Acepto los errores como parte del camino, no pongo en duda todas las cosas vividas… Todo -lo bueno y lo malo- puede llevarme a Dios
Vivo cosas buenas y otras que no me lo parecen tanto. Pero todas ellas pueden llevarme a Dios. También detrás de cada mal hay un bien a punto de estallar.
Normalmente me parece injusto lo que no me conviene. Suele llegar demasiado tarde lo que es bueno para mí. Tal vez me pilla de sorpresa lo que no me gusta. Porque no lo deseo, porque no lo amo.
A menudo trato de descifrar las huellas que Dios me deja ocultas ante mis ojos para que pueda seguir sus pasos.
Pero tengo que reconocer que no hay certezas absolutas y tengo siempre dudas.
Solo logro intuiciones que lanzo al aire buscando encontrar el camino exacto, siempre con miedo a equivocarme.
Amenazan los vientos con cortar la racha, con frenar mi carrera. Y me dispongo a emprender un camino a una velocidad prudente, para no alterar nada de lo que observo.