San Nicolás y Rosario Anzola
El 10 de diciembre se presentará, en Caracas, su último libro sobre San Nicolás de Bari y los regalos de Navidad
Beatríz Briceño Picón:
Muchos conocemos a Rosario Anzola, barquisimetana que ha conjugado en su vida muchos atributos de la ciudad donde llegó a ser la segunda de trece hermanos, y en la cual recibió su pasión por la música, la poesía, la tradición y la alegría, entre otras muchas habilidades. El 10 de diciembre se presentará, en Caracas, su último libro sobre San Nicolás de Bari y los regalos de Navidad. De antemano me apunto a leerlo con fruición y a disfrutarlo como un gran regalo para esta Navidad y para otras muchas. Estoy segura que no me defraudará y que su lectura nos ayudará en Venezuela a profundizar en el sentido de los regalos, que hemos deformado por falta de reflexión e información.
Los cristianos estamos convencidos que Jesús Niño es el verdadero regalo de estas celebraciones; el cumpleañero que celebramos los 25 de diciembre. Pero si unos cuantos se han empeñado, poco a poco, en hacer de este tiempo un mundo de fantasías y de grandes negocios y han contaminado el ambiente de muchos, resulta muy oportuno recuperar el auténtico sentido de los regalos de estos días. Por eso me ha parecido espectacular que una cantautora y escritora consagrada como Rosario Anzola, que escribe para niños de 0 a 100 años, nos traiga esa sorpresa de acercarnos a San Nicolás de Bari, el santo de los niños, que nació en Turquía y fue enterrado en Italia, cuya historia nos ayuda a recobrar la autenticidad de ese aspecto concreto de las celebraciones cristianas.
Bien claro quedará que Jesús es un Regalo de Amor para el mundo: nos trae esperanza, fe y todas las gracias para ser felices y ayudar a los demás a alcanzar la plenitud. El sana nuestro egoísmo y nos enseña a perdonar, comprender y convivir. Jesús en la montaña nos enseñó las bienaventuranzas y las obras de misericordia. Desde su nacimiento en Belén nos mostró la sencillez y el desprendimiento que nos permiten vivir sin acepción de personas y con disposición de servir con alegría tanto a la familia como a la sociedad.
Rosario Anzola escribió una hermosa tradición de Navidad que, si bien debe leerse a los niños, conviene que la conozcan los mayores. Y muy especialmente aquellos padres que confunden el Santa de la Coca Cola, vestido de rojo, con barba blanca y cinturón negro, con el mismísimo San Nicolás de Bari. Ese Santa que yo califico fantasía navideña, icono de la sociedad de consumo, salió de un cuento de invierno que logró unificar la imagen comercial de las navidades en los cinco continentes. Algunos lo relacionan con otras derivaciones del santo de Bari en la vieja Europa, que sigue existiendo en la liturgia y su fiesta se celebra el 6 de diciembre.
En el libro de esa soñadora irremediable que vive en la poesía, cuando trabaja para niños y jóvenes, encontraremos todos los porqués de los regalos de Navidad, que se dan desde el corazón y con amor. Esta mujer, pastoreña ferviente y fervorosa, como buena barquisimetana, nos vuelve a convocar a todos, como niños que somos cada uno, para que de la mano de este sabio y santo Obispo redescubramos el verdadero sentido de los regalos de Navidad. Nada más y nada menos. Por mi parte seré feliz, porque somos muchos los que, en diferentes partes del mundo cristiano, trabajamos para que, en tiempos de nueva evangelización, volvamos a hacer de los regalos navideños una expresión de la alegría por tener entre nosotros el verdadero regalo que es Jesús y no nos diluyamos en parafernalias consumistas que limitan los mismos gozos espirituales. –
Beatriz Briceño Picón
Periodista UCV
Fundación Mario Briceño Iragorry