Era un político declaradamente pro vida, católico practicante y defensor de los animales. Hace apenas unos meses había pedido al gobierno inglés, desde el parlamento, medidas para controlar los ataques con armas blancas en su país.
Hoy, Arness está muerto, el país conmocionado y Boris Johnson ha interrumpido sus labores en señal de duelo nacional. La prensa reseña que el hecho ocurrió «durante un encuentro con los votantes de su circunscripción en Leigh-on-Sea, en el condado inglés de Essex. El ataque ha tenido lugar en una iglesia metodista, durante un encuentro que interrumpió un hombre armado con un cuchillo”. El hombre, de 25 años, interrumpió la reunión y, en plena iglesia, lo atacó con un cuchillo. Lo detuvieron como sospechoso y se sabe que es un ciudadano británico de orígen somalí. Tenía el cuchillo en la mano.
«Incidente terrorista»
Según la Scotland Yard, el hecho ha sido declarado como un incidente terrorista, y el Comando Contra el Terrorismo del Met dirigirá la investigación».
Fue a encontrarse con los votantes de su circunscripción en Leigh-on-Sea, en el condado inglés de Essex. En similar situación fue asesinada en junio de 2016 la diputada laborista Jo Cox, de 41 años. En aquella ocasión fue un militante extremista de derecha que sufría problemas mentales. No obstante esos problemas, la agresión se produjo al grito de «Britain first!» (¡El Reino Unido primero!), un lema muy repetido por la ultraderecha británica (defensora de la salida del país de la UE).
Se recuerda lo que Amess reflexionó en aquella ocasión, tras la muerte de Cox, resaltando su devoción por su familia y con su responsabilidad política: «Ella era una mujer joven con familia que cumplió con su deber, como todos hacemos, completamente inconsciente de la amenaza a la que hacía frente. Se suele decir que algo bueno ocurre siempre tras la muerte de alguien, pero es difícil saber qué de bueno se puede sacar de un asesinato sin sentido como este».
Reseñas de medios internacionales contabilizan siete miembros de la Cámara de los Comunes muertos en las últimas cuatro décadas en ataques violentos, tres de ellos (Ian Gow, Anthony Berry y Robert Bradford) en la época virulenta del IRA entre los años ochenta y noventa. “Desde el 2016 hasta el 2020, y en medio de la creciente polarización de la política británica, la policía contabilizó hasta 678 delitos cometidos contra diputados de todos los partidos políticos”.
Pero esta vez es diferente. En este caso, la unidad antiterrorista de la policía británica se ha hecho cargo de la investigación y, de inmediato, ha emitido un comunicado en el que calificó el suceso como «incidente terrorista». » La investigación inicial ha revelado una posible motivación vinculada al extremismo islamista», precisaron.
Devoto de su familia y del Parlamento
David Anthony Andrew Amess, nacido en 1952, era un político conservador – uno de los diputados conservadores con más antigüedad en el legislativo- miembro de la Cámara de los Comunes por Basildon entre 1983 y 1997 y miembro por Southend West desde 1997 hasta su muerte el día de ayer 15 de octubre. Ejerció la docencia y trabajó por un tiempo en el área de los seguros.
Una vez en el Parlamento y a tiempo completo, fue el principal impulsor, en 1988, de una importante ley contra el maltrato animal, que exigía a los granjeros que evitaran el «sufrimiento innecesario» de los animales. Católico, en 2015 se le fue otorgado el título de caballero, que le permitió usar el tratamiento de «sir». Era un férreo defensor del Brexit y un opositor a toda forma de ataque a la vida. Claramente, ejerció valientemente la oposición a la práctica del aborto, así como su defensa de los animales, dos de los rasgos por los que más se conocía a Amess, un veterano del Parlamento de Londres .
Testimonios que lo retratan
Johnson se refirió al diputado asesinado como una «de las personas más amables, bondadosas y gentiles de la política»; la a ex primera ministra británica Theresa May habló de “Un día trágico para nuestra democracia”; lo mismo dijo Tony Blair; David Cameron, otro ex primer ministro lo tenía como “el parlamentario más comprometido que se podía conocer”; el líder del Partido Laborista, Keir Starmer, calificó la noticia como «horrorífica» e «impactante»; el laborista Lindsay Hoyle, presidente de la Cámara de los Comunes,declaró: «David era un hombre adorable, devoto de su familia y del Parlamento”. El concejal John Lamb, que estaba cerca de la escena, despidió entre lágrimas al diputado alegando que siempre fue «un amigable hombre de familia».
Y para muestra, un trozo de la crónica del diario español ABC: «Es Navidad y todo el país parece inmerso en los preparativos para celebrar ese día», en el que «nació el niño Jesús». Eso dijo el diputado conservador David Amess en diciembre de 1996. “Empezaba de esta forma su alegato para defender ante la Cámara de los Comunes una enmienda a la ley del aborto británica que permitiera la interrupción del embarazo únicamente cuando hubiera un riesgo claro para la madre de sufrir lesiones graves, más allá de los propios de toda gestación”.
Nadie se explica por qué fue asesinado un hombre que todos califican de noble caballero y padre de familia ejemplar. Pero hay motivos. Los hombres que predican con el testimonio de sus propias vidas, molestan a un mundo cada vez más relativista, causan urticaria por su rectitud y su coraje. Lo que dicen altera y confronta aunque sean gente de paz y proyecten bondad. Esa clase de personas suelen terminar temprano su trayecto por la tierra, tal y como ocurrió al propio Jesús, nuestro Señor.
Volviendo a lo que él mismo dijo de Cox, tal vez resulte vano intentar sacar algo bueno de una muerte tan lamentada. Pero su testimonio de vida, compartido de manera contundente y sorprendentemente consensuada acerca de sus virtudes y puede inspirar a sus contemporáneos y convertirse en una referencia de servicio público para sembrar valores que tanta falta hacen en un mundo violento e injusto que ha dejado a Dios de lado y a la vida en el cajón de los antivalores.-
Macky Arenas – publicado el 17/10/21-Aleteia.org