Muéstranos Señor Tu rostro y danos tu Salvación
Noris Mercedes Díaz de Bustamante:
Jesús, sabemos que Tú, eres nuestra salvación, que eres el servidor del Reino del Padre, tú mismo lo proclamaste:“ Mi Reino es un reino de derecho y de justicia” “ Yo he venido para que tengan vida y vida en abundancia”
Te damos gracias por tu venida al mundo que celebramos cada fin de año con la tradición de la Navidad y así sembrar en las nuevas generaciones el gran mandamiento del amor “Amar a Dios, sobre todas las cosas y al prójimo como a ti mismo”
Proclamas el Reino de Dios y su justicia a través de la divulgación de la palabra de Dios; La Biblia “ a tiempo y a destiempo” llevándola con el testimonio de vida nueva en Cristo Jesús, nuestro salvador.
Jesús, te pedimos que desde ahora realices con todos nosotros el Reino de Dios a través de la efusión del Espíritu Santo, la tercera persona de la Santísima Trinidad; el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo .
En esta hora de tinieblas, dudas y confusión, cuando el reino del mal quiere instaurarse en la vida de las familias, trayendo confusión, miedo y violencia y tinieblas, deshumanizando a la comunidad del amor; padres, hijos, nietos, bisnietos, a todas las generaciones de este siglo.
¿Por qué están ocurriendo cosas tan escandalosas y desmoralizantes a la comunidad del amor ? padres, hijos y bisnietos…
¿Por qué está sucediendo todo esto que trae confusión, perversión aún en medio del cristianismo?
Porque no hemos evangelizado, porque no hemos vivido evangélicamente según la palabra de Dios.
Porque no hemos leído la Biblia, la Palabra de Dios.
La Palabra de Dios narra cuando José y María llevaron a su Hijo a presentarlo al templo, a los cuarenta días de nacido.
¿Nosotros hemos presentado a nuestros hijos en el templo a los cuarenta días después del parto?
¿Los hemos bautizado y confirmado?
Hoy en día hay muchos padres que no han cumplido con estos preceptos diciendo que los hijos son libres y ellos deciden cuando lo van a hacer y los dejamos a su libre albedrío sin asumir responsabilidades no sabiendo que las fuerzas oscuras del mal están activas y participativas a través de variados instrumentos: personas, medios de comunicación, textos y múltiples formas insospechadas que llegan a nuestros hijos.
¿Qué nos está sucediendo?¿ estamos también nosotros, padres, representantes, maestros, directores en esta neblina, en esta oscuridad ?¿o no nos hemos percatado del peligro que nos está amenazando a las nuevas generaciones, al mundo entero, donde cada día desaparecen los valores humanos, cristianos, culturales y generacionales?
¿Cómo vamos a restaurar el valor de la Palabra de Dios en nuestros hogares, en nuestra comunidad?
Comenzando por nosotros mismos; leyendo, poniendo en práctica y divulgando la palabra de Dios, asistiendo a misa en familia, reconociendo nuestros pecados, perdonando al que nos ofende, valorando a nuestros semejantes.
¿Quién es tu hermano? Tu vecino más cercano. Mateo 25.-
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