Opinión

El derecho a la liberación

Fernando Luis Egaña:

Todos los pueblos tienen el derecho a la liberación. Sí, a la liberación de las cadenas que los oprimen y les impiden el desarrollo de su potencial.

En particular cuando las cadenas han sido mantenidas por el fraude, la corrupción y el despotismo con pretensión indefinida.

Y no me refiero sólo al derecho a la libertad, sino a la liberación, porque se trata de un concepto más amplio, que incluye la conciencia histórica, la justicia social, el progreso económico, la identidad cultural…

Y sobre todo, la capacidad de ofrecer un futuro digno que le dé confianza a los millones de ciudadanos que se han visto forzados a emigrar de una nación convertida en tragedia. Confianza en su amada patria.

El derecho a la liberación se hace más apremiante cuando está sostenido en la Constitución formal, y cuando ha sido combatido sin piedad desde el poder.

El poder que no busca liberar sino esclavizar al pueblo para mandar y depredar a sus anchas, es un poder cuyo único destino es ser sometido a la justicia verdadera para que sus crímenes no queden impunes.

El derecho a la liberación, ejercido con acierto y madurez, es la avenida que conduce a la soberanía y convivencia democrática.

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