El comunismo en Venezuela antes y después del castrismo: Apuntes necesarios
Como insinuó Fidel Castro en enero de 1959, “el futuro de Cuba" depende de la dictadura de ese otro país disfrazada de democracia
PUERTO PADRE, Cuba.- Dos instituciones de patriotas cubanos en el exilio –ah…, para demasiados desmemoriados qué rara suena ya esa frase: patriotas cubanos– el Instituto de la Memoria Histórica Cubana Contra el Totalitarismo y la organización de expresos políticos Plantados Hasta la Libertad de Cuba, recién auspiciaron la conferencia Subversión castrista en Venezuela (1959-2024), evento al que el periodista, historiador y expreso político Pedro Corzo, tuvo la amabilidad de invitarme, pero, anclado como estoy en mi tierra y en mi ostracismo, respondí: “Quién pudiera… No yo, por cierto”. Afirmando: “Pero escribiré un artículo sobre el tema”.
Pues aquí está ese texto. Mas…, como no quiero repetir lo que en la conferencia ya se dijo y este sitio reportó esta semana, en condición de invitado ausente, pero cívicamente siempre presente, me limitaré a reseñar el acontecimiento fundacional de la subversión castrista a la nación y el Estado venezolano, suceso que ocurrió desde el 23 y hasta el 27 de enero de 1959, días en que Fidel Castro viajó a Caracas con el marcado propósito de atraer a Venezuela a su estrategia de lucha contra Estados Unidos, guerra que ya había ideado desde junio de 1958, en la Sierra Maestra, y cuando digo que me limitaré a reseñar ese suceso histórico es porque ya en condición de testigo presencial excepcional, un periodista y escritor ilustre, Guillermo Cabrera Infante, hizo la crónica de tan singular acontecimiento.
Pero como las investigaciones históricas al igual que las investigaciones criminales obedecen a causas y efectos, antes debemos observar un suceso histórico, preliminar a ese primer viaje que hizo Fidel Castro luego de tomar el poder el 1ro de enero de 1959; hecho que califica cual cuasi magnicidio, con premeditación criminal y prevaricación de las autoridades venezolanas, ocurrido en mayo de 1958, del que ya poco se habla, pero es, digamos, el signo, el faro que guió a Fidel Castro hasta Caracas tan temprano como el 23 de enero de 1959, a sólo 15 días de haber entrado a La Habana el 8 del propio enero.
Esos destellos, cuales faro, incuestionablemente, fueron el poder de convocatoria, de movilización, de violencia política y física que estuvieron a punto de llegar al magnicidio, acción con la que los comunistas venezolanos mostraron a Venezuela, a Estados Unidos, al mundo, y en lo personal a Fidel Castro –que lo conocería por la radio y poco después por el reportaje de la revista Life en español– la violencia de que son capaces mancomunando sus fuerzas, según vemos en la actualidad.
El 13 de mayo de 1958, y como parte de una gira internacional del Gobierno de Estados Unidos por Latinoamérica, llegó a Caracas el vicepresidente Richard Nixon, acompañado de su esposa, de personal diplomático y de 12 oficiales del Servicio Secreto.
Mientras transitaba por la ciudad, la caravana fue interceptada por una manifestación violenta, que la paralizó y atacó, llegando a ponerse en peligro –y nada menos que en un país extranjero, lo que constituye un acto de agresión– la vida del Vicepresidente de los Estados Unidos, protegido sólo por los agentes del Servicio Secreto, que, de hecho, salvaron la vida a Nixon del ataque de una multitud, sin que ni los policías ni los soldados venezolanos, cumpliendo órdenes de sus mandos y presumiblemente infiltrados por el Partido Comunista, hicieran nada por proteger a la delegación estadounidense.
Según informes periodísticos, de inteligencia y de investigaciones de la época, la manifestación violenta fue presuntamente organizada por el Partido Comunista de Venezuela, para demostrar que podía liderar las masas en Caracas y dominar las calles.-