Venezuela en la Corte Penal Internacional (CPI)

William Cárdenas Rubio/Análisis Libre:

1º.- LA ASAMBLEA:

 Concluyó la 23ª Asamblea de Estados Parte de la CPI, celebrada entre los días 2 y 7 de diciembre en La Haya, que había generado mucha expectación respecto a lo que podría pasar con el Fiscal Karim Khan, objeto de numerosas criticas y ataques, especialmente despues de sus solicitudes de órdenes de captura contra Vladimir Putin y Benjamin Netanyahu.

Ya la Presidenta de la Corte, Señora  Käivi Kaukoranta, había dado algunas pistas en su comunicado del 28 de noviembre, condenando los ataques que se han producido contra funcionarios electos, entre ellos 2 Magistrados, calificándolos como ataques a la independencia, imparcialidad y funcionamiento de la CPI.

Pero es la nota de prensa final de la propia AEP, que al dar cuenta de la intervención de clausura de la Presidenta, la que recoge su contundente apelación a la unidad: “Las leyes de la física nos demuestran que donde hay fuerza hay resistencia. A medida que los desafíos que enfrenta la Corte aumentan en número, complejidad y naturaleza, el apoyo de los Estados Partes debe crecer en determinación, compromiso y fuerza. La Corte- nuestra Corte- es necesaria ahora más que nunca.”

Imposible una mejor reacción institucional a la más grave amenaza a la CPI, en los apenas 23 años de la primera Corte Permanente en la Historia Universal, que tiene por objeto la investigación, procesamiento y castigo a los responsables de los peores crímenes contra la humanidad.

2º.- EL CASO VENEZUELA I:

 El caso Venezuela I fue puesto sobre la mesa desde el primer día de la Asamblea por el propio Fiscal Karim Khan, en su Balance General del Año, siendo el tema que ocupó mayor extensión en su discurso, aun cuando sabemos que hay otros casos muy graves que actualmente investiga la CPI.

Las palabras del Fiscal deben ser bien analizadas y mejor entendidas, pues están condicionadas por el Principio de Imparcialidad que rige sus funciones hasta tanto lleguen las imputaciones, cuando asumirá el rol de acusador de los señalados por él como responsables de los crímenes.

Aún así, advirtió a los miembros del gobierno venezolano que ya están a las puertas de tales imputaciones; que su investigación no ha parado desde el año 2021, y que en las investigaciones se han tenido en consideración los elementos tanto incriminatorios como de exoneracción de pruebas (imparcialidad) de las responsabilidades penales; que ya el tiempo  de la complementariedad se agotó. Que no se han producido los cambios legislativos e investigaciones internas que se esperaba.

Obviamente, el Fiscal sabe también que esta es una retórica discursiva, pues conoce perfectamente que Venezuela no ha adecuado en su legislación penal los tipos penales establecidos en el Estatuto de Roma, como lo determinó la Sala de Apelaciones en su sentencia del 1º  de marzo pasado. Por interpretación en contrario, deja en evidencia que las leyes que se han aprobado recientemente (Ley Orgánica Simón Bolívar, Extinción de dominio, etc.) están dirigidas a acentuar la persecución y la represión.

De manera más diáfana dejó claro que conoce perfectamente lo que ha ocurrido en el país después del 28J, y la existencia de un mayor número de presos, entre ellos muchos niños detenidos en las protestas políticas, solicitando expresamente su liberación. Y afirmó algo que es bueno recordar, pero que en sus palabras alcanza gran relevancia: Las víctimas venezolanas son tan importantes como cualquier otra de cualquier otro conflicto por él investigado, que hayan sufrido una tragedia similar.

Por tanto, aunque sea la primera vez que ocurre en nuestro Continente y aunque nos haya correspondido el nada enviadiable honor de ser el primer país investigado por la CPI, debemos mantener la esperanza y la confianza de que la justicia internacional alcanzará a los responsables.

Tenemos que entender en que consiste la independencia de los Magistrados y del Fiscal de la CPI. Si no fuera así no tendría sentido la existencia de una Corte Universal.

3º.- LA CPI:

 La evolución del Derecho Internacional Penal ha ido muy a la zaga de los crímenes más oprobiosos y condenables de la historia del hombre y no fue hasta el Siglo XX, que los esfuerzos por lograr que la justicia interviniera ante estas atrocidades, produjeran sus primeros pasos.

Antes de ello, los conflictos entre los pueblos, y dentro de ellos contra la actuación de poderosos tiranos criminales, se resolvían con la victoria de unos y la derrota de otros,  y la esperanza de la venganza violenta.

Luego de la Gran Guerra y de la II Guerra Mundial se comenzaron a crear tribunales “ad hoc”, con posterioridad a los hechos criminales, para dar paso a la justicia. Los Tribunales de Nuremberg, Tokio, Ruanda, la exYugoslavia, etc. son ejemplos de esta evolución.

Ahora, a partir del año 2002, tenemos el primer experimento civilizado de un tribunal permanente (pre existente a los hechos, que permita juzgar a quienes han cometido crímenes definidos taxativamente en el Estatuto de Roma. Parece que 22 años es muy poco tiempo para valorar lo que allí pasa.

Recientemente la sociedad civil venezolana ha identificado a la CPI como una esperanza, pero se desespera porque en su gran mayoría no conoce como funciona la Corte. Y es lógico que así sea. Sin embargo son las víctimas y sus familiares los que tienen paciencia infinita, y desde hace 22 años esperan por la justicia, venga de donde venga.

Si no existiera la CPI, qué habría pasado? Alguien se ha puesto a pensar en el efecto disuasivo que ha tenido sobre los dirigentes de la organización criminal que gobierna Venezuela, la investigación abierta por la CPI?

Los que si saben lo que les espera son los miembros del gobierno criminal que han interactuado en la CPI, que han recibido una derrota jurídica tras otra. Por ello, despues de 22 años de trabajo constante,  hemos insistido en mantener la lucha en ese territorio, el único espacio donde hemos derrotado continuamente a la Dictadura. No han ganado ni una solo vez, lo que les conduce colocar a la CPI en el único escenario desde donde les puede venir el verdadero castigo, con el temor evidente a sus decisiones.

Nosotros,  con más de 22 años de experiencia en esta causa, tenemos una visión de contexto mucho más amplia, que nos conduce a mantener la confianza en que habra justicia para las víctimas que representamos, y que la CPI, sus Magistrados y Fiscales, cumplirán con sus obligaciones, pues en ello va la propia razón de ser y existencia de la Corte.

4º.- OPINIONES DISCREPANTES:

Muchas personas que se han interesado por la causa, no ven las cosas igual y lo entendemos.  Cuesta comprender que la justicia internacional de la CPI tiene sus tiempos y procesos, establecidos en el más complejo entramado de normas que regulan la actuación jurisdiccional de los actores en estos casos, pero no obstante, mantienen la paciencia y la calma, y exigen decisiones urgentes, urgencia que compartimos.

Otros llegan a acusar al Fiscal como cómplice de la impunidad que hemos sufrido durante tanto tiempo sin mayor fundamento, atribuyendo el retraso procesal a motivos inconfesables, que van desde el soborno con millones de dólares o con lingotes de oro, pero sin presentar la más mínima prueba de sus dichos.

No les basta que el Fiscal haya demostrado que no le tiembla el pulso para imputar a los hombres más poderosos de la tierra si estos cometen genocidio, crímenes de guerra, o lesa humanidad, que sean competencia de la CPI. Nicolás Maduro y Diosdado Cabello si lo han entendido

Algunos han ido más lejos y han recusado al Fiscal por la actuación de su cuñada como representante del gobierno venezolano, sin tomar en cuenta que esto si le haría daño a las víctimas, pues implicaría una demora sobrevenida para la causa.

Sobre esta investigación, que se está llevando por la Sala de Apelaciones, tenemos que decir que ya Karim Khan respondió el señalamiento, desvirtuando su procedencia por la falta de cualidad de los actores y ser jurídicamente inviable.

En cualquier caso, como dijo el Fiscal, el tiempo se agota para los criminales y la CPI cumplirá con sus responsabilidades./