¿El Acutis de los perseguidos? Avanza la causa de Bashir, joven mártir del islam en defensa de la fe
Tras inmolarse protegiendo su parroquia, enardeció a los fieles y generó conversiones, dice Gabriel Cruz

El pasado mes de octubre, el Dicasterio para las Causas de los Santos confirmaba la validez jurídica de la investigación diocesana para la Causa de Akash Bashir, el joven pakistaní fallecido al enfrentarse a un islamista cargado de explosivos que iba a inmolarse en una iglesia en Lahore. Ambos murieron en el acto.
La iniciativa heroica de Bashir, a sus 20 años, no solo salvó el templo, sino también la vida de multitud de feligreses.
A raíz de su muerte, la vida y hazaña del joven se difundió por todo el mundo, los peregrinos comenzaron a viajar a su tumba y, finalmente, comenzó una causa de beatificación por la que llegó a ser declarado siervo de Dios en 2022.
Ante el décimo aniversario de su inmolación, el 14 de marzo de 2015, el postulador y el vicepostulador de la causa de Akash han actualizado la información sobre el proceso de beatificación, remarcando los frutos de fe que perduran en su comunidad pasados los años.
Su vicepostulador, el misionero salesiano Gabriel Cruz, resumió a The Pillar la infancia y juventud del que hoy es considerado un héroe en la comunidad cristiana de Pakistán.
Quería proteger a su Iglesia y su pueblo
Cuenta que la fortaleza interior, el deseo de servicio y las elevadas aspiraciones del joven nacido en 1994 le llevaron a querer ser soldado como una forma de proteger a su pueblo.
En 2013, cuando Akash no alcanzaba los 20 años, los obispos propusieron a los fieles la creación de una red de voluntarios para la defensa de las iglesias ante eventuales ataques. No tardó en inscribirse como voluntario.
Ser el más joven de los que se presentaron no le impidió formar parte de una nueva comunidad, acudir a las reuniones de oración y formación con sus compañeros, estudiar la Biblia o apostarse en el exterior de la parroquia asignada dispuesto a lo que fuese necesario.
El 15 de marzo de 2015 parecía un domingo más, con la iglesia repleta de fieles. Pero al escuchar una primera explosión en un templo cercano supo que no sería un día normal. Segundos después, un hombre con una bomba se dispuso a inmolarse en la iglesia, y solo Akash se lo impedía.
«Moriré antes que dejarte entrar»
“Si tengo que morir, moriré, pero no te dejaré entrar”, le dijo el joven. Fueron sus últimas palabras. Acto seguido, abrazó al terrorista y este se inmoló, muriendo ambos en el acto, dejando multitud de heridos y falleciendo tres cristianos.
“Cientos de cristianos salieron a las calles a venerar a Akash porque sabían que los había salvado. Eso es lo que llamamos `fama de santidad´, porque fue algo que la gente reconoció de inmediato. En Pakistán no se usa la palabra mártir para personas como Akash por sus connotaciones islámicas. El equivalente es el de `héroe´, y la gente empezó a llamarle así espontáneamente”, relata el vicepostulador.
En 2018, cuando llegó a Pakistán, Cruz observó la “devoción espontánea” que los fieles mostraban hacia la figura de Akash y pidió a sus superiores comenzar las investigaciones para la causa de martirio.
Pasó tres años recabando pruebas y testimonios que concluyeron en el Nihil obstat de Roma y el posterior nombramiento de Akash como siervo de Dios en 2022, dando inicio a una fase diocesana de la causa que concluyó el 15 de agosto de 2024.
La causa de beatificación avanza
“Hasta ahora, todo ha avanzado satisfactoriamente. El Vaticano recibió la copia pública de la documentación de la causa para su estudio y la aprobó en octubre del año pasado. Ahora estamos en la fase de preparación de la positio, que consiste en un análisis histórico y teológico mucho más profundo y elaborado de su vida y muerte”; cuenta el salesiano.
Para el postulador general de las Causas de los Santos de la Familia Salesiana, Pierluigi Cameroni, se trata de una causa especial por la juventud de Akash y por ser este el primer santo paquistaní, entre otros motivos.
“Los cristianos se han fortalecido, otros jóvenes han asumido el relevo y se han producido muchos bautismos. Ha sido una fuente de paz y esperanza, porque su ejemplo permite vislumbrar la victoria de Cristo. La Pascua es muerte y resurrección, y por lo tanto, esperanza. Es también un llamado a la reconciliación”, comenta Cameroni a Ayuda a la Iglesia Necesitada.
Entre otros aspectos, el postulador remarca que la sencillez, el amor y servicio a los más necesitados o el ideal de defender la justicia acompañaron siempre a Bashir.
De hecho, agrega, “hay un episodio impactante sobre un sueño que Akash tuvo y que le confió a un amigo, quien, tras el asesinato, se lo contó a su padre. Dijo que había soñado que moriría sirviendo, haciendo el bien”.
El sueño sería solo un anticipo de lo que ocurriría aquel 15 de marzo de 2015, y que tendría fuertes enseñanzas y consecuencias en su comunidad.
“Akash no dejó entrar el mal. Prefirió morir. Debemos hacer lo mismo, luchando por evitar que el mal entre en nuestras vidas. En esa frase veo reflejos del mensaje de Don Bosco; creo que es una fuente de gran esperanza cristiana. El poder de Cristo puede vencer cualquier mal. El mal no tiene la última palabra”, cuenta el postulador general.
Solo debía vigilar una puerta, pero lo hizo hasta el final
Convencido de su santidad, remarca que las consecuencias de la beatificación trascenderían mucho a la figura del propio Bashir, pues él “representa a los cristianos perseguidos en Pakistán y en todo el mundo”, para quienes es “un modelo a imitar”.
“Akash murió sirviendo a su comunidad. Dedicó su corta vida al servicio, un servicio muy sencillo: cuidar una puerta. Pero ese servicio lo llevó a dar su vida. Murió sirviendo. Y otra cosa que me gusta mucho es el abrazo al terrorista. Aunque parezca insignificante, es una imagen espiritual de enfrentar el mal con un abrazo para detener su propagación. Se trata de impedir que el mal entre en nosotros y en nuestra comunidad”, observa el vicepostulador.
Para Cruz, estos son dos ejemplos de cómo ser el primer beato de Pakistán supondría también representar como “bandera y rostro a todos aquellos que no han tenido voz y sufren persecución”.
“Es un joven con una fe gigantesca, que logró defender su propia fe y la fe de su comunidad cristiana. Su vida fue sencilla, llena de pequeños detalles de servicio, afrontando los desafíos con valentía. Esa sencillez se convirtió en algo extraordinario, y es precisamente por eso que es un modelo a seguir para nosotros, porque se puede imitar”, subraya el misionero salesiano.
Así ha cambiado su comunidad
El padre Gabriel Cruz es testigo de cómo el sacrificio del joven no solo ha consolidado a la comunidad cristiana de Lahore. También ha cambiado sus vidas y les ha fortalecido para vivir la fe en un país donde cada mes hay ataques terroristas y la discriminación contra los cristianos es la norma.
Tras su muerte, cuenta el sacerdote, “la gente levantó un pequeño altar como muestra de gratitud y esta es su fama de santidad. Akash se convirtió en luz para los cristianos de Pakistán”.
También menciona que cuando el joven dio el paso de apuntarse como protector de las iglesias, este no era un servicio muy extendido ni popular entre los cristianos. Sin embargo, tras su muerte, muchos jóvenes siguieron su ejemplo y comenzaron a apuntarse como guardianes en las iglesias de Pakistán.
“Contamos con testimonios de muchas personas que recuperaron la fe gracias a su ejemplo. El número de bautismos aumentó. En el proceso diocesano se preguntó a los testigos si habían recibido alguna gracia de Akash. Muchos respondieron diversas cosas, pero casi todos coincidieron en que recibieron el don de «estar vivos». La gente reconoce el don de la vida, el milagro de la vida, como un don que no les fue arrebatado gracias a Akash”, enumera.
No son pocas las comparaciones que pueden establecerse del joven paquistaní con Pier Giorgio Frassati y Carlo Acutis, que serán canonizados entre el próximo mes de abril y agosto, así como con otros jóvenes con el proceso iniciado, como el “héroe del monopatín”, Ignacio Echeverría.
“Creo que Akash puede ser un ejemplo precisamente porque logra vivir una vida extraordinaria haciendo lo ordinario, así como el coraje que demuestra al servir a su comunidad. Akash nos mostró que aún podemos vivir una vida feliz y dar a los demás. Creo que la figura de un joven tan valiente merece ser un ejemplo para el mundo y la Iglesia”, concluye Cruz. –