Opinión

¿Por qué votamos y elegimos mal?

En este fin de semana santa, ¿cómo no evocar al Quijote de La Mancha  de Miguel de Cervantes Saavedra?

Roberto Fermín Bertossi, desde Argentina:

El sentido de la vida democrática como base del bien común, es plantar semillas de oportunidades, de esperanza, de posibilidades, de progreso, de confianza, de entusiasmo e inspiración, todas tan desafiantes, creativas y fecundas como sea posible.

En vísperas de una pretendida celebración de 40 años de recuperación de la democracia, con todo dolor cívico entiendo que no hay nada para celebrar cada vez que con esta “democracia” no se dignificó, no se comió, no se educó, no se curó, no se trabajó, no hubo justicia; y, así, obviamente nadie vive seguro ni básicamente satisfecho como merece.

Primeramente porque ya no debiera celebrarse lo obvio de vivir en democracia; mucho menos un vivir atrapados por cierto cinismo político, mucho robo y demasiada mentira, recidivas antidemocráticas que explican y predicen atónita e injustificablemente toda penuria, precariedad y decadencia argentina.

Resulta que hace 40 años teníamos 8% de pobreza y el 3% de desocupación; ni más ni menos.

Pero,  según nos acaba de informar oficialmente el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), ahora el flagelo de la pobreza trepó  al 39,2% de la población afectando severa y angustiosamente a más de 18,6 millones de argentinos.

Los datos del segundo semestre del año pasado fueron difundidos este jueves por el Indec. En el semestre previo, la pobreza se había ubicado en el 36,5% y afectaba a 17,3 millones de argentinos; en tanto, la indigencia fue del 8,1%

Así, la pobreza se incrementó en 1,4 millones de personas en el último semestre y 1,15 millones de personas en el último año.

Entonces, ¿Por qué elegimos mal?

Desde ese advenimiento de la democracia en 1983, no son pocos los guarismos electorales que ponen de relieve malas elecciones y pésimas reelecciones como una subespecie del síndrome de Estocolmo, (fenómeno psicológico paradójico en el cual la víctima desarrolla un vínculo positivo hacia su captor como respuesta al trauma del cautiverio)

A la fecha, el grueso de nuestra dirigencia política,  sindical (con hartos privilegios impositivos) en general, yace inerme, sin ideas ni reflejos concretos de bienestar; pero también holgazana, desaprensiva, corrompida, insolidaria, privilegiada con una dignidad menor a nada.

Así, obviamente, nuestro país con sus 18,5 millones es sinónimo y homologación de un redondo FRACASO.  Éstos, sensata y cabalmente, nunca se festejan, de ninguna manera; todo lo contrario, cuando lo viene sufriendo y padeciendo por décadas, cada argentino pobre e indigente descartado (https://www.clarin.com/ciudades/encuentran-muerta-beba-meses-puerta-casa-rosada-vivia-familia-situacion-calle_0_vDw5wB3lGO.html)

De tal manera, dicho sistema político viene resultando impotente para resolver y satisfacer a la ciudadanía con bien común. Décadas de persistencia de las más dolientes y contradictorias periferias existenciales, creadas y estructuradas por cinismos político-intelectuales, así lo acreditan a lo largo y a lo ancho del país.

Ojalá que en nuestro próximo comportamiento/compromiso electoral,  escuchemos el clamor escalofriante del hambre, la pobreza e indigencia;  de la libertad y la dignidad personal; de la justicia independiente y de la honestidad;  de la idoneidad, de la equidad; de la Educación, de las víctimas de la corrupción y la inseguridad; del progreso y del bienestar general… resumidamente, el texto hecho clamor de nuestra Constitución Nacional; ojalá como pueblo nos libremos definitivamente del castigo de Sísifo (… empujar perpetuamente un peñasco gigante montaña arriba hasta la cima, sólo para que volviese a caer rodando hasta el valle, desde donde debía recogerlo y empujarlo nuevamente hasta la cumbre y así indefinidamente).

Finalmente, ojalá que con renovada esperanza y entusiasmo, en las próximas elecciones  como adultos corresponsables, podamos empezar a superar y revertir paulatinamente, insoportables e inexplicables pobrezas e indigencias con sus hambrunas de derechos y dignidad.

Por último, en este fin de semana santa, ¿cómo no evocar al Quijote de La Mancha  de Miguel de Cervantes Saavedra? … ¡¡¡“Encomiéndate a Dios de todo corazón, que muchas veces suele llover sus misericordias en el tiempo que están más secas las esperanzas»!!!.-

 

 

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