El cántico del Hermano Sol cumple 800 años
Ocho siglos después de haber sido escrito por san Francisco de Asís, el Cántico del Hermano Sol sigue conmoviendo corazones e inspirando conversiones. Nacido en medio de la enfermedad y el dolor, este himno de alabanza revela la profunda conexión del santo con la creación y con Dios

Hace 800 años, pocos años antes de su muerte, san Francisco de Asís compuso el célebre «Cántico de las criaturas» o «Cántico del Hermano Sol». Uno de sus grandes admiradores es el hermano Christophorus Godereis, delegado de los capuchinos en Bélgica y los Países Bajos, cuyo orden pertenece a la familia franciscana. En entrevista con katholisch.de, Godereis explica por qué este cántico es hoy más actual que nunca y cómo nos llama, con fuerza, a actuar.
Pregunta: Hermano Christophorus, ¿en qué situación y época escribió san Francisco el Cántico del Hermano Sol?
Hermano Christophorus: El texto fue escrito hace 800 años, probablemente en la primavera de 1225. Se trata de una alabanza a Dios a través de la creación. Podríamos imaginar que surgió en una apacible tarde soleada de domingo, con pájaros cantando, abejas zumbando, y Francisco sentado en un campo de amapolas en plena contemplación. Pero en realidad fue todo lo contrario: Francisco yacía gravemente enfermo en un pequeño jardín del monasterio de San Damián en Asís, cuidado por hermanas. Estaba consumido, débil, casi ciego, y con unos 40 años quizás ya presentía que su vida llegaba a su fin. A su cuerpo lo llamaba «hermano asno». En medio de este sufrimiento, brota de él este cántico de alabanza.
¿Cuál es el mensaje central del cántico? ¿Cuál es su esencia?
El Cántico del Hermano Sol es mucho más que una simpática canción, como a veces se percibe. Es una oración profunda, dirigida al altísimo, omnipotente y buen Señor. Lo que caracteriza este cántico es la profunda conexión entre todas las criaturas, que allí se manifiesta. Todo está unido y todo depende de lo demás; todos somos, en el fondo, hermanos y hermanas. Esto se aplica tanto a la hormiga como al elefante, y a todas las personas, sin importar su cultura, color de piel o nación. Para san Francisco, la razón de esa fraternidad es el mismo origen que compartimos: Dios, el Creador.
La oración tiene similitudes con el cántico de los tres jóvenes en el horno de fuego, del libro de Daniel. ¿San Francisco simplemente copió ese texto?
La investigación sobre el cántico coincide en que san Francisco se inspiró en textos más antiguos. Sin duda conocía los salmos 19, 104 o 148, que también alaban la creación. Y sí, también estaba familiarizado con el cántico de los tres jóvenes en el horno, que hasta hoy seguimos rezando en laudes los domingos en la vida religiosa. Sin embargo, lo único es lo que Francisco hace con esos modelos: no existe ningún texto con una historia de impacto comparable. A mí me fascinan también los detalles lingüísticos: el cántico tiene 33 versos, como los 33 años que vivió Jesús. En el original italiano antiguo comienza con «Altissimu, omnipotente, bon Signore» («Altísimo, omnipotente, buen Señor»). Ahí se ocultan el Alfa y el Omega, el monograma de Cristo. Me resulta especialmente fascinante descubrir eso sabiendo que Francisco no estructuró el texto de forma compleja ni lo planeó mucho. Hay una fuerte intuición detrás, quizás incluso algo místico.
¿Inspiró esta oración a otros teólogos, escritores o artistas?
Sí, en muchas disciplinas. Por ejemplo, está san Buenaventura, el gran teólogo franciscano del siglo XIII, que incluso pudo haber conocido a san Francisco en persona cuando era niño. Para Buenaventura, también encontramos al Creador a través de las criaturas. Él decía que la primera revelación no es la Escritura ni la Encarnación, sino la creación. Esa es la base de toda la teología franciscana. A lo largo de los siglos, san Francisco y su cántico han sido una fuente constante de inspiración en la historia del arte y la música. La famosa predicación a los pájaros ha sido representada incontables veces. Para el 800º aniversario, incluso apareció en un sello de correos alemán. El libro litúrgico Gotteslob contiene varias versiones musicales del cántico. Una de las más conocidas es el «Laudato si» de Winfried Pilz, aunque actualmente ya no se utiliza debido a las acusaciones de abuso contra su compositor.
¿Qué significa para usted, personalmente, el Cántico del Hermano Sol?
Me cuesta reducirlo a «un solo» mensaje, porque encierra mucho. Pero hay un aspecto que hoy resalta especialmente: el ser humano debe abandonar urgentemente su arrogancia de creerse la corona de la creación. Nuestra era se llama «Antropoceno» en el ámbito científico: el ser humano modifica de forma irreversible el mundo y el medio ambiente, y lamentablemente no para bien, sino destruyéndolo. Todo gira en torno a nosotros: ¿de quién es el agua, el mar, la carne de los animales? ¿De quién es la montaña, quién controla el aire? Todo se ve como si estuviera a nuestro servicio. Pero ya nos estamos dando cuenta: esta lógica no funciona. Hemos cruzado los límites y estamos destruyendo el planeta. El Cántico del Hermano Sol me invita a reencontrarme con una visión humilde de mí mismo como parte de la creación. No el ser humano está en el centro, sino Dios, que ha creado a todas las criaturas y las ha unido entre sí. De ahí nace una responsabilidad que debemos asumir con urgencia.
¿Qué significa eso concretamente? ¿Deberíamos todos ser veganos y apoyar a Fridays for Future?
El Cántico no llama a una acción política concreta, pero para mí es claramente una invitación a reflexionar y a cambiar. Y quien tome en serio los problemas que nosotros mismos hemos provocado en la creación, no podrá evitar sacar consecuencias. Si eso se traduce en ser vegano o vegetariano, comprar de forma más consciente en tiendas ecológicas, reducir el consumo o apoyar movimientos como Fridays for Future… hay muchas formas posibles de responder.
Texto completo del Cántico del Hermano Sol
Altísimo, omnipotente, buen Señor,
tuyas son las alabanzas, la gloria y el honor y toda bendición.
A ti solo, Altísimo, corresponden,
y ningún hombre es digno de hacer de ti mención.
Loado seas, mi Señor, con todas tus criaturas,
especialmente el señor hermano sol,
el cual es día, y por el cual nos alumbras.
Y él es bello y radiante con gran esplendor,
de ti, Altísimo, lleva significación.
Loado seas, mi Señor, por la hermana luna y las estrellas,
en el cielo las has formado luminosas y preciosas y bellas.
Loado seas, mi Señor, por el hermano viento,
y por el aire y el nublado y el sereno y todo tiempo,
por el cual a tus criaturas das sustento.
Loado seas, mi Señor, por la hermana agua,
la cual es muy útil y humilde y preciosa y casta.
Loado seas, mi Señor, por el hermano fuego,
por el cual alumbras la noche,
y él es bello y alegre y robusto y fuerte.
Loado seas, mi Señor, por nuestra hermana la madre tierra,
la cual nos sustenta y gobierna,
y produce diversos frutos con coloridas flores y hierba.
Loado seas, mi Señor, por aquellos que perdonan por tu amor,
y soportan enfermedad y tribulación.
Bienaventurados aquellos que las soporten en paz,
porque por ti, Altísimo, coronados serán.
Loado seas, mi Señor, por nuestra hermana la muerte corporal,
de la cual ningún hombre viviente puede escapar.
¡Ay de aquellos que mueran en pecado mortal!:
bienaventurados aquellos a quienes encuentre en tu santísima voluntad,
porque la muerte segunda no les hará mal.
Load y bendecid a mi Señor,
y dadle gracias y servidle con gran humildad.-
(Katholisch/InfoCatólica)