Iglesia Venezolana

Mensaje de la Presidencia de la Conferencia Episcopal en ocasión de la Consagración al Inmaculado Corazón de María

los arzobispLos y obispos de Venezuela, se une al llamado del Papa Francisco al Acto de Consagración

Ante el sufrimiento del mundo y, en especial, el conflicto armado entre Rusia y Ucrania, la
Presidencia de la Conferencia Episcopal, en comunión con todos los arzobispos y obispos de
Venezuela, se une al llamado del Papa Francisco a un Acto de Consagración de la humanidad,
particularmente de estos dos países, al Inmaculado Corazón de María, disponiendo el corazón
a invocar la paz y el perdón.

Ha pasado casi un mes desde el inicio de esta guerra, que amenaza la paz mundial.
“Lamentablemente, la violenta agresión contra Ucrania no cesa, una masacre sin sentido donde
las atrocidades se repiten cada día”, sin ninguna justificación para ello. El Papa pide “a todos
los actores de la comunidad internacional que hagan un verdadero esfuerzo para poner fin a
esta repugnante guerra” (Ángelus 20 de marzo de 2022). La Iglesia en Venezuela acompaña el
sufrimiento de tantas personas ante esta situación, que atenta contra el derecho fundamental a
la vida, la libertad y la pacífica convivencia. Nos solidarizamos con el grito de dolor de cuantos
sufren e imploran el fin de la violencia: con las personas desplazadas, los que huyen, los heridos,
los tantos caídos, las familias de los difuntos.

Invitamos a todos a elevar oraciones y súplicas a Jesucristo, Príncipe de la paz, por el fin de la
guerra en el mundo, en particular de este conflicto que causa heridas profundas en la
humanidad. Con el Papa Francisco, pedimos “al Señor de la vida que nos libere de esta muerte
de la guerra. Con la guerra todo se pierde… No hay victoria en una guerra: todo es derrota”
(Audiencia papal, 23 de marzo de 2022).

En medio de este gran flagelo son admirables las manos dispuestas a sanar estas heridas
profundas: misioneros, personal de salud, paramédicos, bomberos, voluntarios, organizaciones
y asociaciones que muestran signos de esperanza. En esta solidaridad vemos reflejado el rostro
de Jesús, buen samaritano, compasivo y misericordioso.

Con la confianza puesta en Nuestro Señor Jesucristo, Señor de la historia, reiteramos la
invitación a elevar oraciones y súplicas por el fin de la guerra, a trabajar juntos por la paz y
confiar la humanidad en las manos intercesoras del Inmaculado Corazón de María, Reina de la
Paz y Señora de Coromoto.

24 de marzo de 2022
Presidencia de la Conferencia Episcopal Venezolana

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