Soñemos el año escolar que comienza
Los sueños nos empujan a caminar, nos dan horizontes, no podemos sentarnos a esperar que otros arreglen las cosas. Los educadores necesitamos 4 P: pasión, plan, paciencia y perseverancia. Los sueños nos ayudan

Luisa Pernalete:
“Algunos sueños. Escuelas bien equipadas y llenas de niños, ellos felices. Que todos los niños tengan educación de calidad. Ambientes escolares seguros y fraternos. Que los educadores podamos despertar la curiosidad en los estudiantes, Maestros avalorados y bien remunerados…”
Lo anterior me lo escribió Juliet, de Fe y Alegría de Ciudad Bolívar cuando le pregunté qué soñaba para el próximo año escolar. Yo comparto esos sueños. Y me atreví a preguntar lo mismo a varios educadores de esos que perseveran en las aulas a pesar de las dificultades y los bajos salarios. Les comparto otras de las respuestas.
Elicet, directora de una escuela de Fe y Alegría de Caracas, nos contestó que “en este inicio de año escolar soñamos con una escuela fortalecida con la familia, con una visión conjunta que nos permita crecer y avanzar para lograr el proyecto que nos enamora como colegio de Fe y Alegría”. Y nos comentó que el lunes tendrán convivencia en un hermoso parque de la capital para hablar del nuevo año escolar, con una charla motivacional y ver la asignación de grados. Buen comienzo.
María Gabriela, maestra de primaria, sueña con menos papeles, menos trabajo administrativo y más tiempo para crear, inventar. Buen sueño.
Yolimar, directora de una escuela de Fe y Alegría del oeste de Barquisimeto, nos habla de sus sueños:” que cada uno de los que somos profesionales de la educación, podamos disfrutar de lo que hacemos con amor y vocación. Disfrutar de cada sonrisa de nuestros niños, niñas y adolescentes, disfrutar de cada abrazo lleno de inocencia y cariño de esos NNA que llegan a nuestros espacios a nutrirse de conocimientos, disfrutar de esas familias que día a día siguen apostando por una educación de calidad, que podamos transformar la sociedad, disfrutar de un espacio digno para que sigamos sembrando esperanzas. Sueño con que seamos docentes que podamos transformar vidas y sembrar esperanzas con valores que humanicen las realidades. Y si, sabemos que no todo es color de rosa, pero sueño que nuestras aulas se llenen de alegría y de vivencias que dejarán huella en todos los actores educativos”.
Y podríamos seguir con los sueños de otros, pero quisiéramos añadir los nuestros, aunque sean repetidos unos cuantos.
Soñamos con calles con muchos papás llevando de la mano a sus hijos pequeños a la escuela, sobre todo los de educación inicial, pues recordemos que, según ENCOVI, esa encuesta que la UCAB realiza desde hace varios años, casi la mitad de los entre 3 y 5 años están fuera de las aulas, y esa etapa es súper importante.
Seguimos soñando con las aulas llenas, y con flexibilidad en cuanto a los requisitos para reinscripciones y para los útiles, un cuaderno y un lápiz es suficiente para comenzar.
Soñamos con docentes suficientes para atender a todos los grados y materias, que se pueda atender a todos los estudiantes.
También soñamos con educadores reinventándose para educar sin aburrir, para que puedan trabajar en equipo, actualizados, que sepan acompañar a los estudiantes, que practiquen la equidad y den mas atención a los que más la necesitan, como los “niños dejados atrás”, esos que no son abandonados pero cuyos padres se han ido a las minas del sur, o a otros países buscando horizontes.
Soñamos con salarios decentes para los docentes, que el Artículo 91 de la CRBV se cumpla, lo recordamos, que “todo trabajador o trabajadora tiene derecho a un salario suficiente que le permita vivir con dignidad y cubrir para sí y para su familia las necesidades básicas, materiales, sociales en intelectuales”. Recordemos que sin maestro no hay escuela, no hay educación posible, ni presencial, ni a distancia. Con docentes bien pagados sería posible animar a bachilleres a estudiar educación.
También sueño con que, en todas las escuelas, los padres y representantes se incluyan en el proyecto educativo, estén del mismo lado de la cancha, existan planes de formación para ellos.
Soñamos con que programas tales como Leo, juego y aprendo, ese extraordinario programa impulsado por la UNIMET que atiende a unos 330 centros educativos en 19 estados, y que da herramientas a maestros, madres y niños de educación inicial y de 1 y 2 grado pudiera ser ampliado a todos los centros donde haya educación inicial. Está probado que funciona.
Es un sueño para nosotros que en todas las escuelas haya 3 ejes transversales: educación para la paz y convivencia pacífica, educación para la ciudadanía y educación ambiental. Para ello los educadores necesitan actualizarse, tener herramientas.
Soñamos con que la calidad de la educación venezolana no siga siendo una “materia pendiente”, no solo porque lo contemple el Articulo 103 de la Constitución –educación integral y de calidad es un derecho – sino porque se necesita educación de calidad para tenga sentido y de verdad transforme la sociedad para que sea más humana, fraterna, productiva.
También soñamos con que esa alianza por la educación, que ya existe con 3 universidades, un centro de investigaciones educativas 11 ONGs, entre ellas Fe y Alegría, y mas de 20 empresas participando, se siga ampliando, pues sin educación –y que esta sea de calidad – no hay ni presente, ni futuro para los niños, niñas, adolescentes y jóvenes, pero tampoco un país sale de una crisis sin educación. Necesitamos la gran alianza/ para educar y dar esperanza// Que vengan los empresarios/ también universidades/ líderes y periodistas/ y también autoridades.
En fin, recordemos que los sueños nos empujan a caminar, nos dan horizontes, no podemos sentarnos a esperar que otros arreglen las cosas. Los educadores necesitamos 4 P: pasión, plan, paciencia y perseverancia. Los sueños nos ayudan. Sueñe usted también y comparta sus sueños.-
12/09/25




