Opinión

DJOKOVIC, o el regreso de LUIS XIV

Roberto Fermín Bertossi:

Desafiando temerariamente el recrudecimiento y las recidivas mundiales del Covid 19´ –ahora predominantemente bajo el imperio de la cepa o variante Ómicron´-, así como toda noción de igualdad de trato y de oportunidades, el inminente Abierto de Tenis Australiano dispuso una discriminación negativa excluyendo de ese Gran Slam  a la tenista rusa Natalia Vijliántseva (Un detalle no menor: esta deportista ocupa el 134 puesto del ranking mundial y está vacunada con Sputnik V, como muchísimos de nosotros que tampoco teníamos alternativas u opciones vacunatorias) debido a que la vacuna rusa no fue reconocida por el momento y no está autorizada a participar.

Simultáneamente el mismo Abierto de Australia previsto para el corriente mes de enero, habilitó a Djokovic ignorando sus pésimos antecedentes víricos, ello pese a NO estar vacunado con ninguna vacuna –ni siquiera con las aprobadas por La Agencia de Medicamentos de Estados Unidos (FDA) u otra semejante- y niegue al mismo tiempo,  tal habilitación a la tenista SI vacunada con Sputnik, tal el caso de Natalia Vijliántseva; notable desigualdad que enoja al mundo pero aún sin condenas concretas y pertinentes de los países, federaciones, confederaciones, auspiciantes, sponsor´s, asociación de jugadores de la ATP; involucrados, directa e indirectamente.

DIGRESIÓN: Atónitamente, a mediados de 2020´ el mismísimo Novak Djokovic (autoproclamado tenista anti vacunas), fue el primer ‘culpable’ irresponsable del brote de coronavirus que avergonzó al mundo. En efecto, el serbio, y número 1 del tenis mundial, fue el impulsor del Adria Tour en junio 2020´en el que gravemente se infectaron varios jugadores, incluido el propio ‘Nole’ que estuvieron presentes en la escandalosa fiesta celebrada entonces en Serbia.

 

Djokovic, confeso anti vacunas, viajó a Melbourne para disputar el Abierto de Australia a partir del 17 de enero, luego de conseguir una reprochable «exención médica» por parte de las autoridades oceánicas. Pero, tras aterrizar este miércoles en la capital del estado de Victoria, el esotérico serbio quedó retenido por el personal de Migraciones del Aeropuerto Internacional Tullamarine debido a un ¿problema? con su visado.

Lo cierto es que el jugador serbio no pudo ingresar regularmente a territorio australiano, pero para impedírselo el gobierno del país oceánico esgrimió oficialmente la excusa de “errores en su visa” ante el creciente escándalo internacional de una absurda crisis diplomática entre Serbia y Australia.

Ante la violación de la ley y de la soberanía nacional australiana, sus autoridades fronterizas decidieron deportar a Djokovic después de que el mismo pasara unas más menos, 9 horas en el aeropuerto, específicamente porque el número uno del tenis mundial, soberbia y desafiantemente, no cumplía ni cumple con los requisitos sanitarios que establece la isla, en plena crisis por una nueva ola de coronavirus.

Las autoridades australianas por idénticas irregularidades que las del serbio Djokovic, acaban de cancelar el visado a la tenista de República Checa Renata Vorácová. De tal manera, la misma (que incluso ya estaba participando en suelo australiano de la etapa preparatoria de este Gran Slam en cuestión) tendrá que volver a su país, informó este viernes la cadena pública ABC, sin perjuicio de apelaciones del caso, lucro cesante y tal.

Esto mismo nos permite anticipar como inminente o segura la decisión de revocarle el permiso de entrada al tenista serbio. Sospecho mucho si para ello, esperarán hasta el lunes por venir dado el temperamento adoptado con la tenista checa, antecedente tan sintomático como sorprendente y adverso a Djokovic.

No obstante, los abogados del tenista consiguieron una audiencia para tratar de revertir el fallo. Así las cosas, el número uno del ranking del tenis mundial según la Asociación de Tenistas Profesionales (ATP) se encuentra esperando su desenlace con el veredicto respectivo.

Desenlace que podríamos anticipar como negativo y revés ejemplificador para el 1 de la ATP´; un tío apóstata de su propio cristianismo ortodoxo al negar su “Dad al César lo que es del César, y a Dios…”, frase y apotegma bíblico que hermenéuticamente indica la existencia de dos planos teleológicos: el primero de ellos, la sujeción a las leyes civiles en el ámbito estatal australiano en este caso singular; el segundo absolutamente privado, cristológicamente religioso.

Afortunada y ejemplificadoramente, Australia no es un Estado anómico de desorganización social o aislamiento del individuo como consecuencia de la falta o de la incongruencia de sus leyes y normas sociales.

Cabalmente, el deporte (el tenis lo es), básicamente consiste en una actividad o ejercicio físico inclusivo y neutral, sujeto a determinadas normas comunes para todos, que se practica con o sin competición de habilidad, destreza o fuerza física, y cuyas finalidades principales son las de contribuir al hermanamiento entre los pueblos estableciendo relaciones sociales entre diferentes personas y diferentes culturas, distinguiéndose por inculcar la noción de respeto hacia los otros, enseñando cómo competir constructivamente, sin hacer del antagonismo un fin en sí mismo; obviamente sin cabida para privilegios, discriminaciones,  lobby empresarios, corporativos y/o desigualdades deportivas ni complicidades periodísticas.

La injustificada y privilegiada “¿exención médica’” a Novak Djokovic, en modo alguno pudo situarse por encima de Tratados o Acuerdos internacionales ni del Estado de Derecho o de la ley. A propósito, ecuánime y concomitantemente según el objetivo número 10 de los ODS, “Reducir las desigualdades y garantizar que nadie se queda atrás forma parte integral de la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible”

Preconclusivamente, de por sí, queda en evidencia que las vigentes reglas de juego en el deporte no serían iguales para todos. En efecto, por el momento y en este caso, azorados, observamos hasta donde pueden escalar tales desigualdades no solo en cuanto que las mujeres deportistas suelen tener sueldos más bajos, menos patrocinadores, peores condiciones de contrato y una presencia casi invisible en los medios de comunicación, sino, en este caso, también por la injusticia de genero con la injusta exclusión deportiva de la esforzada deportista rusa, Natalia Vijliántseva, que noble y cabalmente, respetuosa de las leyes australianas no pretendió ningún privilegio.

Finalmente, en plena pandemia vírica correspondía dejar sin efecto tan flagrante desigualdad y escandaloso privilegio deportivo en el marco del Derby tenístico australiano, ello si verdaderamente nos determinamos para construir sociedades más justas, hermanadas, con perspectiva de género, pacíficas, integradas y resilientes.

De últimas se impuso el sentido común, la igualdad y la justicia deportiva, ordenando la autoridad australiana pertinente a ´Nole´ Djokovic su inmediato regreso a casa.

Como epílogo si se me permite, por qué no añadir … ¡Novak, go home, and please get, vaccinated!, esto es, Djokovic, regresa a tu casa, y por favor, vacunate.-

Roberto Fermín Bertossi

Experto CoNEAU del Cooperativismo

Docente, profesor e investigador universitario

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