Opinión

Notas referentes al mundo

Raúl Ochoa Cuenca:

En la nota que escribo a mitad de semana, me referiré a un trabajo firmado por el politólogo americano Robert Kagan: “Nuestra crisis constitucional ya está aquí” nota la cual a muchos de ustedes, su lectura los dejará, tanto como a mi, con una doble inquietud, esto es  que según el Dr Kagan con un hipotético retorno de Donald Trump (75 años) a la presidencia de los Estados Unidos de América, la democracia americana sufrirá tanto que podríamos pensar que el sistema instaurado en la Constitución de 1787 podría ser objeto de grandes cuestionamientos, lo que acarreará más dificultades en el establecimiento de las democracias del subcontinente americano.

 

El profesor Kagan en su trabajo del 23 de septiembre del pasado año aparecido en el diario The Washington Post, analiza las perspectivas de la democracia americana ante el peligro que representa Donald Trump y del cual hace referencia en un reciente artículo, el profesor Moises Nain. El Dr. Robert Kagan fue asesor del presidente Bush y del senador y ex candidato presidencial republicano John McCain. Este ensayista es egresado de la Universidad de Yale y de la Escuela de Gobierno de la Universidad de Harvard, por lo cual creo que sus conocimientos, tanto académicos como profesionales lo hacen merecedor de que su análisis de una posible crisis a corto plazo de las bases constitucionales americanas sea tomado en cuenta en la necesaria discusión de este sujeto.

 

El Dr Robert Kagan lanza una alarma que tiene como destinatarios finales los partidos y organizaciones políticas del mundo libre y primeramente la sociedad americana, la cual pudiese ser el primer protagonista de situaciones no deseadas por la conciencia democrática, considerando el peligro, según el autor del ensayo, que representaria Donald Trump fuese electo presidente en las elecciones del 2024 de aquella, aunque nadie puede decir por cuánto tiempo aún, primera potencia económica y militar del mundo.

 

Apreciados lectores, les propongo que pasemos a ver algunos, aunque muy limitadamente,  de los pasajes que Robert Kagan desarrolla en su ensayo “Nuestra crisis constitucional ya está aquí” . Veamos: “Los Estados Unidos se dirigen a su mayor crisis política y constitucional desde la Guerra Civil, con una posibilidad razonable de que durante los próximos tres o cuatro años se produzcan incidentes de violencia masiva, una ruptura de la autoridad federal y la división del país en beligerantes rojos y negros.

Las señales de advertencia pueden verse oscurecidas por las distracciones de la política, la pandemia, la economía y las crisis mundiales, y por las ilusiones y la negación.

Primero,  Donald Trump será el candidato republicano a la presidencia en 2024. La esperanza y la expectativa de que perdería visibilidad e influencia han sido ilusorias. Disfruta de enormes ventajas en las encuestas; Trump está construyendo un cofre de guerra de campaña masivo; y en este momento la candidatura demócrata parece vulnerable. Recuerdo que cuando el profesor Kagan escribió este ensayo, aun el presidente Putin no había comenzado esta nueva y de inimaginables consecuencias como lo es la actual invasión rusa a Ucrania.

 

“Lo que hace históricamente único al movimiento Trumpista no son sus pasiones y paranoias. Es el hecho de que para millones de americanos, el propio Trump es la respuesta a sus miedos y resentimientos. Este es un vínculo más fuerte entre líder y seguidores que cualquier cosa que se haya visto antes en los movimientos políticos estadounidenses. Trump es diferente, lo cual es una de las razones por las que el sistema político ha luchado por comprenderlo, y mucho menos por contenerlo”.

 

“La cosmovisión liberal estadounidense tiende a buscar explicaciones materiales y económicas para todo, y sin duda un buen número de partidarios de Trump tienen motivos para quejarse de su suerte en la vida. Pero su vínculo con Trump tiene poco que ver con la economía u otras preocupaciones materiales. Creen que el gobierno y la sociedad de los EE. UU. han sido capturados por socialistas, grupos minoritarios y desviados sexuales. Ven al establecimiento del Partido Republicano como corrupto y débil, «perdedores», para usar la palabra de Trump, incapaz de desafiar la hegemonía liberal reinante”.

 

Particularmente creo que con el partido Demócrata algunas de estas organizaciones, las cuales podríamos catalogar de llamativas, tales como Black Lives Matter han crecido protegiéndose en el paraguas del partido Demócrata, el mismo y justamente, también se abre para las minorías como de del senador Sanders o la representante a la camara Alexandria Ocasio Cortez.

 

Creo que en esta parte es conveniente recordar ciertas contradicciones en el comportamiento político de Donald Trump. Cito como ejemplo que para Trump, quien se auto califica de ser un demócrata integral, los dictadores Vladimir Putin,  Kim Jong-un e inclusive según su ex secretario de Seguridad Nacional,  Sr John Bolton, el ex presidente veía a Guaido como débil y a Maduro como un hombre fuerte. Si así fuese, pues su concepto del respeto es sumamente peligroso, se mueve más sobre percepciones o muestras de fuerza que sobre hechos políticos universalmente aceptados, obviamente reflejos de esos seres humanos sobre todo en los Estados Unidos como para la sociedad en general.

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Mientras sus adeptos, sus simpatizantes ven al marido de Melania como fuerte y desafiante, dispuesto a enfrentarse al establishment, a los demócratas, los medios liberales, antifa, el escuadrón, las grandes tecnológicas y a los republicanos del Senador de Kentuky Mitch McConnell, a quien Trump considera un peligroso enemigo interno.

 

“A diferencia de los republicanos del establishment, Trump habla sin vergüenza en nombre de un segmento agraviado de estadounidenses, no exclusivamente blancos,” más de hispanos que afro americanos, quienes sienten que no han sido tomados en cuenta durante demasiado tiempo. Y eso es todo lo que el ex presidente necesita hacer, promete sin hacerlo de forma concreta políticas inclusivas.

 

“Pero lo más importante que ofrece Trump es él mismo. Su egomanía es parte de su atractivo. En su victimización profesada por los medios y las “élites”, (su exclusión de twitter) sus seguidores ven su propia victimización. Por eso, los ataques a Trump por parte de las élites solo fortalecen su vínculo con sus seguidores”.

 

Debido a que el movimiento de Trump se trata menos de políticas que del propio Trump, ha socavado el papel normal de los partidos políticos estadounidenses, que es absorber nuevos movimientos políticos e ideológicos en la corriente principal. William Jennings Bryan fue un destacado político estadounidense y miembro del Partido Demócrata, fue tres veces candidato a la Presidencia de no obstante algunas de sus propuestas políticas populistas fueron adoptadas por ambos partidos políticos.

 

En este análisis el autor plantea, como ejemplo de la necesaria participación de los ciudadanos, sin importar el status, la búsqueda del bien común que es al final, lo buscado por cualquier sociedad. Así el autor de este trabajo nos dice, citando lo acaecido en la última convención demócrata que eligió a Joe Biden como candidato presidencial, que los partidarios del senador Bernie Sanders no querían a Biden para presidente, pero después de haber perdido la batalla por la nominación, trabajaron el la campaña de Biden, buscando que Biden siguiera esta agenda. La democracia liberal requiere la aceptación de resultados electorales adversos, la voluntad de aprobar el gobierno temporal de aquellos con quienes no estamos de acuerdo. Así  como observó el historiador Richard Hofstadter, la democracia requiere que las personas “soporten el error en aras de la paz social”.

 

Parte de esa voluntad se deriva de la creencia de que el sistema democrático permite trabajar, incluso en la oposición, para corregir los errores y extralimitaciones del oficialismo. Lo que es simplemente el normal comportamiento de personas libres y conscientes dentro de una sociedad con reglas democráticas de civil convivencia.

 

El autor está casado con Victoria Nuland,  actual embajadora de Estados Unidos en la OTAN.

 

 

Raúl Ochoa Cuenca, en Anfi del Mar, el 8 de junio del año 2022.

 

 

 

Fuente:https://www.washingtonpost.com/opinions/2021/09/23/robert-kagan-constitutional-crisis/

 

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