Opinión

Monumento a la resistencia indígena en Los Teques

Horacio Biord Castillo:

En la región de Los Altos, en el estado Miranda, abundan testimonios de diversa índole sobre la presencia indígena. Esa presencia se manifiesta o se testimonia en saberes y haceres ancestrales transmitidos de generación en generación, la toponimia, los nombres de plantas y, en especial, los relatos orales que se conservan, en especial en áreas rurales, sobre la resistencia indígena, como la zona de Laguneta de la Montaña. Según la narración de José de Oviedo y Baños en su obra Historia de la conquista y población de la provincia de Venezuela, publicada en 1723, allí ocurrieron los principales actos de resistencia aborigen al avance conquistador de los españoles. Esta resistencia fue protagonizada por diversos jefes o caciques indígenas, estando a la cabeza el emblemático cacique Guaicaipuro. Fue allí, por ejemplo, donde murió Juan Rodríguez Suárez, quien venía de fundar la ciudad de Mérida. Los indígenas, muchos de ellos quizá provenientes de los valles de Aragua y las riberas de la Laguna de Tacarigua o Lago de Valencia, se habían refugiado en esas montañas y valles intramontanos para protegerse de la conquista y los abusos de los conquistadores.

Algunos relatos provienen, en cambio, de la zona de Guareguare, por donde pudo estar ubicada Suruapo o Suruapay, la aldea de Guaicaipuro. Un testimonio que entremezcla la tradición oral y las evidencias materiales es el peñón de San Corniel, donde ha querido la tradición ubicar la cueva de Guaicaipuro y que, en el pasado, fuera un sitio preferido por los excursionistas y los paseos de tequenses. Esa cueva es tenida como el refugio del gran jefe indígena, donde guardaba sus pretendidas riquezas. Sin embargo, el oro que se le atribuye en muchas narraciones quizá sea solo un elemento simbólico: la fuerza y el valor de lo propio, de lo auténtico, de lo original y de la propia condición india. Todo esto tiene una gran valor para entender la Venezuela profunda y los imaginarios colectivos sobre la historia y la identidad del país.

Por todas estas razones, el gobierno municipal de Los Teques, con el impulso de su cronista, Lcdo. Manuel Almeida, ha querido erigir un justo monumento a la resistencia indígena a la entrada de la ciudad, por la zona de Los Lagos, bajando de Los Alpes (antiguamente el punto más alto de la hoy llamada carretera Panamericana, a unos 1200 m de altitud) por la carretera que conduce a Tejerías. El conjunto conmemorativo se encuentra justo debajo de lo que fue la casa de la Hacienda Queniquea, que perteneció al general Eleazar López Contreras, presidente constitucional de la República entre 1936 y 1941, quien la bautizó con el nombre de su pueblo natal.

Los Teques cuenta ahora con este hermoso monumento. Forman parte de él siete estatuas de los indígenas más señalados, encabezados por Guaicaipuro, según la relación de Oviedo y Baños y otras fuentes: Terepaima, Urimare, Tiara, Apacuana, Yoraco y Sorocaima. También se colocaron en una pared los nombres de los indígenas que aparecen en un pleito de encomienda de 1586, una de las fuentes antiguas más confiables para el conocimiento de Guaicaipuro. Allí se da cuenta de los grupos familiares cercanos y de los miembros de las aldeas que apoyaban a este cacique o jefe indígena.

La ciudad de Los Teques está indefectiblemente unida a Guaicaipuro, no solo por ser el epónimo del municipio, antiguo distrito, que lleva el nombre del cacique, sino por el nombre mismo de la ciudad. Los indígenas teques fueron un bloque o subdivisión regional de los aborígenes de la región centro-norte, un subgrupo de los caribes septentrionales.

Los indígenas y sus culturas, sus aportes culturales y lingüísticos, su historia y su presencia en la Venezuela contemporánea constituyen un patrimonio común que nos enriquece y enaltece. Como grupos originarios y minorías étnicas y lingüísticas tienen derechos colectivos especiales que le han sido reconocidos no solo en la legislación venezolana actual, sino incluso en la legislación del imperio español en América, conocida genéricamente como “Leyes de Indias”.

La resistencia indígena, antigua o actual, pacífica, simbólica o armada, como en el caso de los antiguos teques, debe entenderse como una parte importante de nuestra historia, como acontecimientos fundadores de las realidades venezolanas. De allí, la relevancia de recordar esa resistencia y de este monumento en particular que nos recuerda, también, la diversidad sociocultural y lingüística de Venezuela. En próximas entregas nos proponemos hacer reseñas de cada uno de los indígenas representados mediante estatuas en el Monumento a la Resistencia Indígena de Los Teques.-

Fotografía: Xavier Villegas Godoy

Publicado en El Nacional. Caracas, viernes 28 de febrero, 2025

URL: https://www.elnacional.com/opinion/monumento-a-la-resistencia-indigena-en-los-teques/

Publicaciones relacionadas

Mira también
Cerrar
Botón volver arriba