El Papa Francisco y José Gregorio Hernández
Nos sorprendió gratamente que en la audiencia general del miércoles 13 de septiembre, en el ciclo de catequesis sobre el celo apostólico, el Papa haya dedicado todo su tiempo para que nos acerquemos a la figura de un laico latinoamericano, el beato José Gregorio Hernández
Cardenal Baltazar Porras Cardozo:
Los venezolanos nos debemos sentir alegres y agradecidos por los gestos del Papa Francisco para con nuestro pueblo. En primer lugar, en el grupo de nuevos cardenales que serán instituidos el próximo 30 de septiembre figura Mons. Diego Rafael Padrón Sánchez, arzobispo emérito de Cumaná, al que, Dios mediante, acompañaremos en el Consistorio previsto para ese día. En segundo lugar, nos sorprendió gratamente que en la audiencia general del miércoles 13 de septiembre, en el ciclo de catequesis sobre el celo apostólico, el Papa haya dedicado todo su tiempo para que nos acerquemos a la figura de un laico latinoamericano, el beato José Gregorio Hernández. Lo presentó como el médico de los pobres y apóstol de la paz. Ante el mundo entero el Papa lo puso como ejemplo para todos los creyentes. Y, en tercer lugar, del Vaticano nos llega la noticia del nombramiento como Director del Protocolo de la Secretaría de Estado al sacerdote venezolano Mons. Javier Domingo Fernández González, quien es miembro del servicio diplomático vaticano. Son gestos indicativos de la preocupación y presencia en la mente del Santo Padre asuntos relativos a nuestra tierra. Un Dios se lo pague. Como recibí de un buen amigo su comentario: “De verdad, tenemos a un gran Papa. Gracias al buen Dios”.
Me permito transcribir las palabras del Papa en su catequesis para que sigamos orando por la pronta canonización de nuestro beato, y para que sigamos su ejemplo dando también testimonio de la fe que hemos recibido de nuestros mayores. Dijo el Papa:
“Queridos hermanos y hermanas: En nuestro ciclo de catequesis sobre el celo apostólico, hoy nos acercamos a la figura de un laico latinoamericano, el beato José Gregorio Hernández Cisneros. Nació en Venezuela en el año 1864. Habiendo estudiado medicina, atendía y ayudaba gratuitamente a los más necesitados. El secreto de su fuerza y dedicación era la intimidad con Jesús, que lo llevó a gastar su vida por los demás y a ofrecerse por la paz en el mundo. Murió realizando una obra de misericordia: ir a visitar a un enfermo. El beato José Gregorio supo dar testimonio de la fe con su ejemplo: curando a los enfermos, socorriendo a los que sufren, dando esperanza a los pobres; en todos ellos veía a Jesús. Este humilde servidor, que nunca buscó el éxito, nunca buscó los aplausos del mundo, hoy recibe el reconocimiento de la gente, que lo llama con afecto “el médico de los pobres”. Fue un apasionado testigo del Evangelio y, como tal, no siguió sus propias aspiraciones, sino que estuvo siempre abierto y siempre disponible a la voluntad de Dios”.
38.- 14-9-23(2677)