Migrantes venezolanos entre crisis políticas en países de acogida
Venezuela representa la mayor crisis de movilidad del hemisferio occidental
Colombia está en una transición política. Se anuncia -con el Gobierno entrante representado por el economista Gustavo Petro- un proceso de apertura de frontera y el restablecimiento de las relaciones diplomáticas y consulares con Venezuela. Aunque la reinstitucionalización de las relaciones entre ambos países es un hecho positivo y deseable para los pobladores de frontera -y también para los migrantes- hay, sin embargo, mucha incertidumbre entre los venezolanos que han huido buscando protección internacional, pues ambos gobiernos son de corte izquierdista y se teme que -dada la afinidad ideológica- lleguen a acuerdos que desfavorezcan y vulneren los derechos de los migrantes.
¿Qué ocurre actualmente en ese país? Según datos del CDH UCAB, en Colombia hay 2.477.588
«Mediante decreto 216 se oficializó la medida del Estatuto Temporal de Protección para Migrantes Venezolanos Bajo Régimen de Protección Temporal y se dictan otras disposiciones en materia migratoria. Actualmente, el Permiso por Protección Temporal (PPT) es un documento válido para que sus titulares puedan acceder al sistema de seguridad social, salud, financiero, educativo y otros trámites y ofertas institucionales», apunta la página web del Centro de Derechos Humanos de la UCAB.
Pasemos a Perú, el segundo país con mayor presencia de venezolanos migrantes. Para febrero, cuando tenía menos de seis meses de ejercicio, el gobierno de Pedro Castillo iba por su cuarto gabinete ministerial y hasta julio de 2022, según Infobae, se contaba el nombramiento de 50 ministros en menos de un año de gestión, indicador de una grave crisis política, en medio de la cual se teje una gran incertidumbre acerca de la continuidad o no del presidente, señalado de corrupción.
Volviendo a la data recopilada en el portal del CDH UCAB, «en Perú hay 1.286.464 migrantes y refugiados venezolanos, de los cuales 531.800 han solicitado condición de refugio y solo a 4.100 se les ha reconocido esta condición. De los venezolanos en Perú, el 63 % son hombres y el 37 % mujeres, siendo el primer país en el que las mujeres superaron a los hombres, según registros de septiembre de 2019. Un 28 % tiene nivel de instrucción universitaria. Ocho de cada diez venezolanos en Perú dejaron a un hijo en Venezuela, principalmente entre 6 a 11 años y adolescentes de 12 a 17 años. Unas 110 personas venezolanas en Perú fueron víctimas de explotación sexual; entre 48-69 % afirma haber sufrido violencia psicológica. 1.509 personas padecen de VIH. Al menos 200 venezolanos han sido deportados. A partir del 15 de junio de 2019 los venezolanos requieren pasaporte y visa para ingresar a Perú”.
Ecuador, tercer país receptor de venezolanos, está sumido, también, en una profunda crisis política, expresada desde el 13 de junio en un paro nacional y las protestas sociales masivas que han puesto entre la espada y la pared al gobierno de Guillermo Lasso.
“En Ecuador, hay 513.903 migrantes y refugiados venezolanos. Aproximadamente, 4.300 venezolanos han solicitado condición de refugio, 202.500 venezolanos tienen estancia regular y sólo a 798 les han reconocido la condición de refugiado. De los venezolanos en Ecuador, 49,1 % son hombres y 50,9 % mujeres y 83 % cuenta con empleo informal. 84.1 % ingresa por vía terrestre regular. Tres ciudadanos venezolanos fueron detenidos por el delito de trata de personas. Se han registrado 17 deportaciones. En el Ecuador, el servicio de salud público es totalmente gratuito y es accesible, así como también para personas que viven con VIH y otras infecciones de transmisión sexual. Desde agosto de 2019, Ecuador estableció la ‘visa humanitaria’ y los venezolanos que deseen ingresar a ese país como turistas también requieren visa”, precisa el CDH UCAB.
Los contextos políticos en los países de nuestra región son inestables e inciertos, no hay garantía de normalidad social y económica. Los migrantes venezolanos huyen buscando protección y refugio seguro, un mínimo de estabilidad, pero la mayoría de ellos se encuentran -en esas naciones- más vulnerables y desprotegidos. Algunos se resignan y retornan al país frustrados o con la ilusión del mantra del poder que ahora dice que «Venezuela se arregló». Hay quienes, lamentablemente, quedan rehenes de las mafias de trata de personas que comercializan con la pobreza y los sueños de la gente, y aumenta el número de quienes deciden buscar, a pie, nuevos caminos, a todo riesgo.
Estos días hemos sido testigos de cómo decenas de venezolanos, que salieron de nuestro país -y, también, de la inestabilidad y pobreza de nuestra región- se adentran en la inhóspita selva del Darién (entre Colombia y Panamá), tras el «sueño americano» de un mejor porvenir en Estados Unidos y mueren abandonados en el trayecto. Ya los venezolanos pasaron a ser el porcentaje más alto de quienes cruzan estas fatales trochas, superando a haitianos y cubanos.
Nuestra solidaridad para las familias de quienes, cada día, pierden su vida en los caminos buscando protección y una vida digna. Venezuela nos convoca a soñar y construir un país donde nadie tenga necesidad de huir. Ese, también, es el llamado de Dios.
29 de julio al 4 de agosto de 2022/ N° 155