Papa León XIV: El pontificado es “una carga que claramente supera mis fuerzas”
Durante la audiencia con los cardenales, el Papa León XIV ha trazado un eje de continuidad, refiriéndose en particular a León XIII, Pablo VI, Benedicto XVI y Francisco, y permaneciendo decididamente fiel al Concilio Vaticano II

«El Papa, desde San Pedro hasta mí, su indigno sucesor, es un humilde servidor de Dios y de sus hermanos, nada más», explicó el Papa León XIV el 10 de mayo de 2025, durante la audiencia con los cardenales organizada el tercer día de su pontificado en el Aula del Sínodo. Signo de un nuevo estilo marcado por una cierta discreción, el texto de este discurso pronunciado a puerta cerrada no fue difundido por la Oficina de Prensa de la Santa Sede hasta varias horas después de su pronunciamiento.
Su discurso fue precedido por la recitación del Pater Noster y del Ave María en latín. A continuación tuvo lugar un momento de coloquio durante el cual León XIV se dijo disponible para «consejos, sugerencias, propuestas, cosas muy concretas», de acuerdo con las peticiones de los cardenales durante la fase de preparación del cónclave. Esta parte no se ha hecho pública. La reunión duró en total unas dos horas, desde las 10 de la mañana hasta el mediodía.
Esta primera audiencia con el pontífice no fue transmitida en directo, a diferencia de 2013, cuando el Papa Francisco se reunió por primera vez con los cardenales. Pero el nuevo Papa ha trazado un eje de continuidad, refiriéndose en particular a León XIII, Pablo VI, Benedicto XVI y Francisco, y permaneciendo decididamente fiel al Concilio Vaticano II.
«Sois, queridos cardenales, los colaboradores más estrechos del Papa, y es para mí un gran consuelo aceptar una carga que evidentemente supera mis fuerzas», enfatizó León XIV, dejando claro que ejercería su pontificado de manera colegial.
2Vuestra presencia me recuerda que el Señor, que me confió esta misión, no me deja solo para asumir su responsabilidad», insistió, expresando su sincero agradecimiento al cardenal Re, decano del Sacro Colegio, y al cardenal Farrell, camarlengo, por su servicio durante esta fase de Sede vacante y de preparación para el cónclave.
«En este momento, a la vez triste y alegre, providencialmente envuelto en la luz de la Pascua, quisiera que miráramos juntos la partida del difunto Santo Padre Francisco y el cónclave como un acontecimiento pascual, una etapa del largo éxodo a través del cual el Señor continúa guiándonos hacia la plenitud de la vida», explicó, confiando «el alma del difunto Pontífice y el futuro de la Iglesia» al «Padre misericordioso y Dios de todo consuelo», expresión tomada de la Segunda Carta de San Pablo a los Corintios.
Evocando el «precioso legado» de sus predecesores, León XIV rindió un homenaje particular a la memoria del Papa Francisco, mencionando «su estilo de plena dedicación en el servicio», su «abandono en Dios durante el tiempo de la misión» y su «serena confianza en el momento de regresar a la Casa del Padre».
Subrayando que «es el Resucitado, presente entre nosotros, quien protege y guía a la Iglesia», León XIV explicó que «Dios ama comunicarse, más que en el estruendo de los truenos y de los terremotos», en el «murmullo de una suave brisa» o en una «sutil voz de silencio».
Fidelidad al Concilio Vaticano II
Retomando la imagen del pueblo de Dios caminando por el desierto, el nuevo pontífice se situó en la línea del Concilio, que concluyó hace casi 60 años, en diciembre de 1965. «Quisiera que renováramos juntos, hoy, nuestra plena adhesión al camino que la Iglesia universal ha recorrido durante décadas tras el Concilio Vaticano II», insistió.
Retomó algunos temas de la exhortación apostólica Evangelii Gaudium del Papa Francisco de 2013: «El retorno al primado de Cristo en el anuncio», «la conversión misionera de toda la comunidad cristiana» y «el crecimiento de la colegialidad y de la sinodalidad». También habló de la «piedad popular», de la «atención afectuosa a los más pequeños y abandonados» y de la necesidad de un «diálogo valiente y confiado con el mundo contemporáneo», haciéndose eco de las palabras de Gaudium et Spes , el texto central del Concilio Vaticano II.
Estos «principios evangélicos» permiten revelar «el rostro misericordioso del Padre» y alcanzar «la esperanza última de quien busca sinceramente la verdad, la justicia, la paz y la fraternidad», insistió.
«Precisamente porque me sentí llamado a continuar en esta estela pensé en tomar el nombre de León XIV», explicó, trazando un paralelismo entre los desafíos sociales de finales del siglo XIX, el periodo del reinado de León XIII, y los de hoy.
Los nuevos desafíos de la doctrina social
«El Papa León XIII, con la histórica encíclica Rerum Novarum, abordó la cuestión social en el contexto de la primera gran revolución industrial», recordó.
«Hoy, la Iglesia ofrece a todos su patrimonio de doctrina social en respuesta a una nueva revolución industrial y a los avances de la Inteligencia Artificial, que plantean nuevos desafíos para la defensa de la dignidad humana, de la justicia y del trabajo», afirmó León XIV, quien explorará estos temas ya abordados regularmente por el Papa Francisco durante su pontificado.
León XIV hizo eco de las palabras de san Pablo VI en su primer «mensaje a toda la familia humana», emitido poco después de su elección en junio de 1963: «Que una gran llama de fe y de amor se extienda por el mundo entero, inflamando a todos los hombres de buena voluntad, iluminando sus caminos de mutua colaboración y atrayendo a la humanidad, una y otra vez, la abundancia de la divina buena voluntad, el poder mismo de Dios, sin cuya ayuda nada es válido, nada es santo».
«Que estos sentimientos sean también los nuestros y se traduzcan en oración y compromiso, con la ayuda del Señor», concluyó el Papa León XIV.-
I.Media – publicado el 11/05/25