Opinión

Gustavo Petro, la gran incógnita

Egildo Luján Nava:

Las elecciones pasadas en Colombia sembraron una gran expectativa en todo el continente americano y, muy especialmente, en Venezuela. En este último caso, por el hecho de que se está hablando de países que comparten vínculos de toda índole, comenzando por el hecho de que se trata de países hermanos de nacimiento, y luego separados, territorial y políticamente, por las ambiciones e intereses de sus mismos creadores y dirigentes políticos.

Lamentablemente, «nadie experimenta en cabeza ajena,» tal y como reza el dicho. El pueblo colombiano, no obstante tener a Venezuela como espejo viviente de las consecuencias ruinosas y trágicas sufridas por ser cuna del «SOCIALISMO DEL SIGLO XXI» y miembro fundador del «FORO DE SAO PAULO», junto con un grupo de países y líderes mefistofélicos especializados en arruinar y someter países, ha dado el gran paso en favor de una causa no precisamente ganadora. Sencillamente,  optó por escoger para Presidente a  quien, por su trayectoria política,  de alguna manera se ha identificado con expresiones proclives o partidarias de esa tendencia.

El recién electo Presidente de Colombia (7/8/2022) Sr. Gustavo Petro Urrego, es, de acuerdo a creíbles opiniones, un hombre inteligente y preparado intelectualmente. Y, ante tales cualidades, para hacer el mejor uso de las mismas, tendrá que pensar muy bien cuál será su norte durante su complicada conducción. Además de que, no obstante sus inclinaciones políticas e ideológicas, no podrá actuar desestimando el comprometedor  hecho de que sabe que está asumiendo las riendas de un país que no permitirá desviaciones similares a la que se dio en Venezuela.

Indiscutiblemente, es un país en condiciones muy distintas a las de Venezuela. Colombia es una República Democrática consolidada, con instituciones sólidas, una separación de poderes bien definida, una economía estable. Asimismo,  cuenta con unas Fuerzas Armadas profesionales e institucionalizadas con prolongada experiencia de lucha contra el narcotráfico y la subversión guerrillera, y, de igual manera, no está ausente del hecho de formar parte de la OTAN. Es decir, de todo aquello que configura una realidad política y administrativa ante la que el Presidente Petro no podrá depender de vinculaciones grupales, sino que tendrá que meditar con mucho tino toda decisión funcional,  antes de pretender  siquiera intentar desviar el rumbo de  Colombia, en respuesta  a destinos equivocados y que ya les son conocidos.

Lo cierto es que, precisamente en respuesta a potenciales comportamientos relacionados -o parecidos-con lo descrito, y quizás tomando precauciones, el pueblo colombiano, hace apenas días, se lanzó a la calle en protesta. Fue una concurrencia millonaria en todo el país, que le permitió  enseñarle los dientes al Presidente  Petro, sin duda alguna, dándole un precavido y ruidoso primer aviso.

Ya fue anunciada la apertura de las fronteras entre Venezuela y Colombia. Sucedió el 26/9/2022). Y se ha dicho que se trata de algo que, aparentemente, le traerá beneficios a algunos venezolanos, ya que  podrán acceder a la satisfacción de sus necesidades básicas ( medicamentos, equipos y alimentos). Sin embargo, nadie puede dudar de la posibilidad de que se incrementará la diáspora venezolana. Y sería por el hecho de tener más fácil el cruce de frontera, como de eliminar el manejo siniestro, además del lucro mafioso estructurado para cruzar migrantes por trochas peligrosas.

Desde luego, como no todo hay que sumarlo al riesgo del delito organizado, hay que añadir la posibilidad de que también se incrementará el flujo de productos Agroalimentario hacia Colombia, por aquello de que allí se pagará un mejor precio -y en Dólares- por la producción mermada venezolana.

Obviamente, llegar y pasar por allí, se traducirá en que será inevitable propiciar más inflación para el empobrecido bolsillo del pueblo venezolano, ante  el peso que ejercerá la obligada tendencia a equiparar los precios nacionales con los del mercado colombiano.

En una economía normal de mercado, la ampliación del mismo debería aportar beneficios a los productores locales, pero  estos actualmente carecen de toda posibilidad. Y eso es posible motivado a que mientras el marco referencial de trabajo siga siendo el de tener que hacerlo sin seguridad, combustible, maquinarias, semillas, fertilizantes, insecticidas, entre otros, el predominante componente será el de la fijación de precios y todos pagaderos en Dólares.

Adicionalmente,  y para añadidura de lo que significa invertir, producir y querer competir en el mercado venezolano, lamentablemente, a  los productores criollos no se les hará posible incrementar la oferta nacional, cuando dependen de otra realidad  que lo determina todo, y es que  no pueden concurrir a la maniatada Banca nacional.¿Por qué?:  por estar imposibilitada de dar créditos y otorgar el  financiamiento necesario para producir. ASÍ NO SE PUEDE..

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