El día en que Lope de Vega consiguió que San Isidro fuera Santo
El literato español se afanó durante años en lograr la canonización del patrón de los madrileños consciente de que era una oportunidad para la Monarquía Española de afianzar la Real Corte y Villa de Madrid como capital del mundo hispánico
Una exposición en la casa museo del escritor presenta obras de Goya, Rubens y Velázquez, manuscritos y documentos para celebrar el cuarto centenario de su canonización junto con la de Ignacio de Loyola, Francisco de Javier, Santa Teresa de Jesús y Felipe Neri.
Era una cuestión de Estado. El escritor Lope de Vega sabía de la importancia que tenía la canonización de Isidro labrador, quien se convertiría en 1622 en San Isidro, patrón de los madrileños. Era consciente de la relevancia de la beatificación, quizás influenciado, en un primer momento por el rey Felipe III y, después, por su hijo, el rey Felipe IV, quienes defendieron que canonizarlo era una oportunidad para la Monarquía Española de que se reconociera a Madrid como el eje central de uno de los mayores imperios que han existido en la Historia, es decir, de afianzar la Real Corte y Villa de Madrid como capital del mundo hispánico. «El rey creía que si Madrid se vinculaba a la canonización de San Isidro se la consideraría como una nueva Roma», relata el experto Jesús R.
Folgado, quien junto a Manuel Parada son los comisarios de una nueva exposición en la Casa Museo Lope de Vega de Madrid, abierta este jueves, que recoge no sólo la relación entre Lope y San Isidro, «por el que sentía una devoción muy grande», afirma Folgado, sino también sobre la canonización tanto del santo madrileño como de otros tres españoles, Ignacio de Loyola, Francisco de Javier y Santa Teresa de Jesús −junto con el florentino Felipe Neri-.
«El Rey presiona a San Pedro para que sólo se canonice a Isidro labrador. Pero es el papa Gregorio XV quien manda, se le dice al monarca», señala Folgado a la hora de relatar las razones de la inclusión de estas personalidades en el procedimiento. El comisario insiste en que Lope de Vega llegó, incluso, a testificar en el proceso de canonización. Es más, el literato, mucho antes de que se produjera el acto llevado a cabo por parte de Gregorio XV en la Basílica de San Pedro de Roma el 12 de marzo de 1622, se encargó de configurar los llamados ‘Isidros’, unos versos que, entre 1596 y 1597, glosaban la figura de quien se convertiría en San Isidro.
Un concurso poético
Además, una vez encumbrado a los altares, la Villa de Madrid encargó a Lope la organización de un certamen poético cuyos textos fueron recogidos en el volumen ‘Relación de las fiestas en la canonización de San Isidro’ (1622). Esa recopilación de textos de «los mejores autores de la época», como defiende Folgado, es el puntal del que se nutre la exposición que lleva por título ‘Lope 1622. Cuatro españoles y un santo’.
«En ese libro, que se exhibe en la muestra, se presentan, por una parte, las reglas de esa justa literaria escritas por Lope de Vega, es decir, las bases del concurso. También, los obsequios que recibirían los ganadores y, asimismo, describía a cada uno de los futuros santos. De San Isidro decía: ‘Con el glorioso título de madre vuestra, divinísimo Isidro, desea esta insigne Villa, encarecer el gozo, que siente en el alma de su República de vuestra Canonización, pues ninguna cosa dio la naturaleza al hombre (…), más dulce, que los hijos’», narra Folgado, poniendo el foco en la palabra ‘divinísimo’.
En este sentido, la muestra, que se podrá visitar hasta el mes de octubre, no sólo ahonda en los cuatro españoles de los que se celebra el cuarto centenario de su canonización, en especial de San Isidro, sino también en «la espiritualidad de Lope de Vega como sacerdote miembro de la Congregación de San Pedro, su papel en la construcción de la hegemonía cultural de la Monarquía Hispánica y sus relaciones devocionales, literarias y artísticas con los santos elevados a los altares en 1622», señalan sus responsables.
Arte, espadas y retratos
La exposición de la Casa Museo Lope de Vega muestra, además del libro ‘Relación de las fiestas en la canonización de San Isidro’, también presenta cartas, grabados, obras de arte de grandes nombres como Goya, Velázquez, Zurbarán, Murillo, Ribera o Rubens y objetos como la espada de San Ignacio de Loyola o el retrato de Santa Teresa de Jesús pintado por Juan de la Miseria. Asimismo, también presenta manuscritos con la caligrafía de Lope de Vega y el acta con su firma de su entrada como capellán mayor en la Congregación de San Pedro Apóstol.-
Noelia Camacho/ABC de Madrid
