Opinión

Venezuela, campeona en desfalcos mundiales

A confesión de partes, relevo de pruebas

Egildo Luján Navas:

El registro conceptual que identifica a este conjunto de ideas, se apoya en un titular que llena de vergüenza y de tristeza. No puede ser de otra manera. Y es así, porque, en Venezuela, es de rutina diaria enterarse en cualquier lugar o dependencia que registra un nuevo desfalco, estafa, apropiación de lo ajeno. De igual manera, de la existencia de alguna barbaridad   o de cualquier crimen cometido contra la vida de algún ciudadano, como en contra de bienes materiales de propiedad privada, o de la nación.

Desde luego, toda esa avalancha de hechos que registran la magnitud del serio y profundo problema de lo moral, se conocería en la real magnitud de su alcance, si en el país  hubiera LIBERTAD de expresión en su justa precisión y alcances. Pero hoy no existe. Y es así porque la prensa escrita  abundante que existió como antes, es sólo un recuerdo o el simulacro de lo que conviene que funcione, no como lo que necesita la Nación que antes, con todas sus fallas, deficiencias eran los medios que afianzaban la Democracia en  Venezuela. Hoy sólo más conviente y se alientan  publicaciones con el aprovechamiento de páginas amarillas cubriendo únicamente fechorías que en el país no pasan de ser rutina.

Es tan grave el cuadro de la innegable expansión de la crisis que asfixia al país que el mismo régimen, sin sonrojo alñguno,  ha denunciado a integrantes de robos y apropiaciones indebidas durante su prolongada permanencia en el poder. ¿Por cuánto?:. Nadie lo sabe. Aunque algunos observadores se atreven a hablar  de 500 mil millones de dólares, es decir, de una cantidad que, de haber sido invertida gerencialmente en suelo venezolano, la Nación  sería hoy, quizás, el reflejo de uno de los lugares que habría registrado una de las mayores áreas productivas  del mundo. Pero,además,  con la posibilidad de presentar espacios convertidos en modelo y ejemplo de esfuerzos, nunca de aprovechamientos amparados en la burla de las normas, y en la complicidad  de expresiones de falsos servicios.

En estos días, algunos venezolanos se han atrevido a denunciar, dentro y fuera del territorio nacional, casos de presuntos funcionarios sobre  hechos que comprometen los desempeños de ciertas personas. También lo han hecho  voceros del propio régimen, que, sorpresivamente, se han atrevido a dar a conocer los nombres de algunos de los más alabados y supuestos honestos funcionarios de la administración gubernamental.

Lo cierto es que, repentinamente, se ha combinado la mención de quien fuera una de las principales piezas en el macabro juego de Ajedrez gubernamental, por haber jurado el desempeño entre tantos cargos, como de:  Ministro de Relaciones Exteriores, Gobernador del Estado Aragua, Ministro de Minas,  Presidente de la Estatal Petrolera (PDVSA),  en unión de un gran «Clan» de corruptos colocados por él en áreas pertinentes en la administración del régimen. Los señalamientos, por otra parte, abarcaron a otras personas que fueron denunciadas de estar, supuestamente, comprometidas en el desfalco de miles de millones de Dólares al país.

No sería tan grave la mención del supuesto funcionario comprometido, ni tan escandaloso en la extensión de lo sucedido, si el personaje a quien se le ha mencionado, hace pocos meses, siendo Ministro, había acusado a su  predecesor en dicha posición de mando, a saber:  al ex-Ministro de Minas y Presidente de PDVSA, Rafael Ramírez. Concretamente, se le acusó por robo a la nación por miles de millones de dólares. ¿Quién robó a quién entre ellos, además de haber robado a Venezuela?.Los únicos afectados, al final de la jauría administrativa, sin duda alguna, han sido los venezolanos que han quedado en la ruina.

Así como se supone que todos los venezolanos saben que Cristóbal Colón descubrió a la América, esta descripción de anomalías deja entrever que la sociedad venezolana, por descarte y peores olores de los hechos,  sabe, igualmente, quiénes han sido y son los ladrones que, durante muchos años, han arruinado al país. Sobre todo porque lo que está planteado se trata de miles de denuncias por robo, estafas a la nación, apropiación indebida de bienes públicos y privados.¿Y no hay responsables?.

En el exterior, hay cientos de juicios en curso y algunos ya sentenciados, además de  encarcelados por robo de miles y miles de millones de dólares. Algunos son -o eran- funcionarios del régimen en complicidad con muchos del sector privado. Todos, por regla general, según información de opiniones en abundancia, tales comprometidos, en poco tiempo,   pasaron de haber sido «unos pata en el suelo» , como se le llama en Venezuela a los sin recursos, para terminar siendo unos exhibidores  groseros de fortunas, lujosos yates, vehículos de altos precios, además de ser rutinarios viajeros al exterior,  en procura de visitas constantes  a mansiones de altos precios, y a las que arriban en aviones privados.

El país está prácticamente en situación de quiebra. De hecho,  recientemente,  se anunció que la Nación no está siquiera en condiciones de poder pagar los salarios (miserables) a los empleados públicos,  tampoco al componente de las Fuerzas Armadas o Policiales. ¿Y a qué puede conducir esta dura situación?.

No pocas han sido las alertas y más adertas que se han difundido, lo que como consecuencia puede suceder. «Formato del Futuro», por su parte,   se ha sumado y añadido lo que por su parte ha recibido, y que no es otra que:  «desde esta tribuna, hemos alertado sobre las posibilidades como consecuencia de una insurrección civil o explosión social, ya cansada de pasar hambre y de vivir en la crueldad de la miseria».

Quienes escriben consideran que no son suficientes las protestas callejeras que ya tiene meses en las vías públicas. Y si a las protestas se le suman los uniformados  que alertaron por sufrir de lo mismo, desde luego, al país y a sus autoridades les corresponde  asomarse a la necesidad de impedir el trueno tumultuoso que registra la voz del peligro de un posible estallido social, con impredecibles consecuencias.

Se hace necesaria la reflexión hoy útil de alertar otra vez sobre lo que dicen y dicen los hechos. Hay que  hacerle un llamado al régimen, como a la propia sociedad Civil y militar, para que se recurra a una pausa, y con conciencia y amor a la Patria, se aliente y se estimule una pausa que permita llegar a un ACUERDO DE GOBERNABILIDAD, refundación y recuperación del país.

Ninguna persona, gobernante o partido, por sí solo, puede pretender cumplir con esta misión, porque no duraría meses en el desempeño del poder.  Hay que hacer un pacto social de gobernabilidad entre TODOS, y que permita el establecimiento de  un gobierno de transición, para estabilizar al país donde todos somos útiles y necesarios, hasta llegar a acuerdos que permitan salvar al país, y llegar  después a un proceso electoral general debidamente supervisado.

El rencor y el odio no permitirán jamás que los venezolanos consigan  LA PAZ que se necesita. Todas, y las peores guerras de la historia han tenido que llegar a la firma de un tratado de paz para emprender la recuperación. Ya basta. Millones de personas están sufriendo y pagando por el odio y los rencores QUE ALIENTAN Y ESTIMULAN  unos pocos. «FIRMEMOS LA PAZ Y SALVEMOS AL PAÍS QUE DIOS NOS DIO, Y QUE AÚN DISPONE DE LAS VENTAJAS DE ESTAR CARGADO DE RIQUEZAS NATURALES CON LAS QUE SE PUEDEN PROMOVER TRANSFORMACIONES».–

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