse del asesinato del general Sucre, exclamó: ¡Santo Dios, se ha derramado la sangre de Abel!

En la hacienda de San Pedro Alejandrino en Santa Marta, le dijo el 8 de diciembre de 1830 a Joaquín de Mier  Benítez: «Jesucristo, Don Quijote y yo, hemos sido los grandes majaderos de la humanidad».

El 10 de diciembre de 1830, al dictar su Última Proclama y Testamento indicó: «En el nombre de Dios Todopoderoso. Amen…Yo…firmemente creo y confieso el alto y soberano misterio de la Beatísima y Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, tres personas distintas y un solo Dios verdadero.

En la cláusula 14 expresó: » Dejó mis bienes a mis hermanas y sobrinos, para que los disfruten con la bendición de Dios».

Nota. Exteriorizo mi Fraternal saludo y agradecimiento, a los consecuentes seguidores de la columna Historia y Tradición, y al Diario El Carabobeño.-

La columna «Historia y Tradición» del prestigioso Diario «El Carabobeño», cumple el 2 de junio, veintiún años. (Este es el artículo Nro. 1092)

Eumenes Fuguet Borregales eumenes7@gmail.com

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