Opinión

Vamos a Belén

Mons Fernando castro Aguayo:

He querido tomar el estribillo de un villancico para introducir algo entrañable en la vida de millones de personas: la Navidad. Dice el Evangelio de San Lucas que los Ángeles del Cielo anuncian a los pastores, en medio de una gran luz que deshace la oscuridad de la noche:

  • “No teman. Miren, vengo a anunciarles una gran alegría, que lo será para todo el pueblo: hoy nos ha nacido, en la ciudad de David, el Salvador, que es el Cristo, el Señor: y esto les servirá de señal: encontraran a un niño, envuelto en pañales y reclinado en un pesebre” (Lc 2,10-12)

La Navidad que se celebra como un acontecimiento festivo, tiene su origen en lo más grande que ha sucedido en la historia humana: el Hijo de Dios se hace hombre, para traernos con su vida nuestra salvación, nuestra felicidad. Y lo hace en un minúsculo pueblo de Judea: Belén.

Hoy dos mil años después, en los países de tradición cristiana, se celebra con luces, canciones, comidas, descanso, reuniones familiares. Sin embargo. la noche de la Navidad fue muy reservada, dura, porque Jesús nace en una cueva de animales y su cuna es un pesebre. Han precedido horas de angustia en las que José, padre y esposo diligente, busca el lugar para que María pueda dar a luz a su hijo, que ella sabe que es la “luz del mundo”.

Pero si queremos “ir a Belén” busquemos maneras de llevar la alegría de Belén a tantos hermanos nuestros que viven días oscuros, de separación de los seres queridos, duros por la migración, duros por la ruina económica. Todo lo duro acompañó a María y José y al Niño Jesús. Sin embargo, es tanta la alegría que no nos cuesta salir de nosotros para que otros también tengan su regalo de Navidad: El Niño Dios nos ha nacido y extiende sus brazos a todo hombre y mujer de esta tierra.

Por eso en los hogares venezolanos se monta el nacimiento. La imaginación de los niños le da colorido y singularidad. Nunca falta José, el hombre joven, junto a María. Ambos contemplan al Niño. Y todos dirigen su mirada al Niño Dios.

Vayamos alegres a Belén, siempre acompañados. Compartiendo la alegría del nacimiento del Niño Jesús, especialmente con alguien más necesitado que nosotros.

Fernando Castro Aguayo

fcastroa@gmail.com

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