La Navidad, cuando tiene que ser: Arbol de Navidad del Vaticano se encenderá el 7 de diciembre
La Magia de Grado y Ledro llega al Vaticano: Un Nacimiento y un Árbol de Navidad que Conectan Historia, Fe y Comunidad
La Navidad 2025 en el Vaticano estará marcada por la riqueza histórica y natural de dos pequeñas pero notables comunidades del norte de Italia: Grado, en la provincia de Gorizia, y Ledro, en el Trentino Alto-Adige. Estas localidades no solo comparten un profundo arraigo cultural, sino que se han unido para ofrecer sus tesoros en una de las más importantes celebraciones de la cristiandad. Mientras que Grado donará su singular representación del nacimiento de Jesús, Ledro regalará un majestuoso abeto de 29 metros que acompañará al pesebre en la icónica Plaza de San Pedro. Un Pesebre con sabor a Laguna.
El pesebre de este año no será solo una simple representación de la Natividad, sino una auténtica ventana a la vida en la laguna de Grado, una región rica en tradiciones pesqueras y arquitectura ancestral. La escena del nacimiento de Cristo estará ambientada en uno de los «casóni», las tradicionales chozas de caña que durante siglos han sido refugio de pescadores locales. Rodeado de más de un centenar de «mote» (islotes pequeños), este pesebre sumergirá a los visitantes en un paisaje vivo, evocando los primeros años del siglo XX, cuando la laguna aún era hogar de cientos de habitantes de Grado.
Lo que distingue a esta representación navideña es su autenticidad. Cada detalle ha sido meticulosamente cuidado, desde la flora autóctona hasta la recreación de aves locales. La construcción de la mota (islote) y el casóne ha sido una labor colectiva de voluntarios de Grado: carpinteros, artesanos y pescadores han unido fuerzas para erigir un pesebre que respira historia y devoción. Es más que una obra artística, es un homenaje a la comunidad, una manifestación de amor por sus raíces y una declaración de fe. De Ledro a San Pedro: el viaje de un árbol monumental El gran abeto rojo que adornará la Plaza de San Pedro recorrerá un largo camino desde los bosques de Ledro. Esta impresionante conífera, cuidadosamente seleccionada por las autoridades forestales del Trentino, ha sido transportada para presidir la Navidad en el corazón del Vaticano.
La sostenibilidad fue un factor clave en la elección del árbol, que forma parte de un proceso de renovación forestal natural, asegurando así que su tala no afecte al ecosistema local. Además del abeto principal, otras coníferas más pequeñas, decoradas por asociaciones y ciudadanos de Ledro, así como de comunidades vecinas y ciudades hermanadas, también serán enviadas al Vaticano. Estas se exhibirán en diferentes edificios y oficinas de la Santa Sede, contribuyendo al ambiente festivo y recordando la conexión entre lo local y lo universal en la celebración navideña. Una tradición centenaria repleta de significado El próximo 7 de diciembre, durante la tradicional ceremonia de inauguración e iluminación, el pesebre de Grado y el abeto de Ledro se revelarán ante los ojos del mundo.
El acto será presidido por el Cardenal Fernando Vérgez Alzaga, en compañía de la hermana Raffaella Petrini, y contará con la presencia de los artesanos y autoridades que han hecho posible este regalo navideño. El nacimiento y el árbol permanecerán en la Plaza de San Pedro hasta el 12 de enero de 2025, cuando se celebre el Bautismo del Señor, marcando el final del Tiempo de Navidad. Durante este periodo, millones de personas podrán apreciar la majestuosidad del árbol y la delicadeza del pesebre, que no solo representan la Navidad, sino también el espíritu de comunidad, historia y fe que define tanto a Grado como a Ledro. Un viaje que conecta pasado y presente La colaboración entre estas dos comunidades italianas y el Vaticano va más allá de una simple ofrenda navideña. El pesebre de Grado es el resultado de más de 25 años de trabajo en la isla, donde cada Navidad se celebra una importante exposición de pesebres que reúne a diversas asociaciones locales.
Este proyecto ha crecido con el tiempo, desde un sueño iniciado por el caballero Antonio Boemo hasta convertirse en un esfuerzo colectivo en el que han participado decenas de voluntarios. Por otro lado, Ledro, con su rica historia arqueológica y natural, ha ofrecido uno de sus tesoros más preciosos: un abeto de sus legendarios bosques, que será símbolo de vida y renovación en una de las plazas más importantes del mundo.
El vínculo entre Ledro y la Navidad del Vaticano es también un recordatorio del patrimonio común que compartimos, de la importancia de proteger la naturaleza y de mantener vivas nuestras tradiciones. Un encuentro entre tradiciones y fe Este año, la Navidad en el Vaticano será una verdadera fusión de tradiciones. Desde la calma de la laguna de Grado hasta las cumbres de Ledro, el nacimiento y el árbol de Navidad simbolizan no solo el espíritu de la temporada, sino también la unión entre las comunidades y su deseo de compartir su legado con el mundo.
Con su ambiente único, ambos regalos son un testimonio de que, en tiempos de festividad, la fe y la comunidad tienen el poder de iluminar incluso las noches más largas del invierno.
(ZENIT Noticias / Ciudad del Vaticano, 26.09.2024)