Opinión

Murió el presidente

En la novela en cuestión, se observa como los que detentan el poder se burlan de la sociedad

Noel Álvarez:

El problema de aspirar a ejercer el mando presidencial amparado en el discurso, es que, más temprano que tarde, quien así lo hace, se convierte en un deslenguado que todo lo distorsiona para que la realidad se ajuste a su relato. Una fuente que se identifica como El Zorba, dice que “muchas barbaridades, vienen precedidas de lo que conocemos como mitin”, derivación suave de “griterío”, que el castellano castizo lo traduce como “verborrea” y en los ambientes palaciegos lo apellidan “proposición de futuro con dependencia”, al fin y al cabo: mitin.  Muy bien lo dijo el ganador del premio Nobel de Literatura 2002, el escritor húngaro Imre Kertész, con relación a cómo los sistemas secuestran el lenguaje: “Tenemos que volver al lenguaje del individuo”.

 

La gramática, manipulada por el poder, permite llenar muchos libros, periódicos, revistas…. y todos al gusto del consumidor.  La escritora panameña Rose Marie Tapia, escribió una novela titulada El poder desenmascara, donde se usa la gramática con mucho juicio. El título hace alusión a las ambiciones que se desencadenan por la tenencia de poder. Pero no solo en aspectos políticos sino también personales. Los dirigentes y después posibles gobernantes manejan el diccionario de tal forma, que la verdad duda hasta de sí misma.

 

Mucho tiempo atrás, Atila, el último y más poderoso caudillo de los hunos, había descifrado este lenguaje que usa el poder para confundir y que el presidente González – la figura principal en la novela El poder desenmascara, muerto en el ejercicio del poder- manejaba a su antojo para contener a una jauría de aspirantes a sucederle. Atila dijo: “Yo soy el martillo del mundo…donde mi caballo pisa no crece la hierba”. Es la única frase que nunca es parte de un mitin de los políticos porque sería descubrir el lado oscuro de las cosas.

 

En su novela, Rose Marie Tapia, señala que no solo el poder corrompe, sino que desenmascara a los que se apoderan de los bienes públicos.  En ella se lee: «El olor del poder es un imán de dos polos: atrae cuando se obtiene, aleja cuando se va perdiendo». Los políticos muchas veces no entienden que el poder puede llegar a enfermar y a corromperlos hasta el punto de que afloran los verdaderos rostros que se mantenían ocultos por máscaras, por falsas caretas que quedan a la vista de todos cuando se encuentran entre la espada y la pared, como es el caso de los protagonistas de esta historia.

 

En la novela de la escritora panameña no existe la vida pacifica, sino que campea la soberbia, arrogancia, intrigas de palacio, los conflictos familiares pesando en el desempeño público de hombres y mujeres cercanos al poder y una fuerza pública armada que no resiste la tentación de ejercer como el fiel de la balanza, configuran la serie de conflictos que llevan al pueblo a lanzarse a la calle para exigir a los elegidos por el voto popular que cumplan con su deber, tal como un día lo juraron. Serán días muy intensos, en los que se habrá de comprobar, una vez más, que no siempre el poder corrompe, porque en la mayoría de los casos, el poder solo desenmascara a los corruptos.

 

En la novela en cuestión, se observa como los que detentan el poder se burlan de la sociedad. El presidente de la República fallece durante sus funciones como tal y el Vice Presidente actual y candidato presidencial tiene que tomar una decisión crucial para el país, pero el ministro más allegado al presidente se quiere tomar el poder a cualquier precio dejando al país en una incertidumbre crucial para el futuro económico, político y social, del mismo. El vicepresidente tendrá que tomar una decisión; o su carrera presidencial u ocupar el cargo presidencial vacante como lo estipula la ley para evitar que su máximo rival, se apoderé de a silla presidencial. No sé por qué, esto me parece un déjà vu.

 

En esos días cruciales para la nación el futuro del país estará en juego y Rose Marie delinea con maestría una historia crucial surrealista que bien podría tratarse de algún caso cercano. En la obra que no tiene nada de desperdicio, todas las máscaras llenas de hipocresía caerán al terminar la historia. Interesante lectura, recomendada para quienes amamos la política y soñamos con mejores gobiernos. También dirige un fuerte mensaje a los políticos para que no se dejen obnubilar por las mieles del poder, porqué todos, en algún momento, quedarán desenmascarados ante la población.-

Publicaciones relacionadas

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Botón volver arriba