León XIV pide una mayor participación de los fieles en las consultas para el nombramiento de obispos
Discurso a los obispos italianos en Asís

León XIV clausuró en Asís este jueves la asamblea general del episcopado italiano.
Tras llegar a la ciudad en helicóptero a primera hora de una mañana fría y muy lluviosa, se dirigió a la basílica inferior, en cuya cripta se custodian los restos de San Francisco. Fue recibido en la puerta por el cardenal Matteo Zuppi, presidente de los obispos transalpinos, y por el franciscano fray Marco Moroni, custodio del Sacro Convento.

El Papa, acompañado de fray Marco Moroni, entra en la cripta de la basílica inferior de Asís para venerar los restos de San Francisco.
Posteriormente se dirigió a la basílica superior de Santa María de los Ángeles, donde se congregaban los obispos.
El sentido de la sinodalidad
En el discurso a la plenaria, el Papa recordó que el llamamiento divino recibido en ese lugar por el Poverello a «vivir según la forma del Santo Evangelio» sigue vigente para todos: «Mirar a Jesús es lo primero a lo que también nosotros estamos llamados. La razón de nuestro estar aquí, de hecho, es la fe en Él, crucificado y resucitado». En ese sentido, volvió a reiterar lo que les dijo cuando les recibió el 17 de junio: hoy es más necesario que nunca «poner a Jesucristo en el centro» y «volver a los fundamentos de nuestra fe, al kerygma«.
Hoy «a menudo se difunden mensajes y lenguajes que incitan a la hostilidad y la violencia; la carrera por la eficiencia deja atrás a los más frágiles; la omnipotencia tecnológica comprime la libertad; la soledad consume la esperanza, mientras numerosas incertidumbres pesan como incógnitas sobre su futuro»: pero en esas circunstancias, dijo, «la Palabra y el Espíritu nos exhortan aún a ser artífices de la amistad, de la fraternidad, de las relaciones auténticas en nuestras comunidades, donde, sin reticencias ni temores, debemos escuchar y armonizar las tensiones, desarrollando una cultura del encuentro y convirtiéndonos así en profecía de paz para el mundo».
Fusión de diócesis y elección de obispos
Tras esta introducción de carácter doctrinal, la parte más práctica y dispositiva del discurso del Papa se referirió a la sinodalidad y a un aspecto organizativo muy importante para la Iglesia italiana: la proliferación de diócesis muy pequeñas (algo que, si bien en menor medida, se vive en otros países secularmente católicos).

A principios del siglo XX, en Italia había 316 diócesis. Hoy son la mitad, pero algunas continúan siendo muy pequeñas, aún más en un contexto de descristianización.
Respecto a la sinodalidad, León XIV recordó el concepto definido por el documento final del sínodo de octubre de 2024: «El caminar juntos de los cristianos con Cristo y hacia el Reino de Dios, en unión con toda la humanidad».
El Papa pidió, en consecuencia, que el «reto» de una «comunión efectiva» tenga una forma «colegiada«, que «comparte pasos y opciones comunes».
«En este sentido», añadió, «los retos de la evangelización y los cambios de las últimas décadas, que afectan al ámbito demográfico, cultural y eclesial, nos piden que no demos marcha atrás en el tema de las fusiones de diócesis, sobre todo allí donde las exigencias del anuncio cristiano nos invitan a superar ciertos límites territoriales y a hacer más abiertas nuestras identidades religiosas y eclesiales, aprendiendo a trabajar juntos y a repensar la acción pastoral uniendo fuerzas».
En el caso concreto de Italia y dada su «fisonomía» en los distintos territorios, pidió que los obispso de cada región aporten «un discernimiento cuidadoso«, con «propuestas realistas» sobre las diócesis pequeñas y de esacasos recursos, «para evaluar si pueden continuar ofreciendo su servicio y de qué manera«.
Asimismo, afirmó que la sinodalidad «implica un ejercicio efectivo de la colegialidad» y por tanto una «escucha atenta» al pueblo de Dios, por lo que el Dicasterio para los Obispos y la Nunciatura Apostólica deben «promover una mayor participación de las personas en la consulta para el nombramiento de nuevos obispos«.
Por último, León XIV dijo que «una Iglesia sinodal… necesita renovarse constantemente» y por tanto «hay que evitar que, aunque sea con buenas intenciones, la inercia frene los cambios necesarios». Dijo que hay que «aprender a despedirse», esto es, «hay que prepararse para dejar el cargo«, y que «es bueno que se respete la norma de los 75 años para la conclusión del servicio de los ordinarios en las diócesis y, solo en el caso de los cardenales, se podrá evaluar la continuación del ministerio, eventualmente por otros dos años».
Humanismo, legalidad y solidaridad
Como recomendaciones estratégicas para la Iglesia en Italia habló de «seguir promoviendo un humanismo integral» y una intervención profética en el debate público «para difundir una cultura de la legalidad y la solidaridad«.
El Papa, poco antes de sus palabras de despedida, incidió en uno de sus leit motiv: el «universo digital«. Indicó que la pastoral no debe limitarse a utilizar los medios de comunicación, sino sobre todo «educar para habitar lo digital de manera humana, sin que la verdad se pierda tras la multiplicación de las conexiones, para que la red pueda ser verdaderamente un espacio de libertad, responsabilidad y fraternidad».-





