Venezuela

A 133 años del natalicio de Reverón su castillete no es tal ni está abierto al público

En lugar donde estuvo el hogar del pintor de la luz y su amada Juanita hasta la tragedia de 1999, se levantó otro castillete, pero su estructura no satisface a los vecinos de Macuto y representantes del sector cultural de la región

La avenida del sector Las 15 Letras de Macuto, que bordea el mar Caribe y conduce al nuevo castillete en honor a Armando Reverón (1889-1954), que no capta la atención de turistas, conductores de vehículos y transeúntes.

En 2014, desde Miraflores se prometió devolver la casa del más destacado pintor venezolano del siglo XX, pero todo derivó en lo anodino, sin vínculos con la comunidad local, sin abrir las puertas al público y tampoco rescatar el concepto de museo patrimonial.

Este 10 de mayo se cumplen 133 años de su natalicio, mientras que en las escuelas y los liceos de Macuto no pareciera difundirse lo que su obra significó para el desarrollo de la cultura y las artes en Venezuela.

El infortunio para preservar su legado a las futuras generaciones, comenzó aquel 15 de diciembre de 1999, cuando las lluvias causaron el desbordamiento del río El Cojo, cuyas aguas arrastraron miles de sedimentos y otras obstrucciones artificiales a su paso.

En ese trance, el castillete de Reverón y su compañera, Juanita Ríos, quedó devastado. Solo las fotografías, ilustraciones bibliográficas y algunos registros audiovisuales dan fe de las rocas, las palmas y los materiales de la costa marina que utilizara el que llamaban “el loco de Macuto”.

Allí también funcionaba la Fundación Museo Armando Reverón (creada en 1990), que apoyó la formación académica de estudiantes de bachillerato y universitarios, bajo el auspicio del Consejo Nacional de la Cultura y otras instituciones regionales, como la alcaldía del municipio Vargas.

Ambientación inconclusa

Transcurrieron tres lustros del deslave hasta que el 11 de mayo de 2014 se declaró como patrimonio cultural de la nación toda la obra del pintor (por décadas mayoritariamente cuidada por la familia Boulton y la mencionada fundación); dos años después se trasladaron sus restos al Panteón Nacional y se inició la construcción de un nuevo castillete, símbolo memorial de quien eligió en 1921 a La Guaira como su hogar.

Este nuevo castillete fue inaugurado el 10 de mayo de 2018 por el ministro de Cultura, Ernesto Villegas. “Desde hoy el estado Vargas y toda Venezuela cuenta con un nuevo espacio cultural renovado, con las puertas abiertas para todos los grupos culturales y que aspira a convertirse en un punto de referencia para la actividad cultural en esta entidad”, expresó en el acto de inauguración.

Sin embargo, la obra generó múltiples críticas entre vecinos y líderes sociales del Litoral Central. Muy pocos “compraron” la idea de Villegas de que este castillete no era una réplica sino una ambientación. Y desde entonces, ha estado más tiempo sin acceso para el público.

De acuerdo con la docente, “en ese parapeto no se presentan actividades escolares ni de homenaje” al artista plástico, que en 1953 obtuvo el Premio Nacional de Pintura, meses antes de morir en un sanatorio de Caracas.

“Es un despropósito como manejan esto: El año pasado quisimos traer a unos niños de Naiguatá y nos pusieron trabas. Finalmente, nunca nos dieron el permiso para que conocieran a este castillete”, afirmó Otilia Sojo, maestra de la escuela Martin Luther King, situada frente a playa Los Ángeles, a un kilómetro de Naiguatá.

Maleza, abandono e inercia

Crónica.Uno se acercó hasta el aludido castillete para constatar el estado de postración e inercia y los candados que inhabilitan el acceso de los visitantes. Todo apenas resguardado por un vigilante, que no ofreció ninguna información y cuya mirada se perdió entre las plantas de uvas de playa, características de la franja costera de Macuto, Caraballeda, Naiguatá y otros pueblos del este del Litoral Central.

No extrañaría, entonces, que los que caminan por las adyacencias durante las mañanas o los escasos conductores que transitan por la vialidad, en dirección hacia el Paseo de Macuto, desconozcan que esos uveros inspiraron tanto a Reverón como sus muñecas de trapo, que cautivaron a pintores de la talla de Pablo Ruiz Picasso y Nicolás Ferdinandov.

En los linderos del castillete y la plaza con el busto de Reverón, predominan la soledad, el deterioro de los materiales de la nueva construcción, así como la maleza y las hojas secas de los árboles, sin olvidar que la ausencia de agentes policiales facilita las guaridas a delincuentes y personas en situación de calle.

Distintos voceros de consejos comunales han oficiado comunicaciones a la policía regional y municipal para prevenir delitos en la zona, pero las respuestas conforme a las aspiraciones vecinales, tardan en demasía.

Tanto como la reapertura definitiva del nuevo castillete del pintor de la luz.-

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