Testimonios

¡Aceite a la vista!

¿Cuántos cubanos deben morir migrando, producto de una realidad diseñada en MLC para gente con salarios en moneda nacional? 

 Julio Pernús:
 
 Éramos cerca de 30 personas en la acera. Nos mirábamos a la cara con la resignación de aquel grumete que andaba con Cristóbal Colón, arrebatado por anunciar «¡tierra a la vista!» y por delante solo oteaba el agua. El tiempo goteaba con una lentitud imposible de igualar. Estábamos cual protagonistas de nuestra cola existencial, añorando ver qué llegaba a la tienda. 
 
 El sistema de tiendas en el país está colapsado. Lo peor es que, como si fuera uno de esos derrumbes que se aprecian por varios sitios de La Habana, la recuperación puede ser un proceso infinitamente largo. No es juego. Si usted, lector de este texto, hace unos años que no pisa la realidad nacional, debe saber que los antiguos comercios en CUC se asemejan mucho más hoy a una bodega normada que a un pasado cada día más lejano de venta minorista accesible a la población. 
 
 La historia la he vivido en primera persona. Una laica comprometida en varias pastorales se acercó a su párroco y le dijo: 
-“Padre, este domingo no podré asistir a la misa dominical, por eso vengo hoy sábado, pues le toca comprar a mi núcleo en la tienda y si no voy pierdo el pollo, detergente y aceite – si entrase- del mes.” 
El cura, un hombre con los pies en la tierra, le contestó: 
-“Hija, Dios sabe lo que estamos viviendo en Cuba, y te aseguro no estará molesto contigo si mañana, por alimentar a tu familia, no puedes asistir a nuestra comunidad.” 
 
 Albert Camus en su novela «La Peste» para describir la realidad de un pueblo desesperado por un duro encierro de cuarentena y escasez, comenta que para todos sus habitantes “la verdadera patria se encontraba más allá de los muros de su ciudad, estaba en el peso vital del amor. Y hacia aquella patria, hacia la felicidad, era hacia donde todos querían volver.” Ayer en algunas redes sociales circuló la foto de Yerandy, un joven de 33 años de la comunidad del Pilar en la arquidiócesis de La Habana, que murió intentando cruzar el río Bravo en busca de otro país para sus sueños. ¿Cuántos cubanos deben morir migrando, producto de una realidad diseñada en MLC para gente con salarios en moneda nacional? 
 
 En las últimas estadísticas publicadas por la ONEI, referente a las inversiones del gobierno entre enero y septiembre de 2021, se muestra el gasto del 42,3% del dinero público en la construcción de hoteles para los que no sabemos si algún día tendremos turistas. Mientras que a la agricultura, ganadería, caza y silvicultura se destinó sólo el 3.3%, a la construcción el 2%, en educación el 0.5% y en salud el 1%. Como ha escrito muy bien un amigo periodista, el arbitraje de esas inversiones nada tiene que ver con el bloqueo.
 
 En un país donde un cartón de huevo cuesta -por donde único se puede conseguir- 700 pesos, y una bolsa de 1 kg de leche en polvo 1000, el negocio de hacer colas para revender es el principal emprendimiento al que aspiran los cubanos para sacar adelante su economía familiar; y lo peor, parece tener futuro. Después de cerca de tres horas sentados como aborígenes intentando ver su ansiada presa, ese día entró un camión en la tienda que hizo gritar de forma espontánea a uno de la cola «¡aceite a la vista!». En otro texto les cuento, si luego de 5 horas, lo pude alcanzar.-

Raúl Fernández Rivero

Caracas. Venezuela

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