9 preguntas y respuestas acerca del Sínodo de la Sinodalidad
La Iglesia Católica está inmersa en un proceso que se ha dado en llamar el Sínodo de la Sinodalidad, impulsado por el Papa Francisco. Respondemos a algunas de las preguntas más frecuentes sobre él.
1. ¿Qué significa la palabra “sínodo”?
La palabra “sínodo” proviene de dos términos griegos y significa reunirse o caminar juntos (syn, juntos; hodos, camino). Esta ha sido una constante en la Iglesia Católica, como se refleja en el libro de los Hechos de los Apóstoles. En su capítulo 15 se describe cómo “los apóstoles y presbíteros se reunieron” para discutir si era preciso o no circuncidar a los nuevos bautizados que no provenían del pueblo judío.
2. ¿Qué es el Sínodo de los Obispos?
El Papa San Pablo VI fue quien, el 15 de septiembre de 1965, estableció mediante el motu proprio Apostolica sollicitudo la institución permanente del Sínodo de los Obispos como respuesta a una petición de los Padres del Concilio Vaticano II y convocó el primero dos años después para examinar la manera en que se debía preservar y fortalecer la fe.
El Sínodo de Obispos fue configurado como una asamblea de Prelados bajo la autoridad del Pontífice, que es quien lo convoca. En esta reunión se discuten cuestiones que afectan a la Iglesia Católica. Los participantes debaten y presentan sus reflexiones y consejos al Santo Padre para que los valore, pues no son vinculantes.
3. ¿Qué tipos de Sínodo de los Obispos existen?
Hay dos tipos fundamentales, en función del ámbito al que afecten los asuntos a tratar.
Se llama Asamblea General cuando se refieren a toda la Iglesia o Asamblea Especial, si se trata de cuestiones relativas a una zona concreta o a una región.
A su vez, las Asambleas Generales pueden ser ordinarias o extraordinarias, en función de la necesidad de resolver con cierta rapidez o fuera de la periodicidad programada los asuntos a debatir.
El Sínodo de la Sinodalidad se configura como una Asamblea General Ordinaria.
4. ¿Cuáles son las fases de un Sínodo?
Según se detalla en la constitución apostólica Episcopalis communio del Papa Francisco, cada Sínodo se realiza en tres fases.
La fase preparatoria comienza con la convocatoria y la asignación del tema y tiene como finalidad la consulta del Pueblo de Dios. Esta se desarrolla en las Iglesias particulares, las diferentes organizaciones de vida consagrada, las asociaciones de fieles y los dicasterios, que envían sus aportaciones a la Secretaría General. También lo pueden hacer los fieles “singularmente o asociados”, de forma directa.
Más adelante, en la fase celebrativa, tienen lugar las reuniones plenarias (llamadas Congregaciones Generales) y otro tipo de reuniones menores por grupos. También se pueden designar comisiones de estudio. Si el tema lo requiere, el Papa puede determinar que se realice en varias sesiones.
Al concluir ambas fases, se elaborará un documento final que será “sometido a la aprobación de los Miembros según la norma del derecho peculiar, buscando en la medida de lo posible la unanimidad moral”.
Este documento se entregará al Papa, que decidirá sobre su publicación: “Si es aprobado expresamente por el Romano Pontífice, el Documento final participa del Magisterio ordinario del Sucesor de Pedro”. Si el Papa declara el Sínodo como deliberativo, se incorporará al Magisterio una vez que sea ratificado y promulgado con su firma y la de los miembros del Sínodo.
En la fase de implementación, tanto la Secretaría General del Sínodo como los Obispos, procuran poner por obra las orientaciones plasmadas en el documento final.
5. ¿Cuál es la idea del Papa Francisco sobre el Sínodo?
El 17 de octubre de 2015, el Papa Francisco pronunció un discurso con motivo del 50 aniversario de la institución del Sínodo que, a su juicio “constituye una de las herencias más preciosas” del Concilio Vaticano II.
En él, expone su intención de modificarlo, pues “el mundo en el que vivimos, y que estamos llamados a amar y servir también en sus contradicciones, exige de la Iglesia el fortalecimiento de las sinergias en todos los ámbitos de su misión. Precisamente el camino de la sinodalidad es el camino que Dios espera de la Iglesia del tercer milenio”.
En la constitución apostólica Episcopalis communio, el Santo Padre señala que esta institución “debe convertirse cada vez más en un instrumento privilegiado para escuchar al Pueblo de Dios” y que a ella pueden ser también llamados “otros que no hayan recibido el munus episcopal”.
Durante el discurso que pronunció en el momento de reflexión para el inicio del Sínodo de la Sinodalidad en octubre de 2021, el Papa Francisco reiteró que el “Sínodo no es un parlamento, que el Sínodo no es un sondeo de las opiniones; el Sínodo es un momento eclesial, y el protagonista del Sínodo es el Espíritu Santo”.
6. ¿Qué es el Sínodo de la Sinodalidad?
El título oficial del Sínodo sobre la Sinodalidad es “Sínodo 2021-2024. Por una Iglesia sinodal: comunión, participación, misión. 16ª Asamblea Ordinaria del Sínodo de los Obispos”. Fue convocado por el Papa Francisco en octubre de 2021.
7. ¿Cuándo es el Sínodo de la Sinodalidad?
Tras las distintas fases de consulta tanto a nivel nacional como continental que se han venido desarrollando desde el año 2021, la primera sesión tendrá lugar del 4 al 29 de octubre de 2023 y la segunda está prevista para un año después.
8. ¿Quiénes participan?
Este próximo mes de octubre están convocadas 365 personas, incluido el Papa Francisco, de las cuales algunas son ajenas al ministerio episcopal: sacerdotes, diáconos, religiosos. También participarán laicos.
Por primera vez, 54 mujeres tendrán derecho a voto.
9. ¿Qué dice el Instrumentum laboris del Sínodo de la Sinodalidad?
Todo Sínodo tiene un documento en el que se detallan los asuntos que se van a abordar en la fase celebrativa: se trata del Instrumentum laboris o documento de trabajo, que para este Sínodo fue publicado el pasado mes de junio.
El documento recoge el objetivo principal de la primera sesión de esta XVI Asamblea General Ordinaria: “Delinear los caminos de profundización que se han de llevar a cabo en estilo sinodal” y está dividido en dos secciones.
La primera, resume las ideas recogidas en las asambleas continentales y plantea algunas reflexiones sobre qué es una Iglesia sinodal. La segunda sección sugiere preguntas que deben ser sometidas a discernimiento.
Entre las cuestiones que deben ser examinadas se encuentran el acceso de la mujer al diaconado o cómo llegar a las personas que se sienten excluidas de la Iglesia “a causa de su afectividad y sexualidad (por ejemplo, divorciados vueltos a casar, personas en matrimonios polígamos, personas LGBTQ+, etc.)». También se hace referencia a una reflexión sobre si es posible ordenar a sacerdotes casados “al menos en algunas zonas”.
Respecto de estas cuestiones, el Instrumentum laboris afirma: “No debemos asustarnos por ellas, ni intentar a toda costa resolverlas, sino comprometernos en un discernimiento sinodal permanente”, para que las tensiones que generan puedan “convertirse en fuentes de energía y no decaer en polarizaciones destructivas”.-