¿En qué consiste el Cambio?

José Antonio Gil Yepes:
“El cambio” es la palabra más repetida por los entrevistados en las investigaciones de opinión pública relacionadas a la elección del 28/7.
Los 13 cambios de regímenes que ha experimentado Venezuela republicana han consistido más en cambios del quién ejerce el poder, en vez de cambios en el cómo y sobre qué asuntos se gobierna. Todos los regímenes han presentado muy alta concentración del poder político; han sido de minorías excluyentes; la exclusión genera altas tensiones que, ante la sordera del gobernante, buscan alguna forma de desplazarlo del poder; todos los gobernantes desplazados han sido, a su vez, excluidos, en muchos de los casos mediante acciones violentas, con la excepción de 1998; las salidas de los grupos gobernantes se han producido cuando el nivel de articulación interna en el poder se debilita, mientras un grupo retador emergente se articula y alcanza una mayor cuota de poder. Las arengas para promover el cambio de régimen siempre se han basado en grandes promesas reivindicativas, que, una vez en el poder, no se han cumplido. (José Antonio Gil Yepes, Poder, Petróleo y Pobreza: Tomo II de La Centro Democracia, Caracas, Editorial Libros Marcados, 2012).
Entonces, ¿En qué consistiría un cambio para construir una nación pluralista, democrática y minimizar la pobreza?
El grupo gobernante debe ser incluyente, en vez de gobernar en minoría y perseguir al anterior. Consiste en gobernar en función de tomar decisiones que mejoran la participación política y económica de todos los sectores y de la población en general. Esto último no es una perogrullada, ¡no! El enfoque de la toma de decisiones que ha prevalecido ha sido NO tomar aquellas que signifiquen un fortalecimiento de cualquier sector ajeno al grupo en el poder; o sea, se han filtrado las decisiones en función de su efecto en el reparto de cuotas de poder político, sacrificando el pluralismo y el enriquecimiento de los venezolanos.
Las reglas de juego que han caracterizado nuestros gobiernos han estado todas orientadas a la concentración del poder político: 1. El presidencialismo. 2. El centralismo. 3. El estatismo. 4. El partidismo o, peor, el caudillismo. 5. El populismo. Y, como esa alta concentración del poder inhibe las iniciativas de los sectores no oficiales y eso empobrece al conjunto y amenaza la estabilidad del régimen, había que recurrir a una sexta regla de juego; 6. El rentismo. Antes del petróleo, el rentismo lo ejercía el grupo gobernantes dándole acceso privilegiado a sus allegados a los pocos bienes que había para repartir u otorgándole privilegios, como los monopolios, por ejemplo, del comercio de la sal, de la harina y del agua. Cuando apareció el petróleo, el rentismo se generalizó entre pobres y ricos y entre los diversos sectores: Podían disfrutar pasivamente del dinero, pero sus opiniones valían muy poco en las decisiones públicas.
La verdadera revolución consiste en revertir esas seis exageraciones: 1. Despresidencializar la toma de decisiones. Esto se logra a través de 2. La descentralización y de 3. La privatización de las empresas del Estado y el crecimiento y la diversificación de la producción y exportaciones de las empresas privadas. 4. Los partidos deben dejar de ser los casi únicos tomadores de decisiones, para darle mayores cuotas de participación a otros sectores, tales como los empresarios, los trabajadores, los consumidores-votantes, los académicos y maestros, las iglesias, los estudiantes, etc. La versión de democracia pluralista entendida como la alternabilidad en el poder entre partidos necesita ir mucho más allá para considerar que la democracia necesita reconocer y articular los intereses de otros sectores, en particular, de los empresarios, trabajadores y consumidores. Pero no habrá despartidización de la política hasta que otros sectores no fortalezcan sus respectivas organizaciones sectoriales porque su presión en las negociaciones depende de su unidad y actuación al unísono. 5. El populismo o promoción del apoyo político del gobernante a través de dádivas y arengas a las masas con lo que quieren oír, en vez de lo que les conviene, necesita ser sustituido por educación y promoción de la inversión privada para aumentar las fuentes de empleo y los salarios. 6. El rentismo petrolero necesita ser sustituido por una política petrolera orientada a aumentar significativamente la producción, a mantener precios moderados de los hidrocarburos para evitar que otras fuentes de energía se hagan económicamente viables y dejar de usar los ingresos petroleros para sobrevaluar el bolívar de manera que podamos diversificar las exportaciones privadas.
Esta receta no es mía; ya la trató de aplicar CAP II. Y le costó el cargo, del cual fue excluido por sus propios socios en el poder: las dirigencias de AD, Copei, Convergencia y los Notables. Los argumentos sobre la supuesta corrupción del “entorno de Pérez” (murió pobre) no fueron más que arengas populistas para tapar la cayapa que le montaron los propios partidos del estatus y adictos al rentismo porque les estaba “echando a perder el negocio”: estaba cambiando las seis reglas de la concentración del poder. Lástima que las estrategias de CAP fueron tan malas, para vender algo bueno; y más lástima aún da que las estrategias de HCh fueron tan buenas para vender la profundización de las seis funestas reglas de la concentración del poder y convencer a muchos de que eso era una revolución.-
@joseagilyepes