Opinión

Acción y consciencia política

Imprescindible conocer algo de política, no de politiquería

 

Gloria Cuenca:

 

Al poco tiempo de comenzar mi tarea docente, me di cuenta de que, la repetición es parte fundamental de la enseñanza. Lo que para algunos resulta un fastidio, otros se dan cuenta, es una nueva oportunidad. Muchas veces en la primera hora de la clase, estaban distraídos, medio dormidos, por fastidiados o por enamorados, cualquier cosa podía ser. Luego, se daban cuenta: se habían perdido de algo importante y se concentraban en la exposición. Así, en muchas oportunidades, repetía algo para lograr la atención de algunos “distraídos” o para reafirmar algo importante. Los que me leen y siguen constantemente, saben que tengo el “complejo del disco rayado”. Superado, ampliamente, por la necesidad de que nuevas audiencias y públicos capten ideas que son trascendentales en los complejos y críticos momentos que vivimos; con especial énfasis para jóvenes, que no conocen sino el mundo digital. Ahora diría: “Repite, que algo queda”[1] Nunca pensé aconsejar esto a los contradictorios lectores, si a los amables seguidores: “Imprescindible conocer algo de política, no de politiquería”.

Sí sobre la Ciencia de lo posible, como ha sido definida asertivamente por Karl Deusch. Esta definición concuerda perfectamente con lo establecido por Aristóteles, “arte y ciencia de gobernar la ciudad”. El autor checo-alemán, hace una definición pragmática, significa: lo no posible, no es política. Cuando se hace un proyecto político y fracasa, ruidosa y estruendosamente, como en la Unión Soviética; silenciosamente, con el cambio del modelo económico social, como en China Popular y Vietnam; democráticamente, como en otros países de la órbita del “socialismo real”.

Lo lógico, lo adecuado, lo sabio, es reconocer el error y cambiar. Eso se espera de líderes honestos, no de la cantidad de vagabundos, corruptos, obsesionados por el dinero, que se destacan en esos países tomados por el totalitarismo. Siguiendo al autor citado, no se trata de política, si no es posible. Por supuesto, lo “no posible” concuerda en la práctica con la utopía. ¿Cuál? La llamada utopía cerrada,que no admite: apertura, revisión, menos modificaciones. Importante conocer y entender la diferencia entre la Utopía Abierta y Utopía Cerrada. La cerrada es el absoluto hermetismo, el seguimiento de tesis y planteamientos que no se pueden modificar, aún cuando, no se obtengan los resultados esperados.

En contraste con la utopía abierta, más humana, coherente y, especialmente posible. No es más utopía.  También, a la caída del imperio soviético, hubo países en la hambruna; subsidiados por nuestra Venezuela, hasta arruinarla, tipo Cuba. Argumentando: el” bloqueo,” causante del desastre. En lo que quiero insistir y reiterar, es que la acción política tendría que lograr en “el o la actor/a” una toma de consciencia con relación al momento que se vive en determinada sociedad, circunstancia o momento. Efectivamente, esa toma de consciencia puede ser en diferentes niveles, reviso aquí los más pertinentes: 1. Como persona, 2. Como ciudadano,3. Como actor político. 4. Como un indiferente frente a lo que ocurre, pero con consciencia. Parece mentira, esas 4 posibilidades esbozadas, no las únicas, si las que más interesan en el desarrollo como humanos que conocen la situación. Interesante acotar: se puede concientizar, dos o tres opciones, mientras no se contradigan.

¿Qué pasa cuando se toma consciencia como persona? Ocurre una clara decisión de seguir adelante. De crecer, cronológica y emocionalmente, para llegar al estado de adulto integral con sus importantes necesidades y acciones con el fin de ser miembros activos de la Nación. Situémonos en la posibilidad 2: conciencia ciudadana, se trata de volverse hacia la polys, con lo mejor de cada uno/a: cumplir con las normas de convivencia ciudadana, aceptar la presencia del otro/a, con alegría y el convencimiento que cada uno/a es fundamental en el crecimiento del concepto de ciudadanía, y lo que implica.

La tercera, cuando se toma consciencia se decide ser un actor político. Es decir, iniciar la militancia en un partido político de su preferencia en busca de una mejoría sustancial en la vida de la sociedad, apoyando con su trabajo y lucha determinada concepción. Y, el cuarto aspecto, tal vez, el más confuso, pero perfectamente aceptable. Cuando se comprende todo lo que pasa, y sin embargo, por razones personales, se opta por la indiferencia consciente.

Se sabe que, la no participación, la supuesta indiferencia frente a los acontecimientos, no es apatía en todos los casos. Los habrá, en efecto, pero hay también aquellos que se abstienen de participar conscientemente, al no sentir ninguna empatía con las propuestas asomadas en el tema. Estoy apelando a lo mejor de los adultos integrales, para invitar a la reflexión serena, adulta y conveniente.

Nadie, puede, ni debe, oponerse a los pensamientos, la ideología, la religión o las creencias de otro/a. Afectaría la Libertad de Pensamiento, tan cara a nosotros. Sin embargo, aprender a manejar el ego, las envidias, la competencia desleal o malévola en momentos de aguda crisis político-ético-social es fundamental para el individuo, crecido, trascendente, ciudadano de la comunidad nacional y con aspiraciones a ser ciudadano del mundo.

De eso se trata de crecer, de madurar, de entender: recordar: ”Ciencia de lo posible”.-

 

[1] Decía nuestro muy admirado Kotepa Delgado: “Escribe que algo queda”.

Imagen referencial: Analítica

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