Párroco de iglesia destruida por la lava en La Palma: «No hay templo, pero sí comunidad»
En su camino de destrucción, la lava se ha llevado por delante dos de las cuatro iglesias
El P. Alberto Hernández es sacerdote en la isla de La Palma. Esta isla, situada en el archipiélago de las Islas Canarias, en el océano Atlántico, en el noroeste de África, sufre desde el pasado 19 de septiembre la creación de un volcán y su erupción.
Una de las zonas más afectadas en la isla ha sido el barrio de Todoque, allí la lava ha arrasado numerosas hectáreas de terreno, en donde se encontraban casas y campos de cultivo.
En su camino de destrucción, la lava se ha llevado por delante dos de las cuatro iglesias de las que el P. Alberto era párroco y una tercera está muy afectada.
“El templo de San Pío no existe, la capilla del Carmen está clausurada porque al barrio no se puede acceder, en San Nicolás nos pasa algo similar porque el templo está evacuado, así que la única iglesia que me queda útil es el de San Isidro en La Laguna, que es el que está prestando servicio a las cuatro comunidades”, aseguró el sacerdote a la cadena Cope.
El 26 de septiembre la lava volcánica hizo que se derrumbara el campanario de la iglesia de San Pío X, y aunque el P. Hernández no lo manifestó en voz alta, él ya sabía que no había muchas posibilidades de que la iglesia se mantuviera en pie.
“El momento de la caída de la torre lo viví con tristeza, evidentemente, porque el templo ha formado parte de mi vida, como de la vida de todos los vecinos del barrio”, declaró el P. Hernández a la agencia Atlas.
Afortunadamente el sacerdote había conseguido sacar de la parroquia de San Pío X todos los objetos e imágenes de valor. “Fue una decisión improvisada, pero ya comenzaba a señalar que en el transcurso de la lava hasta el mar podía pasar por Todoque”, destacó a Cope.
Sin embargo, el sacerdote se aferra a la fe en esta delicada situación y asegura que él sigue junto con los fieles.
“Yo sigo siendo párroco de todos, porque aunque no hay templo, sí hay comunidad, y lo importante son las personas y eso afortunadamente está”, afirmó a Atlas.
El P. Hernández aseguró a la radio cadena Cope que “el dolor se aguanta gracias al Señor, que es el que sostiene nuestro ministerio y después por la labor de la gente que nos dice que está rezando por nosotros”.-